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El eufemismo como método de control social


Enviado por   •  28 de Agosto de 2018  •  Apuntes  •  755 Palabras (4 Páginas)  •  151 Visitas

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DE LA POLÍTICA DE LO CORRECTO Y EL EUFEMISMO COMO MÉTODO DE CONTROL SOCIAL

Antes de que apareciera la Neurolingüistica como pseudociencia, muchos de los que gustábamos leer a Kant, Hegel, Wittgenstein, Chomsky, Ortega y Gasset o Coseriu entre otros cientos ya teníamos una, más o menos, clara idea de que el lenguaje, su estructura y uso, tiene un papel determinante en nuestra forma de pensar y que su ámbito de acción es bidireccional, es decir, nuestra forma de usar el lenguaje determina nuestra forma de conocer el mundo y viceversa. 

En las últimas dos décadas, coincidiendo con el periodo de mayor devaluación del ser humano, se ha puesto tal empeño en manipular nuestra forma de comprender el mundo como el que se ha puesto en manipular nuestra salud y nuestro entorno. Primero fue aquella vaga pero pandémica idea de lo “políticamente correcto” que llegó a extremos tan absurdos como generar una nueva vocal agenérica (que ni siquiera es un símbolo en el sentido estricto de la palabra) como la @ para designar ambos sexos ampliando el campo genérico de designación de un término. Eso sí, este uso se extendió para no violar una de las leyes intrínsecas del lenguaje que es su tendencia a la economía. Resulta demasiado poco económico, por ejemplo, escribir en una octavilla escolar algo como lo siguiente: “Se recuerda a los padres y madres de los alumnos y alumnas que los profesores y profesoras de este centro…” 

A primera vista, y admito que fui de esos, para muchos era una idea acertada limpiar de nuestro sistema lingüístico aquellas expresiones que, de un modo otro, indujeran a comportamientos nocivos de nuestra sociedad como el racismo, la xenofobia, el sexismo y otros tantos de nuestros males (claro que también admito que creí que ese cambio en el léxico vendría acompañado de un cambio en los valores sociales que nunca fue) Pero este giro que se produjo hacia un lenguaje neutro, políticamente correcto, se convirtió en poco tiempo en una grotesca y extendida adicción por el eufemismo hipercorrectivo, de tal forma que en los medios de masas primero y después en todo intercambio lingüístico dejaron de usarse términos como “puta”, “negro”, “marica”, “culo”, “fornicar”, etc y fueron cambiados por “trabajadora sexual”, “afrodescendiente”, “gay”, “nalgas”, “relación íntima” eso sí, sin que ni las putas, ni los negros y ni los maricas dejaran de ser segregados socialmente y qué decir de los culos y la folladera, aún nos siguen vendiendo unas patatas fritas con una chica mostrando el culo y haciendo creer que comer unos doritos es polvo seguro con la susodicha. En fin, que esto no es lo grave a fin de cuentas. Lo grave comienza después, cuando todos hemos interiorizado que hablar de forma políticamente correcta y usar eufemismos baratos nos hace mejores personas y ciudadanos. Es entonces cuando empiezan a surgir otros eufemismos mucho menos patéticos pero mucho más peligrosos, de tal forma que, a día de hoy, ningún medio habla de “invasión imperialista de un país” sino de “guerra preventiva”, no se habla de la “clase obrera” sino de “clase popular o trabajadora”, no se habla de “víctimas de la guerra” sino de “daños colaterales”, no se dice “guerra civil” sino “conflicto interno”. Hemos cambiado “pobre” por “humilde” y no es un asunto baladí. Puliendo de esta manera nuestro lenguaje se eliminan los recursos conceptuales cuya finalidad es provocar una reacción emocional y un juicio de valor a nivel cognitivo. Todos rechazamos una invasión territorial, pero respecto a una “guerra preventiva” nuestra respuesta puede ser más ambigua. No nos cuesta tanto reconocernos como humildes, menos aún después de la inevitable asociación del término con una de las virtudes por excelencia de la iglesia católica, pero sí nos cuesta admitir que somos pobres (sobre todo si hemos pertenecido a esa clase media que el sistema está destruyendo). Lo mismo ocurre en todos los casos y aunque podría preguntarme cuál es el interés oculto detrás de esta tendencia, prefiero arrojarme a responder tal y como lo pienso, somos clase obrera emputecida, empobrecida y amariconada y ese sistema nos está follando por el culo a todos porque, entre otras cosas, nos han imposibilitado hablar de ello de la única forma que nos serviría para evitarlo, es decir, tomando conciencia. No podemos ser conscientes de lo que no podemos hablar y si no podemos hablar no podemos crear la realidad que nos merecemos, solo nos queda aceptar la realidad que nos imponen y a la que nos referimos muy correctamente como “así son las cosas”

EUROPA PRIMA

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