Construccion Del Diagnostico
castrokeybis27 de Marzo de 2012
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CONSTRUCCION DEL DIAGNOSTICO CON UNA VISION TRANSDICIPLINARIA.
“La transdisciplinariedad se concibe como una visión del mundo que busca ubicar al hombre y a la humanidad en el centro de nuestra reflexión, y desarrollar una concepción integradora del conocimiento. Para ello, esta corriente de pensamiento ha desarrollado tres pilares: los niveles de realidad, la lógica del tercero incluido y la complejidad, a partir de los cuales pretende fundar una metodología que aborde la cuestión humana y del conocimiento desde una perspectiva de interconexión en el sentido de complexus o “lo que está tejido junto”, según la expresión de Edgar Morin. Lo anterior, teniendo siempre presente que una visión totalizadora y completa de lo humano y del conocimiento son imposibles dada la incertidumbre y la incompleta fundamental que caracteriza a estos dos fenómenos.
Si somos consecuentes con la tesis de Marx, de la necesidad de construir un método que siga la lógica especial del objeto especial y asuma las diferencias específicas, para lograr concreción, se impone por necesidad la inter, multi y transdisciplinariedad, en sus vínculos dialécticos y la integración de saberes; sin embargo la formación disciplinaria, nos ha conducido a la abstracción en los análisis. Es imprescindible estudiar el objeto que se investiga en sus diversas mediaciones, y para ello, hay que metafóricamente, unir los hilos a la madeja. Por supuesto, se requiere de un necesario aval cultural para poder integrar los saberes, y así acercarnos con más profundidad a la verdad. Por eso los fundamentos filosóficos, por su aprehensión cosmovisiva, contribuyen a la integralidad de la investigación, a la articulación de saberes varios, los cuales son insoslayables para poder penetrar con profundidad en la realidad objeto de investigación.
Por esta razón, la transdisciplinariedad surge, en forma, relacionada con el desarrollo de la física cuántica y los interrogantes elaborados por Niels Bohr sobre la unidad del conocimiento. En especial los trabajos de Bohr vinculados con conceptos como “no-divisibilidad”, “correspondencia” y “complementariedad”, en donde existe una posible vía para comprender las relaciones entre aspectos contradictorios y en donde juega un papel importante el problema de la articulación entre distintos niveles de realidad.
Para Nicolescu la visión transdisciplinaria es una perspectiva que propone considerar una realidad multidimensional estructurada en múltiples niveles, que sustituya la visión de una realidad unidimensional del pensamiento clásico. Basarab Nicolescu es consciente de que esta propuesta requiere una explicación rigurosa y que además, encierra numerosos interrogantes: ¿Qué teoría es capaz de describir el pasaje de un nivel de realidad a otro? ¿Hay coherencia y unidad estructural de los niveles de realidad? ¿Hay un nivel de realidad privilegiado para comprender a todos los otros niveles? ¿Cuál es el juego del sujeto observador en la existencia de una eventual unidad de todos los niveles de realidad? ¿La unidad del conocimiento, si es que existe, es de naturaleza objetiva o subjetiva? ¿Cuál es el lugar de la razón en la constatación de una eventual unidad del conocimiento?.
ROL DE CADA ESPECIALISTA EN LA CONSTRUCCION DEL DIAGNOSTICO
Cada uno de lo docentes especialista debe aportar en la construcción del diagnostico de aula los elementos que, desde su especialidad permitan el logro de los objetivos que se plantean - pero con una visión interdisciplinaria de su conocimiento y con una concepción integral del quehacer educativo que incidan directamente en la creación de las mejores condiciones para que los niños tengan acceso al dominio del proceso educativo. A título de ejemplo: el maestro especialista podrá adelantar sugerencias dirigidas a garantizar el uso significativo de la lengua escrita en el desarrollo de un proyecto de cualquier naturaleza (incluyendo, muy en particular, el Proyecto Pedagógico de Aula) que el maestro regular y sus alumnos hayan decidido implementar. Pero no es función del maestro especialista la elaboración de dicho proyecto ni la evaluación de sus resultados en términos que no sean los de su especialidad, es decir, del uso de la lengua escrita y de las condiciones para facilitar la adquisición de la misma. La planificación e implementación de todas las actividades propias del proceso de enseñanza aprendizaje son de la exclusiva responsabilidad del maestro regular, y la asunción de las mismas por parte del maestro especialista desdibujaría su perfil y podría generar situaciones indeseables.
