EL RINOCERONTE

El Rinoceronte

El secreto para el éxito es convertirse en rinoceronte. Despierta cada mañana como un rinoceronte. Nada de guardarse durmiendo hasta el último minuto posible. Salta de la cama, date una ducha, cepíllate los cuernos, tu ropa rinoceronte y presto ¡listo a la carga!

Ojala tengas algo que cargar. Tienes que tener metas que le den objetivo a tu vida. Ya es tiempo de decir: ya es suficiente de esto de ser una vaca perezosa, ya estoy harto de no hacer nada, de no conseguir nada. Voy a convertirme en un rinoceronte rico.

¡Enfurécete! Quien va discutir con un irresistible, enfurecido y disgustado rinoceronte! Así conseguirás lo que quieres sencillamente atacando.

Embiste siempre masivamente y tendrás éxito masivo. Cuando te confrontes con un reto, no lo enfrentes asustado. Dite a ti mismo: “Malditos los torpedos” Da de ti todo lo que tengas nunca permitas que ni el menor pensamiento de fracaso cruce tu mente. Contigo debe ser todo o nada.

Eres un rinoceronte y puedes aguantar la adversidad. Los puñetazos te fortalecen más aun. Cuanto mas crezcas como rinoceronte mayor serán los torpedos que te disparen. Sigue embistiendo.

Todas tus energías deben dirigir hacia la consecución de tu único ardiente deseo. Eres peligroso porque una vez que arrancas en tu carga hacia un objetivo nada puede distraerte. Un lente de aumento jamás hará encender algo si no fija su lente en un solo sitio continuamente y durante determinado lapso de tiempo. Sigue cargando a pesar de las dificultades, pues nunca se sabe cuando brotará la llama.

Como buen rinoceronte siempre estás alerta. Eres como un gatillo montado en una pistola listo para disparar.

¡Espera! Qué es ese olor, ¿será una oportunidad o un torpedo? De repente divisas ¡es la oportunidad! También ella te ve y como un disparo ambos arrancan entre la jungla. Tienes la oportunidad a la vista y te esta ganando terreno. Es sin duda una buena oportunidad y la persecución es ardua y prolongada.

Comienzas a cansarte. ¿te estará evadiendo? Recuperas la respiración. Por la selva sigues la persecución sin desfallecer un solo momento. De repente ¡lo logras! La oportunidad se cansó y tu la alcanzaste.

¿Qué es lo que hace que un rinoceronte se lance a la carga? ¿Qué es lo que causa esa gran motivación?

Pues bien. ¡Descubre el secreto tú mismo? Estas persiguiendo algo ¿verdad?

Las vacas sencillamente no creen que puedan lograr algo y, en consecuencia ni siquiera lo intentan.

Se dicen así mismas: somos vacas no podemos cargar. No hay objeto en siquiera intentarlo. Las vacas sostienen que son realistas. O son ignorantes, perezosas, o están tratando de racionalizar su fracaso.

El éxito esta ahí a disposición de quien se levante y arranque tras él. Tú lo sabes. Por eso eres rinoceronte. Es tu fe la que acciona tu motor. Eso

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