EL BANQUETE AUTOR: PLATÓN

EL BANQUETE

AUTOR: PLATÓN

Iba Apolodoro en una travesía hacia Atenas, cuando escuchó que un amigo suyo lo llamaba de manera exhaustiva, seguidamente, al llegar al lado suyo, este le preguntó  cuáles habían sido los hechos ocurridos en la casa de Agatón aquel día de la cena. Así pues, Apolodoro comenzó a hablar con su amigo acerca de dicho tema, refiriéndole primeramente que él banquete no había sido ejecutado en una fecha reciente y que él no había asistido personalmente, el sabia lo ocurrido aquel día porque su íntimo amigo Aristódemo lo había informado.

Entrando en materia, Apolodoro comenzó a contar a su amigo, los hechos ocurridos aquel día. Aristodemo casualmente se encontró a Sócrates a la salida de su casa, por lo cual le pregunto para donde iba, inmediatamente, Aristóteles le respondió que iba  a la casa de Aristodemo a una cena a la cual había sido invitado. En ese mismo instante y casi que de forma inmediata, Socrates invito a Aristodemo a acompañarlos en la cena; Aristodemo estaba un poco nervioso, pues no había sido invitado personalmente por Agatón, seguidamente, y tras la insistencia de Socrates Aristodemo acepto asistir a la cena.

En el camino a casa de Agatón, Socrates quedo inmóvil y sumergido en sus propios pensamientos, por lo cual Aristodemo avanzó solo hasta la casa de Agatón. Aristodemo fue bien recibido en la casa de Agatón, pero al notar la ausencia de Socrates, Agatón preguntó al recién llegado donde estaría Socrates, Aristodemo no supo responderle por lo cual mandaron a un esclavo a buscarlo. Al no llegar Socrates, iniciaron el festín de una manera singular, los esclavos llevaron todo tipo de comidas y bebidas para deleitar el paladar de los invitados.

 Al llegar Socrates a la casa de Agatón, los invitados ya iban a media comida, así que Agatón lo invito a sentarse junto a él, y así mismo  para que le contara cual fue el origen y la conclusión de ese tiempo de reflexión. Socrates le expreso su extrema gratitud por estar presente en aquella cena, y por supuesto le contaría lo reflexionado en el camino a su casa y aun estando en la puerta de la misma, pero después de cenar.

Al cabo de un tiempo, cuando ya habían terminado de cenar, Pausanias, uno de los invitados, tomo la palabra y sugirió que bebieran con moderación, para así entender el sentido de las palabras y captarlas en su completo esplendor “prevengámonos, pues, para beber con moderación” (el banquete, platón, pág. 302), inmediatamente, Aristófanes felicito a Pausanias por tales palabras “Pausanias, me da mucho gusto en querer que se beba con moderación, porque yo fui uno de los que se contuvo menos la última noche”(el banquete, platón, pag303); y así como Aristófanes, Exirimaco y Fedro de Mirrias le felicitaron; por lo cual quedo como un común acuerdo entre los asistentes, no excederse en la bebida esa noche.

Por otra parte, ya entrando en materia, Exirimaco resulto definir el asunto de conversación, por supuesto si los demás asistentes estaban de acuerdo; a lo cual todos asentaron con especial emoción e interés. El exponente, empezó su plática con una reflexión muy interesante “¿no es cosa extraña, que de tantos poetas que han hecho himnos y cánticos en honor de la mayor parte de los dioses, ninguno haya hecho el elogio del Amor, que sin embargo es un gran dios?” (El banquete, platón, pag304), Exirimaco los invito a mirar a los sofistas que son bien entendidos, ¿porque?, porque hacen poemas sobre hércules y sobre infinidad de Dioses pero ningún poema sobre el amor, “me parece al mismo tiempo, que cuadraría muy bien, a una sociedad como la nuestra honrar a este Dios”(el banquete,platon,pag304) agrego Exirimaco, y sin más, los asistentes asintieron no buscar otro tema de conversación.

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