La labor del docente especialista debe tener, como lo dice el nombre de la estrategia a seguir, un carácter de cooperación. De ninguna manera el docente especialista debe sustituir al maestro de aula en su tarea, ni pretender dar líneas para el trabajo en materias que son de la exclusiva competencia y responsabilidad de este último, ni hacer sentir su presencia como una intromisión en el aula.
Tampoco el docente especialista puede convertirse en una muleta de la cual el maestro de aula no podría prescindir para desempeñar su labor. Si el docente especialista actúa de esta manera, tendería a duplicar el trabajo del maestro de aula, y en último término, se llegaría a la situación absurda de pretender que haya tantos docentes especialistas como maestros de aula. En todo caso, ese no es el propósito de la estrategia de Acción Cooperativa en el Aula Regular. Así, el docente especialista puede colaborar con la formulación y la implementación de un proyecto pedagógico de plantel o de aula, con la realización de una fiesta o de un paseo de fin de curso, en la elaboración de las carteleras, en la redacción de un periódico escolar, o participar en reuniones con padres y representantes o en otras instancias de proyección comunitaria. Pero estas actividades no pueden considerarse como características de su quehacer, ni conducentes por sí mismas al logro de los objetivos específicos que persigue el aula integrada.
La tarea docente juega un papel fundamental en la práctica educativa de los sujetos. El mismo puede favorecer o perjudicar el aprendizaje de sus alumnos, dependiendo del rol que ejerza dentro del aula.
Para lograr el éxito del binomio enseñanza-aprendizaje, el docente debe tener en cuenta determinadas situaciones y condiciones que se suscitan en el día a día dentro del contexto áulico, dicho en otras palabras, es necesario que tenga en cuenta la realidad que se vive dentro de la misma, la realidad de sus alumnos.
Esta realidad se encuentra influenciada por diversos factores tales como sociales, económicos, culturales, entre otros. Esto conlleva a una diversidad a la cual el docente deberá atender, si su propósito es que sus alumnos logren alcanzar el conocimiento.
Podríamos decir, que existen dos clases de docente: el docente ejecutor y el docente elaborador. Lo que se intentará en este trabajo, es abordar la función de ambos roles, analizando las posibles ventajas y/o desventajas de los mismos.
Se tratarán aquí dos grandes perspectivas, las cuales a mi entender, trazan el perfil del docente.
Esta perspectiva busca sacar a la práctica de la enseñanza de la improvisación y el sentido común, de una etapa precientífica en la que el empirismo docente obstaculizaba e impedía el desarrollo óptimo de la enseñanza. Subyace la idea de que es posible entender, explicar e intervenir en una forma rigurosa, objetiva y científica en los procesos de promoción del aprendizaje, de modo que los conocimientos adquiridos y producidos por la investigación educativa puedan mejorar las prácticas. Para esto se necesita la formación científica de los docentes, la elaboración científica del currículum y la organización y la gestión de la escuela de un modo eficaz y eficiente.
Desde esta perspectiva, el docente está visto como un técnico que resuelve problemas instrumentales. Está visto como un ejecutor de las disposiciones tomadas por los científicos.
Veamos un modelo técnico para organizar la práctica de la enseñanza: la Programación Lineal.
Se basa en la teoría del condicionamiento operante que provenía del campo de la psicología conductista. La misma plantea que los estudiantes deben dar una respuesta correcta en cada una de las etapas e inmediatamente reciben un premio o gratificación. Cada programa de instrucción constituye una secuencia fija, basada en un cuidadoso y pormenorizado análisis de la materia a enseñar.
Esto pone al docente en la obligación de tener un conocimiento claro y detallado de la materia que enseña y tiene que secuenciar los contenidos que incluya. Generalmente, esta secuenciación se encuentra dada por los especialistas. –Especialistas que no viven la realidad áulica.
Desde el punto de vista de los alumnos, se les proporciona a todos el mismo recorrido sin establecer diferencias.
En esta concepción de la enseñanza, subyace la idea de que lo que hay que enseñar son informaciones y destrezas.
Podríamos decir que lo importante aquí es que logra y que no logra el alumno pura y exclusivamente desde lo cognitivo. El mismo será valorado o desvalorizado por los logros alcanzados. Parecería no importar aquí, las problemáticas particulares que puedan presentar los sujetos, como si ello no ejerciera influencia en el proceso de aprendizaje de los mismos.
Aquí se corre el riesgo de la presencia de docentes que etiquetan a sus alumnos, rotulándolos como “buenos” y “malos”, según hayan sido sus alcances y puede caerse en el grave error de “desistir” de avanzar en la tarea de enseñanza
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