Por Marisol Cipagauta

Leer y escribir: competencias que se integran

Por Marisol Cipagauta

Resumen

La lectura y la escritura son actividades que hacen parte de las competencias académicas. Como procesos paulatinos, el lector y el escritor se convierten en cómplices. Leer por placer es una invitación a todos aquellos principiantes que comienzan este ejercicio, que sin duda motiva a la escritura.

Abstract

Reading and writing are skills that become part of the academic competences. These skills are a gradual process and in which, the reader and the writer become accomplices. Reading for pleasure is an invitation to all those beginners who are just starting with this exercise, this activity without a doubt motivates the writing process.

Palabras clave: leer, placer, escribir

Una verdad a gritos es que quienes llegan a la educación superior, presentan un alto déficit tanto en escritura como en lectura, y mientras se buscan los culpables es mejor comenzar por ser concientes cada uno y tener presente lo que se gana cuando aceptamos el reto de convertirnos en lectores asiduos. Aquí surge otra pregunta, teniendo el precedente que la formación recibida desde pequeños fue poca con respecto a mostrar un interés voluntario por leer.

¿Por dónde empezar?

Se pretende crear en los estudiantes de nivel superior que ingresan por primera vez, una actitud de disponibilidad frente a la temática. Leer lo que se quiera leer, sería el primer acuerdo. La economía, la ciencia ficción, la literatura, la política, la tecnología, son temas que interesan a públicos determinados. Así, el administrador seguramente tendrá más interés por leer sobre las Pymes que el ingeniero, salvo que quiera constituir su propia empresa, o el profesional en salud ocupacional indagar sobre el plan de emergencias de una empresa que el licenciado en pedagogía. Aunque se hable de interdisciplinariedad es innegable la existencia de estos gustos.

De esta forma las condiciones el rol del maestro cambia, pasa de ser un simple transmisor del conocimiento al de un facilitador, un guía para sus estudiantes. Se trata de compartir con ellos ese gusto por la lectura y la escritura o intentar llevarlos a este fin. También es importante que se acepte el nivel con el que se llega a una carrera profesional, por eso más que tratarse de leer por leer, es hacerlo con la libertad y el placer que la misma lectura ofrece. Kapuscinski, famoso periodista y escritor polaco, afirma que se requieren cien páginas leídas por cada página escrita, así que mejor dejar por el momento las cuentas de lado. “No podemos adentrarnos en el campo social o político, sin antes leer mucho: eso es indispensable, no sólo para no caer en descubrimientos hechos por otros, sino porque la lectura previa da fuerza a nuestra prosa (Kapuscinski, 2003).

Al reiterar que leer es un placer, es necesario hacer un segundo acuerdo que tiene que ver con las condiciones de tiempo y espacio. La dedicación para una lectura despende en cierta medida de su clase, existen libros que no permiten hacer una pausa prolongada, pues se pierde el hilo, desde el comienzo hasta el final envuelven al desprevenido lector que se entusiasma con lo que cada página le describe, le narra, le pregunta, le confía … en últimas le seduce. El caballero de la armadura oxidada del escritor estadounidense Robert Fisher, es un ejemplo claro y pertinente para leer y releer en cualquier edad, cumple con estas condiciones. Los Diálogos de Platón o la Crítica de la Razón Pura de Kant inquietan, y si bien requieren de una formación lectora más sólida, existen personas que también los prefieren para iniciarse en esta aventura. De igual forma el ambiente donde se lee juega un papel importante, el silencio y la tranquilidad son los mejores aliados, para no perder la concentración y entrar en una íntima y cómplice relación con el autor, esto no condiciona a que se lea en voz alta, siempre y cuando se conserve la atención de lo que se tiene frente a los ojos. Sin embargo hay quienes leen viendo la televisión o escuchando su música preferida, y es válido pues lo importante es que el gusto por leer siempre se esté cultivando.

Para concluir con la exposición de las condiciones mínimas ideales para un curioso por incursionar en el fantástico mundo de la lectura está la de comprometerse con la lectura asidua. Siempre tener a la mano un libro mientras espera el bus o a la persona con quien se tiene una cita, en las filas de los bancos, cuando acude a los servicios de salud o en momentos de insomnio. En las circunstancias descritas el libro termina por convertirse en un amigo inseparable que además de servir de compañía, con él se aprende.

El ejercicio de la lectura

Si se habla del ejercicio de la lectura, quiere decir que existe un proceso en el que el lector acude a una serie de elementos que más adelante le serán útiles para que el resultado sea el correcto. Con esto lo que se pretende es hacer caer en la cuenta de la complicidad entre lectura y escritura evidenciada en las categorías para analizar la lectura.

La aventura de leer lleva al ser humano a re-crear su imaginación y a potencializar muchas de sus capacidades que quizás estén ocultas por negarse este placer. Pero cuando se inicia en este proceso se quiere leer en cualquier parte, sólo o acompañado, en voz alta o mentalmente, lo importante es tener a la mano algún texto para hacerlo. Hay quienes leen desde las vallas, hasta las etiquetas de los medicamentos o simplemente los avisos de los almacenes.

El vicio por la lectura es más que eso, es convertirse en cómplice de quienes con su pluma se atreven a plasmar todos sus pensamientos y hacen aflorar sus sentimientos. Cualquier cosa que se lea siempre dice algo, palabras como amor, escogida por los internautas en el año 2006, como la más bella del idioma español encierra todo un mundo de posibilidades para haber sido elegida como tal. Y no es necesario seguir con el listado pues se pecaría por omisión. Bien, la aventura como se ha llamado en este ensayo a la lectura, presenta una serie de niveles pues es bueno distinguir entre lectores asiduos y quienes no lo son tanto, pero que en su intento llegan a alcanzar un nivel u otro.

Al hablar de niveles es necesario dar cuenta de la forma como el lector asume su actividad. Se puede empezar por hacer una lectura de comprensión, seguida de una que interpreta el texto y terminar con una de aplicación. Para explicar cada uno de estos niveles el papel del lector cambia pues para cada uno se requiere tener ciertos requisitos para que su trabajo refleje realmente lo que se busca que se fortalezca en él.

Cuando se logra hacer una lectura de un nivel comprensivo, es alcanzar ya un punto alto en el hábito de la práctica de este arte. Comprender significa entender, identificar la idea principal que el autor nos quiere dar a conocer, es también ir más allá y atreverse a inferir lo que sigue. También es cierto que para poder llegar a un nivel de comprensión el proceso previo se lleva a cabo en forma gradual y se necesita tener suficiente atención en lo que se lee. Las distracciones no son bienvenidas en ningún nivel, menos en éste, considerado como el inicio del buen lector. Como parte de la comprensión, también está el tener presente que los conocimientos sobre el lenguaje son importantes para una mejor asimilación, sin embargo, siempre es bueno tener el diccionario como aliado incondicional.

Ahora bien, todo lo que encierra el significado de leer que como lo expone Niño (2000, p. 279): “es percibir y entender la secuencia escrita de signos y llevar a ellos el pensamiento, para interpretar, recuperar y valorar, la información subyacente en el texto, configurada como ideas, conceptos, problemas, razonamientos, aplicaciones, relaciones y vivencias actitudinales y estéticas, de acuerdo con el tipo de discurso o género”. La apropiación que el lector tenga de cada uno de los elementos mencionados está relacionada con los niveles que se alcancen en el proceso de la lectura. Cada vez que el desprevenido lector se interna en la lectura aprende simultáneamente a identificar cada uno de ellos, de tal forma que avanza gradualmente para alcanzar cada nivel.

Por lo general,

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