El espinazo de la noche.
Enviado por Hiram Alejandro • 17 de Mayo de 2016 • Reseñas • 1.476 Palabras (6 Páginas) • 273 Visitas
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El espinazo de la noche.
Hubo un tiempo, en el que las estrellas era un gran misterio, hasta el día de hoy hemos empezado a entenderlas. La exploración del cosmos, es un viaje hacia el conocimiento. El autor, se preguntaba, ¿Qué eran las estrellas? Lo que le respondían era, “son luces del cielo”. Claro, él sabía que eran luces en el cielo, pero tenía ganas de saber que eran en verdad. Recuerda cuando pregunto en una biblioteca cercana sobre un libro de estrellas, el resultado no era lo que esperaba, puesto a que era de gente famosa. Después de decir que ese libro no era lo que quería, le cambiaron el libro por uno que si le interesaba, en él se mostraba un concepto de las estrellas donde decía, “las estrellas son soles muy lejanos, el Sol es una estrella, pero muy cercano”. No tenía idea de lo grande que eran las distancias, pero si sabía que estaba demasiado alejado de las estrellas. Descubrió, que donde él vivía, junto a otros lugares, era un planeta, y que había un conjunto de planetas que giraban alrededor del Sol, pero estos no brillan por su propia luz como el Sol. Los soles solo reflejan un poco de la luz que reciben del Sol, hacia nosotros. El conjunto de planetas que giran alrededor del Sol, se conoce como Galaxia, mejor conocida como “La vía Láctea”, Una galaxia, es un conjunto de muchas estrellas. Gracias a la dedicación que tenían nuestros antepasados, no sabríamos la existencia de otros soles y otros mundos.
Los seres humanos siempre se han hecho preguntas acerca de las estrellas, imaginemos a nuestros antepasados, hace cientos de miles de años, en la era del descubrimiento del fuego. Se decían, que tal vez, las estrellas eran fogatas, que encendían otros nómadas en la noche. Los astros están algo apagadas, así que deben estar lejos. No todos tenían ese pensamiento, por ejemplo, los nómadas Kung, tienen una explicación de La Vía Láctea, en su latitud con frecuencia es visible, y le llaman, El espinazo de la noche. Ellos creen que es lo que sostiene el cielo, creen que si no fuera por La Vía Láctea, pedazos de cielo, se estrellarían en nuestras cabezas. Después de esto, varias teorías más surgieron, entre las cuales dicen, que los seres poderosos se convirtieron en dioses y se les dieron nombres parentescos y responsabilidades especiales por los servicios cósmicos que debían cumplir. Existía un dios para cada interés humano, los dioses ordenaban la naturaleza, nada ocurría sin la intervención directa de un dios.
Hace más de 25 siglos, en la isla de Samos y otras colonias griegas que habían crecido en el mar egeo, hubo un grandioso despertar. De pronto hubo personas que creían que todo se componía de átomos, y que los seres humanos así como los animales, habían evolucionado de forma más elementales. Que las enfermedades no eran causadas por demonios o dioses. Que la Tierra era un planeta que giraba alrededor de un sol que estaba muy lejano. Esta revolución convirtió el caos en cosmos. En el siglo VI A.C. surgió una idea nueva. Una de las grandes ideas de la especie humana. Se alegaba que el universo era conocible, porque existe cierto orden, ciertas regularidades en la naturaleza que permiten descubrir los secretos. Hay reglas y normas, que hasta la naturaleza debe obedecer. Pero ¿Por qué se desarrollaron en el Mediterráneo? ¿Por qué no en China, India, Mesoamérica etc.? Esto es, porque todas se encontraban en el centro de los antiguos imperios.
En Jonia, había una gran cantidad de islas recién colonizadas y ciudades-estados. El aislamiento, promueve la diversidad, ninguna concentración de poder podía imponer conformidad, así que fue posible la investigación. Estaban más allá de la investigación de los imperios, así que los mercaderes, turistas, marinos de África, Asia y Europa se reunían para intercambiar mercancías, historias e ideas.
Cuando se empiezan a cuestionar acerca de los rituales y practicas largamente establecidas, una pregunta llevaba a otra. Así es como surge la gran idea de comprender que podía haber formas de conocer al mundo sin recurrir a los dioses y que podían existir ciertos principios, fuerzas, leyes de la naturaleza a través de las cuales el mundo podría entenderse sin atribuir de cada cosa a dioses.
He allí el lugar y tiempo preciso, donde nació la Ciencia. Esta gran revolución ocurrió entre los años 600 y 400 A.C. y fue llevada a cabo por la misma gente practica y productiva que hacia funcionar la sociedad. Los precursores de la Ciencia fueron mercaderes y artesanos así como también sus hijos.
El primer científico jónico, se llamó Tales, había viajado por Egipto y era versado en la sabiduría babilónica. Decía que todo el mundo había sido de agua, y que era un proceso natural el hecho de que tengamos tierra firme. El mundo no había sido hecho por dioses, sino que fue resultado de fuerzas materiales interactuando en la naturaleza. Tales, regreso de Babilonia y Egipto trayendo ciencias nuevas: Astronomía y Geometría.
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