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El pliegue latinoamericano: arqueología del «negro de m...»


Enviado por   •  27 de Agosto de 2018  •  Resúmenes  •  10.079 Palabras (41 Páginas)  •  91 Visitas

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El pliegue latinoamericano: arqueología del «negro de m…»

Guido Fernández Parmo

Universidad de Morón

guido@fernandezparmo.com.ar

A. INTRODUCCIÓN

En el siguiente trabajo monográfico vamos a pensar al insulto cotidiano utilizado fuertemente en Buenos Aires «negro de mierda» como una categoría que permite reproducir tanto la lógica económica de clase como la cultural eurocéntrica. Nuestra idea es que si el mundo está dividido en dos grandes territorios, el Centro y la Periferia, siendo el Centro el lugar en donde se deciden tanto política como económicamente los destinos de la periferia, la categoría de «negro de mierda» permite plegar y reproducir al interior de nuestro territorio periférico las desigualdades mundiales. Esto quiere decir que el insulto tiene el poder no de representar algo sobre un individuo o una población, sino de reproducir al interior de nuestro territorio, del lado de acá, como diría Rayuela, las diferencias imperialistas que son al mismo tiempo diferencias económicas y culturales.

Para desarrollar esta hipótesis principal, vamos a centrarnos en la Teoría Poscolonial, así como en algunos autores franceses que le dan marco a dicha teoría: Deleuze y Guattari, principalmente, y Foucault y Derrida sobrevolando el espíritu general del trabajo.

En toda la monografía seguiremos dos pistas en paralelo: la producción de la realidad geopolítica, esto es, cómo se produce el mundo mismo y cómo este mundo producido está divido en relaciones desiguales de poder, y, por otro lado, la producción de las identidades o representaciones de un lado y del otro. Para ello, nos centraremos en la ontología de la diferencia de Deleuze y buscaremos aproximarla a la problemática del orden capitalista e imperialista.

El trabajo tiene el siguiente orden:

1. en primer lugar, veremos qué es el eurocentrismo como forma de pensamiento.

2. en segundo lugar, y de lo anterior, veremos cómo Europa se inventa a sí misma e inventa el gran mito de la centralidad y de su identidad.

3. por último, veremos cómo Europa inventa la identidad latinoamericana.

B. EUROCENTRISMO: TENSANDO LA RED

El eurocentrismo es una ideología que atraviesa al pensamiento europeo a partir del siglo XVIII y que se reproducirá tanto en teorías científicas y filosóficas como en el arte y en los discursos políticos. Nos centraremos aquí en la construcción historiográfica de los siglos XVIII y XIX que piensa que todas las historias confluyen en Europa. El eurocentrismo hace converger todos los puntos de la periferia en uno solo central. Todas las historias giran en torno a un centro de gravedad que funciona como atractor (voluntario o involuntario) de todo el sistema de la Historia Universal. El eurocentrismo es, así, el télos, el Fin, visto concéntricamente.

Estemos donde estemos, el lugar desde donde pensamos y nos pensamos es alguno de esos puntos que miran al centro. Esto ha sido la gran astucia de la civilización europea-occidental: ponerse como meta, modelo y objeto del deseo para el resto del mundo.

Sin embargo, la atracción sola no alcanza para hacernos caer en su red, ésta debe ser al mismo tiempo algo consistente y tenso que impida la fuga hacia otras direcciones. Proyectar sobre la periferia la atracción inmóvil implica que se distribuya por todos lados algún tipo de dispositivo ideológico y material que mantenga en su curso “natural” el desarrollo de las historias.

Una característica del eurocentrismo ha sido darle una forma temporal a esa multiplicidad de historias y culturas, de tal manera que el télos funcionara como Uno convergente hacia el cual todo tiende. El eurocentrismo en tanto ideología funciona como dicho dispositivo cuando toma la forma, en nuestro lugar, de la representación del «negro de mierda». Como veremos, esta representación funciona como una “máquina abstracta”, como un dispositivo que permite mantener a toda la red de nuestro territorio bien pegada y tensa, reproduciendo por todos lados la diferencia mundial entre la Civilización y la Barbarie. Nos centraremos en esta representación para entender una forma particular, local, de cómo el eurocentrismo funciona.

1. «Centrado». El mito de Europa: de Grecia a la Modernidad

Historia

En primer lugar siempre está el mito, el relato originario sobre los orígenes que los dioses nos han dado. En primer lugar está, pues, el mito de Europa. En este relato, Grecia y la cultura griega son parte de una Historia que culmina con la Modernidad europea y con la consolidación de la cultura occidental. Se trata de la construcción de la historiografía europea, y del sentido común que surge a partir de ella, que nos dice que Europa como civilización comienza con Grecia y con los poemas de Homero como primeras obras literarias.

De Grecia a la Modernidad, Grecia es resignificada dentro de cierta concepción eurocéntrica que define el mundo actual a partir de ciertos valores que pocas veces eran cuestionados. Uno de ellos, el de «Historia Universal» y de «tiempo histórico homogéneo» explica cómo Europa rapta a Grecia. Todas las historias son en realidad Una historia, y la multiplicidad heterogénea debe ser resignificada como el despliegue diacrónico de lo Mismo, de la Única naturaleza humana.

En esta diacronización de las diferencias sincrónicas realizada por la Historia Universal se juegan dos concepciones diferentes del mito: por un lado el mito como relato originario y primero que abarca y reúne a una multiplicidad de historias y fenómenos en una unidad; por otro lado, el mito como relato derivado, siempre diferente, que produce una diaphorá, una diferencia o dispersión expresada siempre en una multiplicidad de versiones de un relato original que está siempre ausente. La primera forma parte del eurocentrismo, la segunda de un pensamiento des-centrado

La Historia Universal utiliza la primera forma de mito, de relato, para unificar las historias en Una historia. Por el contrario, hacer historia desde el relato como versión supondrá multiplicar las historias, inscribirlas en un tiempo histórico heterogéneo que reconoce siempre las diferencias sin ordenarlas jerárquicamente.

El mito como relato totalizante

Existe un relato histórico sobre Europa que sitúa sus orígenes en Grecia. Relato que unifica a una multiplicidad de historias en una sola: la historia universal que culmina en la Europa moderna como «punta de lanza» de la civilización. La historia así tiene un sentido que apunta a la civilización occidental. Esa historia, como pensaba Hegel y el mito griego de la hija del rey Fenicio, llega de Oriente a Occidente, llega a Europa (y sólo más tarde llegará al Nuevo Mundo, América). La civilización europea-occidental, así, comienza en la antigüedad griega. Nosotros, europeos y occidentales, somos los descendientes modernos de los griegos.

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