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El Positivismo


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2014  •  2.020 Palabras (9 Páginas)  •  172 Visitas

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El Positivismo y el movimiento revolucionario.

Durante los años de fiebre positivista los políticos formados en estas ideas, al igual que los científicos, trataron de poner orden y lograr entonces la libertad. Defendían con tal ahínco la metodología que el pueblo les propinó el mote del "partido de los científicos". Porfirio Díaz tomó el poder político y la burguesía el económico.

El primero se declaraba positivista y científico a ultranza, mientras los segundos se enriquecían bajo los presupuestos darwinistas de que todos los mexicanos tenían derecho a enriquecerse, pero unos podían más que otros. Los beneficiados: políticos que traficaban con concesiones industriales y los grandes latifundistas.

Gabino Barreda fundó la Escuela Nacional Preparatoria, cuna de las nuevas ideas y el gran semilleros de los hombres influyentes del país. Los preparatorianos llegaron a ser en poco tiempo líderes de la administración pública y directores de la actividad intelectual.

A medida que se avanzaba en la primera década del siglo XX, la aplicación de las doctrinas del positivismo iban brindando sus amargos frutos. El progreso de México se calificó en términos que hoy no nos son ajenos desde el neoliberalismo: "cuanto más ricos sean sus ciudadanos más progresará el país". Se olvidaron que el enriquecimiento exagerado de unos (pocos) implicaba el empobrecimiento exagerado de otros (muchos). Se preparaba así el terreno para el movimiento revolucionario.

Desde mi punto de vista, el positivismo fue una doctrina europea, específicamente Francesa que quería terminar con las suposiciones o mitos con los cuales el ser humano se explicaba diferentes fenómenos.

Creo que la razón por la cual tuvo tanto éxito y fue aceptado por la mayoría de los mexicanos, se debe a que la burguesía mexicana estaba cansada de que la inestabilidad política y social que había en el país, a causa de las constantes luchas por el poder entre los liberales y los conservadores, quienes según su punto de vista, solo servían para causar inestabilidad y guerras, por lo cual México no lograba un gran desarrollo económico, social, político y hasta cultural.

Augusto Comte. Este sostiene que existen en la humanidad tres estados, el teológico, el metafísico y el positivo. El estado positivo es superior a los dos anteriores, en este el hombre deja sus inquietudes por los seres y por la sobrenaturalidad de los mismos, cosa que se da en el estado teológico; al igual que abandona su búsqueda por las abstracciones del ser (estado metafísico) y se centra en la observación y en la experimentación, en la búsqueda del conocimiento sólo por vías racionales.

Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún determinismo absoluto a priori.

La filosofía positiva se basa en lo real en los fenómenos dados en el sujeto. Esto real se opone a toda visión teológica o metafísica del mundo.

La visión positiva de Comte trasciende su época, hoy en día los métodos de estudio utilizados para realizar proyectos de investigación. investigaciones científicas o tesis se basan en el método positivc, es decir en la observación - experimentación, en lo que podemos ver, palpar y medir por encima del sujeto, Todo aquello que es medible, pesable y cuantificable es digno de ser investigable, esto quiere decir positivo y positivismo desde el punto de vista filósofico.

IV. EL POSITIVISMO Y SU INTRODUCCIÓN EN MÉXICO.

Gabino Barreda fue alumno de Augusto Comte entre 1847 y 1851 en París, él, de alguna manera fue uno de los responsables directos de la introducción del positivismo en la tradición de la filosofía mexicana. La introducción del positivismo en México se observó fundamentalmente en el sistema de educación y simultáneamente también fue utilizada como un arma política.[6]

En 1867, año de la Restauración de la República, el Partido Liberal Mexicano se declara, políticamente hablando, como partido triunfador y de modo inicial el positivismo se convierte en la filosofía y en el instrumento ideológico de este partido.

El positivismo en México era conceptualizado como un sistema con un contenido característico sobre la historia, la educación y la política; significaba además una filosofía opuesta al catolicismo dominante en México.

Por otro lado, la carga cultural de la filosofía positiva asumía la participación del espíritu religioso como parte importante y trascendente en el desarrollo del espíritu positivo, lo cual por sí mismo ofrecía las condiciones para que los liberales mexicanos, que en su mayoría eran católicos, justificaran su intervención en el poder que antes ostentaba el clero, así asumieron una condición que les permitió no generarse un agudo conflicto interno.

Lo anterior permitió, a esa generación de mexicanos, separar la esfera de la religiosidad de los ámbitos correspondientes a la ciencia y la política; esta acción por parte de los liberales tuvo su justificación bajo la idea de concebirse como ente racional pero al mismo tiempo como ente que culturalmente reconoce la existencia antecedente de una carga religiosa importante, que le permitió al clero tener control político pero que ya no podía ofrecer la modernidad que el país requería.

La posición de los liberales, en su mayoría, determinaba la necesidad de que en México se abriera paso a la creación del industrialismo y del capitalismo; la Ley Lerdo en el contexto de la desamortización de los bienes eclesiásticos tendría la capacidad de crear el capital circulante necesario para su multiplicación.

Las propiedades amerindias comenzaron a desaparecer entre las manos de especuladores políticamente poderosos o en su defecto fueron absorbidas por las haciendas cercanas, así pues, cerca de 54.4 millones de hectáreas que representan el 27 por ciento del área toral de la República mexicana

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