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Carlos Monsivaes


Enviado por   •  17 de Febrero de 2014  •  2.761 Palabras (12 Páginas)  •  223 Visitas

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A lo largo de dos siglos, en un proceso que mezcla el recelo, el despojo, las migraciones de largo alcance, las fricciones interminables y la integración múltiple, México y Estados Unidos (los gobiernos, las culturas, las sociedades, las personas) han vivido en forma desigual y combinada encontronazos y desencuentros, rechazos y acercamientos, dominación financiera y flujos migratorios. La superioridad económica y tecnológica es lo más señalado del continuum donde intervienen las instituciones políticas yjurídicas, la educación, la cultura, los cambios en la vida diaria y la imagen que las sociedades tienen de sí mismas. Y una idea fija preside: o la relación es inevitable o es fatal.

No son meras palabras. Las minorías dirigentes, las clases populares, las culturas en el sentido amplio y en el más estricto, se organizan en México en torno a las diferencias entre lo inevitable (más de tres mil kilómetros de frontera, la explotación de los recursos naturales, los procedimientos del capitalismo salvaje, las migraciones que convierten a millones de mexicanos en millones de mexicano-americanos, la seducción de los modos de vida) y lo fatal, la cercanía geográfica vuelta ideología "de la trampa mortal". Si la integración es un hecho, con las opresiones y desventajas otorgadas a la parte mexicana, el determinismo oscurece el entendimiento del proceso.

¿En qué momento se implanta el determinismo entre los mexicanos? En el previsible: luego de la invasión de 1847 y la vasta pérdida territorial, operación antecedida por la suspicacia inmensa ante los herejes protestantes y por la ofensiva ideológica —tómenlo o déjenlo— del imperialismo norteamericano. Cito tres ejemplos tomados del excelente recuento de Reginald Horsman, La raza y el Destino Manifiesto. Orígenes del anglosajonismo racial norteamericano (FCE, Col. Popular, 1985):

"Aunque los bárbaros caen como granizo, como su disposición aún es belicosa, la carnicería hecha en sus ejércitos por la superioridad de la guerra científica y la bravura indómita de hombres dispuestos a la paz les enseñarán provechosas lecciones, y la pérdida de unos cuantos miles de ellos no es tan deplorable. Esta guerra enseñará a los mexicanos a pensar en su flaqueza e inferioridad." [Subrayado de CM.] / Casket, Cincinnati, 10 de junio de 1846.

"México era pobre, perturbado, en anarquía, casi en ruinas; qué podía hacer para contener la mano de nuestro poder, para impedir el avance de nuestra grandeza. Nosotros somos anglosajones americanos; era nuestro 'destino' poseer y gobernar este continente; ¡estábamos obligados a hacerlo! Éramos un pueblo elegido y ésta era la herencia asignada a nosotros: habíamos de empujar a todas las demás naciones ante nosotros!" / Resumen del pensamiento del presidente James Polk. En American Whig Review, 4 de julio de 1846.

"Nos impacienta ver a nuestro país y su dominio llegando a lo lejos, sólo hasta el punto en que quitará las cadenas que niegan a los hombres la oportunidad igual de ser buenos y felices... ¿Qué tiene que hacer el ineficiente y miserable México con la gran misión de poblar el Nuevo Mundo con una raza noble?" / Walt Whitman, en el Brooklyn Daily Eagle, 1846.

Lo inevitable versus lo inexorable. Apunto a continuación algunos rasgos de este sistema de creencias opuestas y complementarias:

1.- Al determinismo lo activa la idea prevaleciente en México: la unidad de los gobiernos y las sociedades de Norteamérica es absoluta. Tarda en producirse la visión matizada. Sí, demasiados estadounidenses se ajustan a los intereses del gran capital y aprueban e intervienen en las empresas del despojo; pero existen también las minorías excepcionales, los procesos de liberación cultural y social, las zonas heterodoxas. La influencia norteamericana corroe o modifica casi todos los usos y costumbres, pero, entre otros, hay uno que se mantiene: la persistencia de la comunidad nacional.

Mitología y realidad. En la etapa que se extingue con la Guerra Fría, a la visión norteamericana de México la moldean las vivencias del triunfo y el triunfalismo históricos, las necesidades de expansión industrial y comercial, las alarmas ante The Brown Tide, la arrogancia que es una "segunda piel", las versiones de la teoría del Destino Manifiesto. Sin siquiera meditar en ello "por cortesía", se suele ver a México como el espacio del atraso orgánico y las oportunidades de inversión, You buy a Hacienda for a few pesos down, el patio trasero de la política expansionista, la suma de ruinas fascinantes, paisajes y experiencias sexuales (para spring breakers y winter tours), el lugar de origen de los trabajadores y de la mayoría de los latinos, el catálogo de frases del humor vagamente bilingüe: the whole enchilada, hasta la vista baby, y no mucho más. De allí que, desde cierta perspectiva, se afirme: Norteamérica es la entidad que nos saquea y nos estimula un tanto involuntariamente, sin tomarse la molestia de conocernos.

2.- Al tanto de los recursos de Norteamérica, el determinismo extrae conclusiones derrotistas: "No hay nada que hacer, siempre nos llevarán ventaja. La dinámica de Norteamérica hace que monopolice ad perpetuam las primeras filas."

A este conjunto de juicios y prejuicios, de certidumbres y resignaciones, de protestas y de ganas de asimilarse, lo ajustan y promueven la experiencia histórica, la fe en la continuidad de la fe (lo dice para que lo citen siempre Rubén Darío: "Eres los Estados Unidos, eres el futuro invasor / de la América ingenua que tiene sangre indígena, / que aún reza a Jesucristo y aún habla en español"), el conservadurismo criollo, los miedos y las valentías de los gobiernos, la actitud antiimperialista encarcelada por su retórica, los fuegos fatuos de la Identidad Nacional, las elites políticas siempre pendientes de la aprobación o la desaprobación de la Casa Blanca, y las elites económicas ansiosas de disminuir su cuota de mexicanidad (es curioso, más que ninguna otra clase social, la burguesía cree fanáticamente en la Identidad Nacional, la teatraliza en las horas rituales y busca alejarse de ella el resto del tiempo. Los grandes adeptos a las mitologías son a veces los más ansiosos de escapar de ellas). La lectura supersticiosa de los hechos transforma en fatal lo que se vive y sus millones de opciones diarias, y la realidad reaparece como la sucesión de profecías cumplidas.

3.-¿Cuáles han sido las consecuencias, entre los mexicanos, de este juego de la predeterminación? Destaco una nefasta: la oportunidad de

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