El mensaje de Criton consiste en colocar el deber por encima de todas las cosas incluso de la vida misma.

El mensaje de Criton consiste en colocar el deber por encima de todas las cosas incluso de la vida misma. Esto aplica para nuestra vida diaria sabiendo de antemano que es primero el deber que el placer. El deber se identifica en este caso con el respeto a las leyes civiles. Porque se debe respetar la ley pues de ella depende que nos juzguen y dicta que tipo de personas podemos o queremos ser en la sociedad.

En esta época todos los valores espirituales de la tradición como el respeto a las leyes están en crisis, la manera en que los jóvenes se están educando no es la más adecuada, pues el mundo materialista en que se vive, exige a la gran mayoría de madres a salir del hogar a trabajar; de ellas dependen en un gran número la educación y formación de sus hijos.

“Una comunidad sin leyes no es otra cosa que una jauría de fieras”.

En lo personal coincido con esa frase, Dios nos dejo el libre Albedrío pero eso no significa que podemos ir por el mundo haciendo y deshaciendo. Debemos adaptarnos a las leyes que rigen nuestra sociedad, como humanos pensantes y conscientes de lo que nos rodea.

Como nos dice Criton:” Buscas que te sucedan precisamente aquellas cosas que tus enemigos buscarían que te sucedan y que han intentado para destruirte”. Aunque no se quiera admitir lo que diga la gente, algunas veces influye en nuestras decisiones, el trabajo a nivel de un profesional debe ir de la mano de la dinámica del mundo pues este exige una mayor responsabilidad en el trabajo a cambio de menos garantías. Eso significa que actúas de acuerdo a una regla ya preestablecida.

Ya sea en lo privado o en el sector público los superiores exigen mayor calidad en proyectos, cada día hay que resolver los problemas en forma más óptima, reducir los costos, ser más eficiente por el mismo sueldo.

Sócrates dice “No sólo ahora sino en todo tiempo, estoy dispuesto a obedecer, no a nadie de los nuestros, sino a la razón, la cual, hablándome, se me presente como la mejor”. Es curioso, la sociedad actual marca un ritmo de consumo excesivo, tratan de influir en nosotros colocando una idea de felicidad errónea de “adquirir más cosas”, crédito por un bien que podríamos comprar mañana, nos desligamos del presente.

Si tan solo razonáramos un momento de que no es necesario adquirir cosas inútiles no recapacitamos en que su costo es mucho más alto y que ponemos en peligro nuestra seguridad económica pagando intereses, en algunas ocasiones preferimos por ejemplo: comprar ropa de marca que un medicamento en una farmacia.

Estos intereses aumentan los problemas laborales, la sociedad, las costumbres de las personas y la ética con la que actúen; todo a nuestro alrededor nos damos cuenta de la realidad se necesita más dinero, más trabajo y responsabilidades agregadas. Volvemos

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