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Asi Hablaba Zaratrustra


Enviado por   •  5 de Junio de 2013  •  2.126 Palabras (9 Páginas)  •  658 Visitas

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Así hablaba Zaratustra- Friedrich Wilhelm Nietzsche.

La madurez del hombre es haberse rencontrado, de grande, con la seriedad que de niño tenía al jugar.

El hombre ha vivido con múltiples cargas morales sobre lo que debe hacer a lo largo de su vida, donde perdonar y arrepentirse es sinónimo de esperanza, felicidad y paz interior, para así, obtener una buena imagen en la sociedad y un buen lugar más allá del conocimiento humano, llamado paraíso.

Nietzsche nos presenta una serie de transformaciones con el fin de dar a conocer los pasos que el espíritu realiza, para poder ser capaces de superarnos, ser superhombres y lograr encontrar nuestro espíritu libre.

Día a día nos recuerdan lo que debemos y no debemos hacer, esperando el más mínimo error para corregirnos. La primera transformación se basa en esto, somos camellos en el desierto, llevando el peso que los demás influyen en nosotros, aburridos de la misma rutina y de las pesadas cargas que llevamos en nuestro cuerpo, sin poder liberarnos y decidir por nosotros mismos. Cansados de lo mismo, de lo que nuestros padres nos imponen, nuestra religión nos sugiere que hagamos, lo que en nuestro colegio nos enseñan, el como debemos comportarnos ante la sociedad y lo que esta bien visto, como lo que no. A lo cual me pregunto ¿y quienes son ellos para saber lo que esta bien y esta mal? ¿Quien sabe lo que verdaderamente es malo en este mundo, lo que es bueno para mí?

Tengo la certeza que todos nosotros nos hemos sentido así alguna ves, queremos liberarnos de lo que nos tiene oprimidos a ser lo que verdaderamente somos, queremos desprendernos del “ tu debes” al “ tu quieres”, aquí es cuando nace la segunda transformación, convertirnos en leones. Sin embargo, muchas veces sucede que cuando queremos separarnos de estas palabras, alguien o algo en algún momento nos recuerda que lo que queremos no es lo adecuado y ahí es cuando sentimos la intranquilidad, el remordimiento y la insatisfacción de no poder hacer lo que queremos y si lo que debemos. A cada uno de nosotros le hace falta un león en su interior, ese “algo” que nos permita liberarnos y poder ser autónomos de nuestra vida sin presión alguna.

Cuando por fin podemos ser ese “rey de la selva”, cuando estamos conquistando nuestra propia libertar como cuando se conquista una presa, es cuando nos preguntamos si hasta aquí llega la transformación de nuestro espíritu, si ya quise lo que quería ¿Qué más me falta? El león se encuentra rebelde, se siente poderoso y desenfrenado, sin embargo le faltan cosas esenciales, que según Nietzsche son la inocencia y el olvido que tiene un niño. Todos sabemos como son, creativos, alegres y sinceros, ellos no se preocupan por el que dirán, no les interesa el mañana, solo el presente y lo bien que pueden disfrutar de su vida inocente.

Nietzsche también nos habla de la importancia del sueño en un sabio. A éstos los podemos encontrar hoy en día, pues, para nadie son desconocidas las palabas pastor, evangelizador, predicador de la fe y la palabra de Dios. Para el sabio las virtudes son los mismos decálogos que una vez Dios dio a los hombres por medio de Moisés.

Cuando estamos próximos a dormir es el mejor momento para los creyentes, pues si dormimos no estaremos cometiendo ningún pecado, no conscientemente. Cuando Nietzsche habla de las diez virtudes, de las que tenemos que descubrir durante el día, de las que me comprometo vencer, se refiere a esos diez mandamientos, a lo que para muchos significa el “tu debes”, para así tener la conciencia tranquila y estar en paz con Dios.

Es importante tener todas las virtudes cumplidas antes de dormir, a muchos nos pasa que no podemos dormir bien porque nos arrepentimos de algo que hicimos durante el día, comenzamos a pensar y a decirnos “hubiera sido mejor haber hecho esto” o “¿Por qué hice eso? “, simplemente pensamos que si podríamos devolver el tiempo, cambiaríamos dichas acciones. Sin embargo, no de todas estas acciones nos arrepentimos de corazón, como dice Nietzsche: "El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería."

Cuando codiciamos los bienes ajenos, cuando sentimos envidia, cuando mentimos para salir de un problema, cuando cometemos adulterio, etc., lo hicimos porque en el momento no vimos lo malo de las cosas, queríamos cumplir nuestros deseos y algo en nuestro interior nos impulso a hacerlo, sin importar nuestras concepciones morales, ni lo que el “Yo” pensara, porque tú querías que pasara y tú quisiste que fuera así. Pero cuando nos arrepentimos, tenemos ese Yo en nuestras cabezas, esa concepción social que no te permite expresarte como quieres, ese “yo debo” que tienes que cumplir para estar bien con los demás, pero ¿estas bien contigo mismo, te sientes bien estando así?

Ahora que lo pienso tal vez esa sea la razón por la cual las personas “malas” tienen una mejor vida que las “buenas”, aunque no la tengan después de la muerte. Están tan aferrados a la tierra, sin importarles como será su vida cuando mueran, no les interesa lo que las leyes impongan, lo que la religión diga que deben hacer, están mas allá de su propio Yo, que no piensan de esta manera, son la concepción de ellos mismos y razonan como tal. Ignoran lo que esta bien o mal, ellos no se arrepienten de casi nada, obtienen lo que quieren como lo desean. En cambio los que nos decimos ser buenos, día a día nos arrepentimos de nuestros actos, llevando la culpa y la carga como un camello ¿Quien puede ser feliz si se arrepiente de casi todo lo que hace, porque no puede hacer lo que quiere y si lo que debe?

Otro planteamiento interesante que muestra Nietzsche en esta primera parte, es sobre los creyentes en el ultramundo. Cuando nuestra vida parece ser “perfecta”, cuando todo esta relativamente bien, es cuando menos acudimos a Dios, si estamos felices y sanos ¿para que recurrimos a él? Pues bien, para nosotros los creyentes,

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