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El Arte De Mal Leer


Enviado por   •  30 de Mayo de 2015  •  423 Palabras (2 Páginas)  •  176 Visitas

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EL ARTE DEL MAL LEER

84. La filología del cristianismo.

Analizando simplemente el carácter de las obras de sus autores, veremos inmediatamente lo poco que estimula el cristianismo el sentido de la honradez y de la justicia. Estos enuncian sus hipótesis con tanta audacia como si fueran dogmas, y pocas veces les apura sinceramente la interpretación de un pasaje de la Biblia. Constantemente leemos «Llevo razón, porque así está escrito». Ante una interpretación tan impertinente y arbitraría, el filólogo no puede menos que detenerse, irritarse o reírse, para acabar preguntando «¿Es posible ¿Es esto honrado ¿Es siquiera lícito» Las faltas de honradez que, en este aspecto, se cometen en los pulpitos protestantes, la forma grosera en que el predicador explota el hecho de que nadie le puede responder, su modo de deformar y de violentar los textos a placer, inculcando en el pueblo de mil maneras el arte de leer mal, son cosas que sólo ignoran el que no va nunca a la iglesia o el que la frecuenta asiduamente. Pero, en última instancia, ¿qué podemos esperar de los efectos de una religión que, durante los primeros siglos de su fundación, trató de llevar a cabo una extraordinaria farsa filológica con el Antiguo Testamento Me refiero a su intento de quitarle a los judíos el Antiguo Testamento, sobre la base de que no contiene más que doctrinas cristianas y que, en consecuencia, sólo pertenece a los cristianos, el auténtico pueblo de Israel, mientras que los judíos no hacían sino usurparle. Se produjo entonces un furor de interpretaciones y de sustituciones, contrarias a toda buena fe. Por mucho que protestaran los judíos, en el Antiguo Testamento sólo se hablaba de Cristo, y nada más que de Cristo, especialmente de su crucifixión. Todos los pasajes en los que se habla de madera, de vara, de escala, de rama, de árbol, de caña o de báculo, habían de ser vistos como profecías relativas a la crucifixión; hasta el unicornio y la serpiente de bronce, hasta el propio Moisés orando con los brazos extendidos y las lanzas en las que se asaba el cordero pascual, no eran más que alusiones y, en cierto modo, preludios de la crucifixión. ¿Creían esto quienes lo defendían La propia Iglesia no dudó en introducir interpolaciones en el texto de los Setenta (por ejemplo, en el salmo 96, versículo 10) con la finalidad de interpretar el texto fraudulentamente incorporado en términos de una profecía cristiana. Y es que, como se encontraba en estado de guerra, pensaba en sus enemigos, no en la honradez.

Friedrich Nietzsche

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