Carrera Contra El Tiempo

Carrera contra el tiempo.

Ni por un segundo quise detener el tiempo, tampoco quise detener el tren de la vida para verte a escondidas. Puesto que no te puedo atar al cursor de mi vida, somos libres como el viento, tan libres como esas bandadas de palomas que arriban su vuelo y no se dejan caer; si en un momento lo hacen, no es porque se hayan perdido, sino porque el cansancio las ha abatido.

Cada vez siento que el tiempo se va, corre muy de prisa, como si algo lo llamara tan pronto como viene, y cada vez que siento eso, siento que no hice nada por detenerlo.

No quiero pasar el resto de mis días postrado en una camilla, sin poder siquiera realizar algún movimiento, como si estuviera paralitico o en estado vegetal.

Me pregunto si el placer de la vida consiste en hacer y deshacer, mas lo pienso y me detengo a pensar. Es una idea absurda.

Busco caminos, horizontes nuevos a cual arribar, no quiero que mañana o más tarde tenga que arrepentir por lo que no hice o deje de hacer.

Aun si resultara difícil de cruzar esos senderos, no me detendría ni por un segundo.

Es mi anhelo conocer otros mundos, compartir mis experiencias, y disfrutar con los seres diminutos, el placer de la vida, hasta el último respiro.

Entonces, comprenderé cuan maravillosa es la vida y, no difícil como los demás lo afirman.

Nada resulta complicado, si tú lo ves desde otra perspectiva. Es cierto que no todo es color de rosa, pero quien dijo que el mundo no es de dos, hagamos lo que hagamos el mundo siempre será bicolor.

La pureza de los infantes, la envidia y la codicia de los adultos siempre nos perseguirán. No es que el alma de los hombres sea impura, si no que más puro y sano, es el pensamiento de un niño. Puesto que los hombres con el tiempo solo saben acumular rencor, odio, envidia y codicia, sentimientos ambivalentes.

Cada vez siento que el tiempo avanza, y yo con el solo me atraso. No puedo seguir su ritmo, no me es fácil, me es preferible abordar cuanto antes el cursor de la vida.

Sé que no soy como los demás, pero de igual manera me acepto y me quiero tal como soy, y no necesito estar pregonando a los cuatro vientos, lo que no hice o deje de hacer, tampoco voy estar vanagloriándome con los éxitos de los demás, cada quien tiene lo suyo, y nadie es incapaz de construir un muro, de escalar una montaña, de conquistar una nación, de cantar una canción o robar un corazón.

Me estoy muriendo, y con ello se está hiendo las mejores etapas de mi vida, no por idiota, o por bruto como lo llames, si no, porque no quise comprender cuan linda es la vida. Es tarde para mí, ya los años me han vencido.

Quisiera poder retroceder el tiempo, y empezar de cero, pero es imposible. Nada

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