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Papa Goriot


Enviado por   •  15 de Julio de 2014  •  1.918 Palabras (8 Páginas)  •  315 Visitas

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ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE REALISMO LITERARIO

Por Andrea Delfini, Profesora en Letras

Si bien todas las épocas poseen aspectos realistas en su producción literaria, el siglo XIX enmarca la corriente realista, que proliferó en Europa en el arte en general y especialmente en la literatura. El realismo es una tendencia estética que manifiesta interés primordial por la observación del mundo, en su triple dimensión biológica, psicológica y social y lo refleja en la obra de arte.

“Una novela es un espejo que se pasea por un ancho camino.

Tan pronto refleja el azul del cielo ante nuestros ojos,

como el barro de los barrizales que hay en el camino.

¡Y el hombre que lleva el espejo en el cuévano será acusado

por ustedes de ser inmoral! Más justo sería acusar al largo camino

donde está el barrizal y, más aún, al inspector de caminos

que deja el agua estancada y que se formen los barrizales”

Stendhal, “Rojo y negro”

Si bien todas las épocas poseen aspectos realistas en su producción literaria, el siglo XIX enmarca la corriente realista, que proliferó en Europa en el arte en general y especialmente en la literatura. El realismo es una tendencia estética que manifiesta interés primordial por la observación del mundo, en su triple dimensión biológica, psicológica y social y lo refleja en la obra de arte.

El realismo como corriente específica es un movimiento moderno, que surge en el siglo XIX como reacción contra el subjetivismo e idealismo románticos; el romanticismo surge, basando su estética en la evasión y construcción de un mundo fuera de lo real, la literatura no es reflejo sino utopía, construcción de un ideal. Ningún arte es reproducción de lo “natural” o “real”, sino mera representación y siempre ha de manipular sus objetos, desfigurarlos e idealizarlos bajo una pretensión objetiva. Digo pretensión porque tal gesto siempre procede de una mirada subjetiva de dicho orden real o natural.

La revolución industrial, como fenómeno histórico y social, impone las temáticas al realismo: presentación de seres y problemas de la vida diaria, pertenecientes a todos los estratos sociales y un abandono paulatino de los elementos aristocratizantes propios del romanticismo.

Una de las marcas fundamentales de esta estética es la inclusión de la lengua viva en los usos literarios. La expresión lírica, patrimonio de la literatura, comienza a ser desplazada por la introducción de otras voces y registros, propios de los personajes de orígenes sociales diversos que pueblan la literatura realista.

La novela, como género literario va a tener su apogeo y reinado a lo largo del siglo XIX, por ser la especie literaria más adecuada para dar cuenta de esta diversidad de voces.

Algunas características generales de este movimiento son:

La observación detallada de la realidad contemporánea, como base de la producción literaria. Bajo la mirada positivista de un hombre condicionado por su medio, la preocupación relista es dar testimonio de la sociedad y su reflejo.

La pretensión objetiva, hallazgo de un equilibrio entre realidad y producción literaria.

El hombre para esta concepción va a ser un individuo, lo detallístico, la visión fotográfica de este cuadro de situaciones será otra de las características del movimiento

El individuo, inmerso en una problemática contemporánea, en una historia que trasforma y transcurre, son los materiales del testimonio, un testimonio que no deja rozar lo didáctico, lo moral

Los protagonistas principales serán aquellos seres marginados de la sociedad, por los que el escritor siente un apego especial: la pintura de ambientes sórdidos y seres vulgares, y por supuesto, la burguesía acaudalada que no siempre posee el nivel moral que corresponde a su posición social.

Un lenguaje simple: en general la literatura realista se aleja de todo efectismo expresivo dando lugar a un lenguaje desprovisto de complicaciones que perturben ese reflejo, que es el objetivo primordial. Cada personaje, de acuerdo a su nivel social va a hablar dentro de sus reales posibilidades. Este ejercicio obligó a los autores de la época a realizar estudios lingüísticos para dar más verismo a sus personajes, haciéndolos hablar como en su entorno real.

Más allá del valor documental y sociológico, el realismo debe tratarse como un movimiento estético que ahonda en las miserias humanas universales. Si nos quedamos con la pintura de la época, no veremos la profundidad de dichas obras, pero hay características universales que las hacen clásicas en la literatura, superando el momento concreto que pretenden reproducir; allí reside el valor que trasciende una época. Lo que las hace legibles a lo largo de la historia, es esa mirada sobre lo humano.

Otras vertientes

Otra vertiente, un poco más acá en el tiempo y que ahonda la perspectiva realista es el naturalismo, cuya temática traduce un arte experimental también en concepciones científicas positivistas. En esta vertiente ya no se describe toda la realidad, sino únicamente sus aspectos más crudos y desagradables. Su creador, Emile Zola, manifiesta en sus obras un foco hacia lo morboso y patológico. Adhiere casi dogmáticamente al determinismo genético y por consiguiente a un hondo pesimismo. Los personajes de esta línea son irredentos, sin salida.

Stendhal y Balzac dieron cima a la evolución que para Erich Auerbach (1) se venía preparando desde hacía tiempo (desde la novela de costumbres y la comédie larmoyante del siglo XVIII, y más claramente aún desde los tiempos del Sturm und Drang del prerromanticismo) e iniciaron el realismo moderno, “que desde entonces ha venido desplegándose en temas cada vez más ricos, en concordancia con la realidad continuamente cambiante y expansiva de

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