Ver un bello amanecer

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Con una simple mirada podemos decir muchas cosas, expresar nuestra felicidad, tristeza, soledad, enojo y amor, pero no siempre estos sentimientos son expresados hacia una persona o algún ser querido, si no también, hacia las casas.

Todas las mañanas un hombre alto, medio fornido, de piel moreno claro, con su cabello que comenzaba a teñirse de blanco y gris, pero siempre con una hermosa sonrisa, aunque sus ojos expresaban lo contrario. Paseaba por la orilla del mar, el que con sus olas le acariciaba sus pies suavemente, como esa caricia que todo niño recibe de su madre, lo que me llamo más la atención es que siempre esperaba el bello amanecer, el cual  le brindaba los inicios de la luz del día; ver ese sol resplandeciente para el hera como encontrar un gran tesoro y sentir esa sensación del aire golpeando sobre su rostro cansado; era algo incomparable, pero lo curioso es que siempre lo hacía en un mismo lugar y a la misma hora, en ocasiones esperaba un poco más a que saliera ese hermoso sol; pero a él no le importaba esperar lo que fuera necesario, al momento de llegar a ese punto se detenía el tiempo solo para esa persona, nunca llego a sentirse solo porque siempre traía con él algo que apreciaba mucho; que era la foto de su mejor amiga y compañera de vida, era uno foto vieja, pero a pesar de eso se podía observar la imagen de la mujer que llevaba en sus manos, una señora muy hermosa, con un aspecto poco peculiar; pero sobre todo con esa sonrisa que con solo verla hacia que tu rostro desprendiera una mueca agradable. Nunca le vi hablar con alguien, él era una persona muy solitaria en pocas palabras un antisocial, mucha gente murmuraba que él era el loco del mar, aunque yo no lo veía así, si era una persona muy solitaria bueno ni tanto, porque contaba con la compañía de su querida esposa, aunque fuese en un simple retrato, la cual considero como su amiga, su acompañante, su amante, su confidente y su gran amor. Muchas personas veían la vida de color de rosas, pero él la veía de una manera muy sorprendente que no encuentro las palabras para describirlo, a él solo le importaba estar con la foto de su esposa y ver un bello amanecer. Un día me acerque a su lado para contemplar su ultimo amanecer, el hombre giro su cabeza y me observo detenidamente con esos ojos entre azulados, y me dijo “no importa cuanta riqueza tengas, no importa cuántas amistades tengas, no importa saber que personas en verdad te quieren y quienes no, lo que en verdad importa es saber apreciar este bello amanecer, valorar las cosas, los animales, las personas que se encuentran hoy en día a tu lado; pero aprende a no siempre aferrarte a alguien o a algo, si no a amarlo y quererlo, apreciarlo”. Hizo una pausa; volteo hacia el mar, soltó un suspiro y con ello una sonrisa y replico. “ve lo que yo no puedo ver, aprecia lo que tienes ahora porque la vida es tan cruel que un día se puede terminar o terminar con alguien que amas tanto” … En ese momento volteo a ver la foto y de sus ojos comenzó correr una lagrima que se derramaba por sus mejillas lentamente.

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