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Apologia De Socrates


Enviado por   •  26 de Julio de 2013  •  3.313 Palabras (14 Páginas)  •  276 Visitas

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1er. Discurso

LUGAR: La capital griega: Atenas.

MOMENTO: Año 400 A.C.

SITUACIÓN: Juicio en proceso contra Sócrates iniciado por sus acusadores: Meleto, Licón y Ánito.

Comienzo de la Apología:

Apología: (Término griego) Escrito o discurso formulado en defensa de algo o alguien. Es célebre la Apología de Sócrates, por el diálogo platónico en la que aquél se defiende de las imputaciones de corrupción que le habían llevado a ser reo de muerte.

Hay dos clases de acusaciones: una, las acusaciones recientes, otra, las antiguas. Ahora bien, Sócrates primero se defenderá de los calumniadores antiguos en los cuales se basa la acusación reciente de Meleto.

Acusaciones hechas a Sócrates y la refutación de las mismas:

ACUSACIONES ANTIGUAS

"Sócrates es culpable: por averiguar indiscriminadamente lo que acontece en la tierra y en los cielos; por hacer triunfar la meta causa; por enseñar a otros lo que él hace".

Sócrates niega esta acusación y critica a los acusadores por "acusar a un ausente que nadie defendía (…) para justificarme, tengo que luchar como si dijéramos contra sombras, y responder a todo sin poder hacer una sola pregunta".

"pues ellas han sido las que han predispuesto a la mayor parte de vosotros contra mi desde vuestra infancia, haciéndoos creer falsamente que existía un Sócrates, especie de gran brujo, perito en los fenómenos celestes, rebuscador de cuanto en la tierra acontece y capaz de hacer prevalecer toda mala causa tornándola buena. (…) Pues es indudable que quienes les han dado crédito están persuadidos de que las gentes entregadas a tales manejos no creen en los dioses."

Comete delito al investigar los fenómenos celestes y subterráneos, debido a que, según ellos, convierte el argumento más débil en el más fuerte, instruyendo esto a otros, y sin creer en los dioses, es decir, es ateo.

Sócrates deja claro que no posee un lenguaje tan elocuente como para conseguir engañar a la gente que instruía gratuitamente, sino que tiene dificultad para expresarse lingüísticamente. "Yo por el contrario, nada diré que no sea verdad. Claro que. ¡oh, atenienses!, no será, por Zeus, en un lenguaje exquisito como el suyo; en un lenguaje embellecido de locuciones y términos escogidos y hábilmente aplicados. No, yo hablaré bien o mal tal cual las expresiones me vengan a la boca…".

Lo consideraban como una persona que se dedicaba a engañar a la gente por su facilidad de palabra. Según sus acusadores, Sócrates tenía un lenguaje bastante elocuente.

Acusación de ser un sofista, o sea, que cobra dinero a cambio de enseñar. Él negaba que se dedicaba a imponer su doctrina a la gente, a cambio de una remuneración. Él era realmente un antisofista: Sócrates enseñaba, pero con un fin educativo, sin pedir dinero a cambio. También alega que no ha sido maestro de nadie, y que no ha ejercido magistratura alguna en la ciudad, pero que fue miembro del Consejo. "Es más: si alguien os ha dicho que tengo la costumbre de enseñar por dinero no creedlo tampoco pues tampoco es verdad. No quiere esto decir que desconozca en qué modo es hermoso el ser capaz de instruir a los demás (…) ".

ACUSACIONES NUEVAS

"Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no creer en los dioses en los cuales cree la ciudad y de sustituirlos por divinidades nuevas".

Cargo de impiedad (asebeia). Sócrates demuestra la falsedad de esta acusación usando el método dialéctico, por él creado, hace caer en contradicciones manifiestas a uno de sus acusadores (Meletos), dejando en claro que él cree en las divinidades. "-¡Que atrevimiento Meletos! Eres capaz y tal llegarás de no creerte ni a ti mismo. (…) Estoy persuadiéndome de lo que ha querido ha sido componer un enigma para probarme –Vamos a ver (se habría dicho) si ese sabio que dicen es Sócrates burlo y de que me contradigo o si hago caer delante de todos- Pues está que se contradice en su demanda de punta que, en suma lo que viene a decir es esto –Socrates es culpable de no creer en los dioses, aunque, sin embargo, cree en ellos- Y decidme ¿No es esto una pura broma?".

"Y esto que digo atenienses es tan verdadero como fácil de comprobar. Pues si realmente me dedico a corromper a los jóvenes y anteriormente he hecho otro tanto. Forzosamente algunos de entre ellos, al madurar habrían reconocido que de mi recibieron malos consejos de su juventud y hoy se presentarían aquí para acusarme y hacerme castigar, y en caso de que no quisieran hacerlo ellos mismos, algún miembro de su familia, padres, hermanos, parientes, si en verdad yo hubiese perjudicado a los suyos no dejarían de acordarse y de pedir reparación."

"Pues bien, a mi vez yo pretendo que Meletos es culpable de bromear en asunto tan serio puesto que tan de ligero emplaza a la gente ante la justicia fingiendo interesarse por cosas de las que jamás se ha preocupado. Y voy a tratar de demostraos la verdad de esto que afirmo".

Acusación de corromper a los jóvenes, por la cual Sócrates afirmará que es totalmente falso. La prueba es que ninguno de los que se consideran sus discípulos (ni sus parientes) han presentado ninguna denuncia por corrupción. Sócrates demuestra, además, que su acusador no sabe de lo que está hablando, pues nunca se ha interesado por la educación de los jóvenes y pretende decir que el filósofo los corrompe con sus enseñanzas.

Cargo de introducir nuevas divinidades. Sócrates realiza un análisis de la verdadera naturaleza de su dios personal, que es la base de sus creencias en las divinidades de la ciudad.

"¿Es que, según tu, no reconozco tan siquiera como Dioses al sol y a la luna, en quien todos creen? –No jueces, no los reconoce como tales. Afirma que el sol es una piedra y que la luna es un pedazo de tierra únicamente.- ¡Pero es Anaxágoras a quien estás acusando mi querido Meletos! –. (…) ¿Pues que es sino una burla empezar afirmando que no creo en los dioses para enseguida sostener lo contrario desde el momento que convencido estás de que creo en los demonios?".

"Por ello mi única y exclusiva misión ha sido en efecto el ir por esas calles persuadiéndoos jóvenes o viejos de que no os preocupaseis de vuestro cuerpo ni de vuestra fortuna con el interés con que debéis hacerlo de vuestra alma con objeto de volverla tan buena como sea posible. Si, mi misión es, deciros que la fortuna no da la virtud, sino que al contrario, de la virtud proviene la

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