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VICIOS DE LENGUAJE


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  526 Palabras (3 Páginas)  •  199 Visitas

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Diferenciar entre redundancia y pleonasmo no siempre es fácil.

Ambos términos se refieren a la repetición innecesaria de términos; pero mientras que hablar de redundancia suele tener connotaciones negativas y se considera un vicio de expresión, el pleonasmo se considera una figura estilística.

Sin embargo, los límites entre ambos conceptos no están bien definidos y no resulta fácil hacer una diferenciación tajante. Lo que unos consideran redundancia, otros lo consideran pleonasmo; e incluso, algunos lingüistas afirman que se trata de la misma cosa.

La redundancia semántica repite el significado o semas de otra palabra a la que acompaña. Cuando la repetición no solo es semántica, sino de la misma palabra o de palabras con el mismo lexema, suele hablarse de redundancia léxica.

La redundancia, aunque es rechazable cuando no añade ningún matiz semántico, ni estilístico, especialmente en los registros más formales, puede favorecer la claridad (cuando una palabra es polisémica o su significado no es evidente para todo el mundo) o justificarse por añadir expresividad o énfasis al discurso. También es perdonable en un discurso coloquial o si es fruto de la espontaneidad.

El ejemplo de “un arsenal de armas” podría ser un caso de redundancia viciosa si consideramos que “arsenal”, en su segunda acepción (DRAE), es ‘depósito o almacén general de armas’, pero creemos que se trata de una redundancia desambiguadora porque “arsenal”, también es un ‘establecimiento militar o particular en que se construyen, reparan y conservan las embarcaciones […]’

“Lo vi con mis propios ojos” también es una redundancia admisible cuando se quiere enfatizar y ser contundente en una afirmación de la que no se tiene ninguna duda, porque se fue testigo de ello. No es por que nos lo hayan contado, lo hayamos imaginado, ni por que estemos absolutamente convencidos, sino porque estábamos presentes cuando ocurrió.

El pleonasmo, en general, se valora como uno de los recursos del lenguaje poético con fines expresivos y estilísticos. El Diccionario de la Academia lo define como una ‘figura de construcción’ propia de la Retórica, porque con “vocablos innecesarios” se “añade expresividad a lo dicho”:

“Ciego que nada ve, ¿quiere hacer una merced?”. (Romance de La Virgen y el ciego).

“Ya ejecuté, gran señor, tu justicia justa y recta”. (El burlador de Sevilla, Tirso de Molina, 1613).

“Mal o peor has de callar la boca, que no estás en tu casa”. (Guzmán de Alfarache, Mateo Alemán, 1604).

Asimismo, al enfatizar el sentido de la frase, el pleonasmo contribuye a fijar en el receptor la idea que interesa al emisor. Por esta razón, los políticos abusan de las repeticiones léxicas

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