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Obra De Teatro "quijote De La Mancha"


Enviado por   •  26 de Octubre de 2013  •  1.906 Palabras (8 Páginas)  •  779 Visitas

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ACTO I

ESCENA 1

DE CÓMO SE ARMÓ CABALLERO DON QUIJOTE.

Narrador (I):

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda.

Sin contar a nadie sus intenciones y sin que ninguno le viese, una mañana Don Quijote dio comienzo a su aventura. Al anochecer, cansado y muerto de hambre, vio no lejos una posada, la cual le pareció un castillo con sus cuatro torres. Allí fue atendido por dos mozas y el ventero. Pero como lo que más le preocupaba a don Quijote era el no estar nombrado caballero, al acabar la cena se arrodilló delante del posadero y le dijo:

* Mientras habla el narrador, Don Quijote entra mirando el castillo del ciclorama. Dos mozas sacan a escena una mesa y el chico un taburete. Don Quijote da las armas a las mozas, antes de sentarse. Entra el ventero con una jarra en la mano y la deja en la mesa. Al terminar la narración Don Quijote se levanta y se arrodilla delante del posadero.

Don Quijote: Señor castellano; ¡no me levantaré hasta que vuestra merced me otorgue un don que pedirle quiero!

Ventero: Y ¿qué puede conceder mi humilde persona a tan alto personaje?

Don Quijote: Os pido que mañana me arméis caballero. Esta noche velaré las armas en la capilla del castillo.

Ventero: No tenemos capilla, pero si le place puede hacerlo aquí en el patio.

* Las mozas devuelven las armas a Don Quijote. El ventero, las mozas y el chico se retiran de escena. La luna llena domina el fondo azul oscuro.

* Dulcinea bailará alrededor de Don Quijote. Éste intentará alcanzarla pero ella se aleja hasta desaparecer. Don Quijote de rodillas, apesadumbrado ve llegar a un mulero. Cuando va a apartar las armas Don Quijote le grita:

Don Quijote: ¡Eh tú! ¡Mira lo que haces y no toques las armas!

* El mulero no hace caso, Don Quijote mira al cielo, se encomienda a su señora.

Don Quijote: ¡Socorredme, señora mía!

* Don Quijote le persigue con la lanza y el mulero se va corriendo. Vuelve con otros armados con palos.

* Al ruido salen todos los de la venta: mozas, chico con una vela, y el ventero con un libro y la espada, que se dirige a éstos.

Ventero: ¿Qué hacéis?, ¿no veis que está loco?

*Todos se retiran hacia atrás y el ventero se dirige a Don Quijote pausadamente.

Ventero: Es hora de armaros caballero.

* Con un viejo libro en la mano dice en forma de retahíla:

Ventero: Fenóminum, cámpidum, meum, casatium, prepócima, caballero de la espada.

* A continuación una moza le da la espada de Don Quijote y con ella le toca el hombro izquierdo.

* Finalizado el nombramiento, Don Quijote se levanta y abraza al posadero. Una moza le entrega una lanza y otra el escudo.

Ventero: Dios os guarde y de ventura en vuestras lides.

* Abandona el escenario Don Quijote, seguido de los muleros. Baja la iluminación y los demás personajes retiran el atrezo en el mismo en que lo trajeron.

* Aparecen Don Quijote y Sancho entre el público. En el lugar convenido se paran y dialogan.

Sancho: Mire vuestra merced que no se olvide de la ínsula que me tiene prometida.

Don Quijote: Has de saber amigo Sancho, que antes de seis días ganaré yo tal reino.

* Continúan andando hasta subir al escenario y mirando el ciclorama dicen:

Don Quijote: Mira, Sancho, ¿ves en aquella llanura más de 30 ó 40 gigantes que mueven los brazos?

Sancho: Lo que veo son 30 ó 40 molinos de viento que mueven las aspas.

Don Quijote: Parecen molinos, pero en realidad son gigantes disfrazados de molinos.

* Sale Don Quijote de escena y Sancho se tapa los ojos.

Don Quijote: ¡No huyáis cobardes y viles criaturas!

* Sancho sale corriendo y vuelve con Don Quijote a sus espaldas.

Sancho: Lo ve mi señor. Eran molinos, no gigantes.

Don Quijote: Ha sido algún mago quien ha cambiado los gigantes por molinos de viento, Sancho...

Aquel sabio Frentón que me robó el aposento y mis libros, ha vuelto estos gigantes en molinos para quitarme gloria. ¡Tal es la enemistad que me tiene!

Sancho: Yo lo creo todo… pero enderécese un poco que parece que va de medio lado y debe ser del molimiento de la caída.

Don Quijote: ¡Así es! Y si no me quejo de dolor es porque no es dado a los caballeros andantes quejarse de herida alguna.

*Dos estudiantes y dos labradores se dirigen al pueblo de Quiteria. Se cruzan por el camino con

Don Quijote y Sancho.

Don Quijote: ¿A dónde van, caballeros?

Estudiante 1: A nuestro pueblo de bodas. ¿Y quién es vuestra merced?

Don Quijote: Yo soy Don Quijote de La Mancha, caballero andante que busca aventuras.

Estudiante 2: Pues si vuestra merced no lleva camino fijo véngase con nosotros y verá una de las mejores bodas que hasta el día de hoy se habrán celebrado.

Don Quijote: ¿De algún príncipe tal vez?

Estudiante 2: No son sino de un labrador llamado Camacho, el más rico del lugar, con Quiteria, la más hermosa que han visto los hombres. Pero lo más memorable será lo que acontezca al despechado Basilio.

Don Quijote: ¿Quién es ese caballero?

*

...

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