Poema: Una Noche Diferente

UNA NOCHE DIFERENTE…

“ Siempre he sabido que en el fondo del corazón de todos los seres humanos hay misericordia y generosidad, nadie nace odiando a otra persona por el color de piel, su procedencia o su religión, el odio se aprende, y si es posible aprender a odiar, es posible aprender a amar” Nelson Mandela.

Aprender amar, es la única oportunidad que tenían estas personas, ya que la vida los había golpeado tan duro; ya habían llegado al fondo del abismo ya la única opción que había era solo salir de aquel poso de miseria; miradas de indiferencia, soledad, violencia eran el pan de cada día, la lucha constante lograr sobrevivir nunca había sido tan difícil como hasta ahora, a aquellos habitantes de la calle el popular dicho “Al caído, caerle” les quedaba como anillo al dedo, y aunque todas aquellas personas tenían motivos de sobra para sufrir y mucho más motivos para quejarse nunca lo hacían ya que en vez de eso daban gracias a Dios, Porque si habían logrado llegar hasta aquí era porque él estaba dirigiendo el camino de sus vidas, y no había sido un camino fácil, pues no tener ni para comer es una situación lamentable, la fé o quizá las ganas de vivir lo has traído hasta aquí. Pero un 23 de marzo del 2013, sería una noche diferente a la que todos aquellos caminantes de la vida estaban acostumbrados, no se sabe si fue la generosidad, las ganas de ayudar a la gente o simplemente un designio de Dios hizo que aquella noche jóvenes de un corazón noble con ideas nunca antes vistas, tuvieran la maravillosa idea de que por una noche aquellas personas se sintieran felices, y como dicen por ahí “Barriga llena , corazón contento” fue este ideal lo que hizo que lo que fue llamado “ la chocolatiada” fuera una realidad, y aunque no fue un trabajo fácil con la ayuda y la gestión de todas las personas interesadas y la oficina de juventud, se logró repartir chocolate y pan a 80 personas habitantes de la calle; el trabajo fue arduo , pero el proceso de la elaboración del chocolate la unión de las personas allí presentes, y la mirada ansiosa de todos aquellos que esperaban ansiosos un poco de pan, fue fascinante.

Pero nada se podría comparar con la satisfacción que se sintió al ver el rostro de todas aquellas personas al recibir este pequeño detalle, sus ojos de agradecimiento y las palabras “ Mi Dios les pague ” fueron suficiente agradecimiento que ni todo el dinero del mundo podría reemplazar, la maravillosa sensación de haber ayudado a quien más lo necesitaba. Sentir que te estas apartando de tu egoísmo y estas dejando de pensar solo en ti, y ver eso reflejado en el agradecimiento de aquellos necesitados ha sido ,la mejor experiencia de nuestras vidas.

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