Arquitectura

“La percepción e invasión de los no lugares”

'Ningún lugar de hecho es bueno, cuando nadie está'.

Luis Alberto Spinetta.

Hipótesis: Un no lugar, de acuerdo a Marc Auge y a mi interpretación del mismo, puede ser aquel donde se comparte un espacio y se viven encuentros anónimos que quizá jamás vuelvan a repetirse, como un aeropuerto, la sala de espera de un hospital, un cajero automático, un mercado o los medios de transporte, son sitios donde posiblemente solo se lleve a cabo un cruce de miradas.

Desarrollo: una ciudad no se hizo con el propósito de proteger a un grupo de humanos, ya que ellos vivieron durante millones de años en cuevas o donde muchas veces la noche los encontrara, sino que una ciudad comenzó a construirse a partir de que el hombre comenzó a ser sedentario y generó elementos donde empezó a sentirse más cómodo (edificaciones) y al instante de ser tantos elementos nos damos cuenta que la ciudad surgió, o bien también nos podemos dar una idea de que las ciudades comenzaron a surgir, ya que fueron la extensión de los templos, elementos que centralizaban cierto poder y “manipulación” sobre el hombre, y que a fin de cuentas esto permitía ser un acelerador de humanización (compartir ideas, compartir tradiciones entre los hombres) de un pueblo ya establecido, y debido a esto se tenía que tener cierto control sobre el mismo. Lo que pretendo dar a entender es que con esto podemos ver que desde tiempos remotos las primeras ciudades estuvieron invadidas por no lugares, que con el paso del tiempo y culpando a la sobremodernidad, ahora hay una sobrepoblación de estos elementos.

De esta forma creo que hay muchos lugares que se pensaron como un lugar, pero debido a las personas que habitan los sitios cercanos a estos lugares, no se ha podido dar el título de lugar, y es que muchos de nosotros solo tomamos como una referencia dichos lugares y por más que pasen los años parece ser que no tienen el suficiente peso como para tener una identidad y que su valor histórico sea considerado como detonante de esto, así puedo decir que un lugar no solo lo hace su identidad y valor histórico, sino también las personas que podrían hacer uso de estos sitios, y es que mucho de esto es un referente o consecuencia de que nosotros usamos el contraste como fundamento de la percepción; por tanto una persona al percibir de manera más agradable otro sitio demerita el que no es de su agrado, llevándolo a la decadencia y a solo ser un no lugar, pero lo curioso de esto, es que la sobremodernidad nos ha dotado de estos elementos en los últimos años (plazas o complejos comerciales, que son elementos de paso, donde posiblemente no se establezca una relación que genere una conexión con la “identidad” que pudiera tener el lugar) y las personas parecen aceptarlos más, ya que se encuentran disfrazados de modernidad y comodidad, pero en esencia no logran la relación con su entorno, y que posiblemente en un futuro pudieran llegar a convertirse en lugares y adquirir este valor histórico y de identidad que conecte las personas, pero si dejan de ser redituables para unos cuantos (inversionistas), se termina, volviendo a iniciar un ciclo y establecimiento de nuevos no lugares que “denoten” más “modernidad”.

Conclusión: un espacio cuando no tiene identidad, ni sostiene una relación con un valor histórico es un no lugar, pero mucho de esto ha comenzado a estar condicionado por la gente que vive este lugar, y que con el paso del tiempo ellos son los que brindan las etiquetas de algo.

Es por eso que la percepción es un elemento fundamental en los procesos de humanización, ya que por medio de estos se empieza a generar la concepción, agrado o repudio hacia algo, que a fin de cuentas se transmite de persona a persona dando como resultado una opinión en la cual se contrasta un elemento con otro,

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