Uso manejo de la informacion.

Uso y manejo de la información

Cada supervisor necesita trabajar con información pertinente para la toma de decisiones; sin información, la gestión es imprecisa, incierta y poco efectiva, intuitiva, errática e inconsistente; muchas veces se producen superposiciones y pérdidas de tiempo.

En consecuencia, se requiere saber cómo recoger información según la situación que se aborde y disponer de herramientas, dispositivos y estrategias adecuadas para saber cómo hacerlo. Además, se requiere la comprensión del marco teórico al que se apela para su interpretación –y difusión cuando el caso lo requiera-. Con ella, el supervisor tendrá claro qué decisiones tomar para promover las acciones de su plan de trabajo y fortalecer la transformación institucional.

No todo dato es relevante, no toda información es necesaria, no toda es adecuada en cualquier circunstancia; saber qué buscar y cómo relevar requiere formación, entrenamiento, especificidad y, muchas veces, el tan mentado “sentido común”.

Se requiere saber qué se recoge, por qué, qué se hará con esa información. Tenerla archivada por el solo hecho de guardarla, o porque “la piden”, porque “siempre se tuvo”, porque “se tiene que tener”, es un desgaste inútil e innecesario. Agilizar y dar verdadero sentido a la burocracia es también una manera de adecuar el rol a los tiempos que corren.

Agilizar la información que se solicita, se recibe de los niveles centrales, la que se usa en las instituciones, es dotar a la supervisión de flexibilidad y profesionalidad. Conocer los circuitos por donde se requiere que circule la información, simplificar esos circuitos, saber cómo usar la información que algunas veces está archivada, se vincula con esta modalidad de trabajo.

Respecto del nivel central, se espera que la supervisión ayude a seleccionar y hacer circular la información, definiendo qué estrategias son las más adecuadas.

Se necesita saber qué información debería ser compartida con otros supervisores a fin de detectar necesidades, priorizar y fortalecer proyectos comunes; proyectos que a su vez tendrían que articularse con las demandas y necesidades de las instituciones, las cuáles sólo pueden apreciarse apelando a estrategias de recolección de información que, una vez interpretada y sistematizada, brindará los elementos necesarios para un trabajo conjunto profesionalizante de los supervisores.

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