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Los 3 Cerditos


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2013  •  538 Palabras (3 Páginas)  •  408 Visitas

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LOS 3 CERDITOS Y EL LOBO. (Versión contada por el lobo)

Mi nombre es Lobo Feroz y vivo en un gran bosque muy bonito lleno de árboles.

En el bosque me siento solo, ya que soy un lobo con el que nadie quiere jugar. ¡No tengo amigos! ¡Qué triste estoy!

Todos dicen que soy muy malo y que me como a los niños, pero no es verdad porque a mí solo me gusta jugar con ellos; además soy vegetariano.

En lo más profundo del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos.

Yo siempre quería que ellos fueran mis amigos, pero por más que lo intentaba no podía acercarme a ellos; siempre corrían y gritaban como si yo les fuese a hacer algo malo.

Un día, paseando solo por el bosque, vi que los tres cerditos estaban haciéndose una casa cada uno. Me senté é a lo lejos para observarles, ya que así conseguí estar distraído.

El cerdito más pequeño hizo su casa de paja, para acabar antes y poder irse a jugar.

El mediano construyó una casita de madera.

El más grande tardó mucho más tiempo que sus hermanos y construyó una preciosa casa de ladrillos.

Cuando terminaron sus casas y se metieron en ellas yo me aburría mucho y decidí ir a llamarles para jugar. Cerditos ¿Queréis jugar conmigo?

Primero fui a la casa de paja. Cuando fui a llamar a la puerta, me vino un enorme estornudo; y sin poder remediarlo derrumbé la casa del cerdito pequeño al estornudar tan fuertemente. Aaattchuusss!!

El cerdito, asustado, salió corriendo a la casa de su hermano mediano. Yo fui detrás de él, ya que quería pedirle perdón y explicarle lo que había pasado. ¡¡¡Cerdito!!! ¡¡Espérame!!

Cuando llegué a la casa de madera no me senté en la puerta y empecé a aullar porque me sentía muy solo y mal por lo que había sucedido. Aullé con tantas ganas que la casa de madera comenzó a moverse y en pocos minutos se derribó.

Entonces los dos cerditos, salieron disparados hacia la casa de ladrillos; donde se encontraba su hermano mayor, pensando que me los quería comer. ¡¡Corre corre!! ¡¡Qué viene el lobo!!

Cuando llegué a la casa de ladrillos, casi sin aliento, los tres cerditos estaban dentro con todas las puertas y ventanas cerradas.

Así que dije varias veces: - ¡Abridme la puerta! ¡Abridme la puerta o lloraré y de aquí no me moveré! Pero los cerditos entendían: -¡Abridme la puerta! ¡Abridme la puerta o soplaré y la casa tiraré! Y se mostraban más enfadados y asustados. ¡¡Abrid la puerta!!

Al ver la chimenea se me ocurrió entrar por ella a la casa, así podría ver a los cerditos

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