Unthinkable: lo impensable de la tortura frente a la ética profesional
cars_1607Ensayo23 de Diciembre de 2020
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Unthinkable: lo impensable de la tortura frente a la ética profesional
La decisión de la administración de Bush de librar una "guerra contra el terrorismo" ha provocado mucho debate sobre el tipo de prácticas empleadas para contrarrestar este fenómeno. Las consecuencias de la "guerra contra el terrorismo" son visibles en los intentos de reformular el marco legal internacional, pero también influyen en los dominios éticos, políticos y sociales, haciendo del terrorismo un tema que abarca todo en el panorama político contemporáneo.
La tortura es un tema que apareció en muchos productos principales desde 2001 y apenas se ha abordado de manera crítica. Sin embargo, algunos productos raros buscan problematizar la idea de su efectividad y llegan a sugerir enigmas éticos sobre cómo se implementa dicho método en la lucha contra el terrorismo.
La historia de la película pone en escena una situación de contraterrorismo a menudo mencionada que involucra el dilema moral de elegir entre salvar innumerables vidas de un ataque inminente por un lado y abusar físicamente de un individuo en posesión de información relevante por el otro. Este escenario se conoce comúnmente como "la situación de la bomba de tic-tac". La bomba de tictac es exactamente el mecanismo de la trama que impulsa la historia en Unthinkable : un terrorista ha colocado tres dispositivos nucleares en tres ciudades estadounidenses importantes y amenaza con activarlos si no se cumplen sus demandas. Una vez en cautiverio, el perpetrador es sometido a ineficaces interrogatorios por parte de las autoridades militares, mientras el FBI se esfuerza por investigar las ubicaciones de los dispositivos.
La grave situación y el tiempo limitado requieren métodos aún más excepcionales para interrogar a los cautivos no cooperativos. Así, los militares subcontratan el trabajo a un contratista sombrío (llamado H) experimentado en la tortura real, brutal y medieval. Durante toda la duración de la película, el agente de contraterrorismo del FBI, Brody y el contratista se involucran en una rutina de policía bueno / policía malo para hacer hablar al terrorista. Como se desprende del escenario de la película, el interrogatorio es una operación encubierta aprobada por los más altos rangos de las autoridades militares. A pesar de las protestas vocales del FBI, el contratista se ve obligado a hacer frente a la falta de cooperación del terrorista con métodos de tortura cada vez más horripilantes. El punto de ruptura de este crescendo de brutalidad se produce cuando las explosiones nucleares pronto ocurrirán y el personaje de Jackson amenaza con dañar a la familia de su víctima, exacerbando así la lógica del "escenario de la bomba de relojería" al dañar directamente a un número creciente de civiles inocentes: Primero la esposa y luego los hijos.
El terrorista en la película está virtualmente protegido solo por los derechos a los que tiene derecho como ser humano, en particular la prohibición de la tortura, una norma bien establecida del orden jurídico internacional considerado como ius cogens. Su importancia ha sido reafirmada a lo largo de los años también con el instrumento específicamente dedicado de la “Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes” de 1984.
La película, aunque sea ambiguamente, retrata de manera efectiva todos los ejemplos de este debate y quizás permita problematizar el problema más que otros productos. Al hacerlo, Untihinkable deja un margen lo suficientemente amplio como para adoptar una perspectiva crítica. Podría decirse que la ineficaz eficacia de la tortura se ve acentuada por el final decepcionante: cuando se le amenaza con el asesinato de sus hijos, el terrorista finalmente revela la ubicación de los tres dispositivos, a sabiendas que retiene información sobre un cuarto, cuya existencia fue ignorada por los investigadores y cuya detonación sólo se sugiere con fines dramáticos.
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