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El valor de las decisiones individuales bajo distintas opticas


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2021  •  Ensayos  •  3.122 Palabras (13 Páginas)  •  57 Visitas

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EL VALOR DE LAS DECISIONES INDIVIDUALES

A lo largo del tiempo, se ha pretendido buscar respuestas a dilemas que

se desarrollan en el transitar de la vida humana en este planeta. La vida y la

muerte es de las variables más idóneas para tratar uno de los tantos dilemas

sobre la libertad de los hombres, ya que, aunque procesos conocidos y

asumidos a lo largo del tiempo, estos permiten enfrentar y cuestionar tal

sentido de libertad cuando recordamos nuestra pertenencia a una sociedad.

De tal forma, se pretende exponer diferentes ópticas como la filosófica,

moral, ética y social para entender el comportamiento humano, y como el

hombre desarrolla y vive su libertad como miembro de una sociedad por la

cual se pretende dar ordenanza al mundo.

El Consecuencialismo

El consecuencialismo es la familia de las teorías éticas basadas en la

idea de que lo correcto es aquello que produce buenos resultados. El

consecuencialismo se centra primordialmente en lo que hacen los agentes,

es decir, sus actos y evalúa tales actos tomando la bondad o maldad, de sus

consecuencias como pauta para determinar si son y en qué medida,

correctos o incorrectos.

Este simple concepto nos permite presuponer que sabemos qué es el

bien, dado que podemos reconocer las consecuencias buenas en el caso de

que éstas existan. De tal forma, tendríamos que cuestionarnos sobre nuestra

percepción del bien al plantear, ¿Son consecuencias buenas las que

maximizan la felicidad para la mayoría, o las que producen mayor placer en

general? O ¿Son consecuencias buenas las que se ajustan a alguna otra

definición del bien?.

Al no tener clara la forma de saber que es realmente bueno y si un acto

tiene consecuencias buenas, encontramos que en el consecuencialismo el

contraste con las teorías éticas deontológicas, que establecen que la corrección o incorrección de un acto es intrínseca al propio acto y

completamente independiente de cualquier consecuencia que se deriven de

su realización.

El principal ejemplo de ética consecuencialista es el utilitarismo la cual

sostiene que los actos son correctos cuando maximizan la felicidad, la

utilidad o el beneficio definido de un modo u otro. Mientras que los

incorrectos son los que reducen la felicidad, la utilidad o el beneficio. De tal

esencia, es necesario mencionar a Bentham quien en un comienzo establece

como objetivo universal la mayor felicidad de todos pero quien agrega en

modo correctivo, que siendo la felicidad una variable que puede entrar en

conflicto fácilmente, entonces para el caso del conflicto a causa de no poder

garantizar la felicidad de todos, se debe preferir la felicidad del mayor

numero.

Tal dilema ético puede ser tratado o ejemplificado en un tema del día a

día correspondiente a la eutanasia.

La Eutanasia

Etimológicamente hablando, eutanasia proviene del griego. Compuesta

por dos voces: “eu” que significa buena y thanator que significa muerte, de

manera que puede traducirse o interpretarse como “muerte buena”. En

concreto y a grandes rasgos la eutanasia es, entendido el concepto de la

forma en que lo introdujo Francis Bacon en 1623, la muerte apacible, sin

dolores ni tormentos; calificada más tarde en el siglo XVlll, como la acción

que produce una muerte dulce y fácil y en el siglo XlX como la acción de

matar a una persona por piedad.

Si bien desde finales del siglo pasado la reflexión sobre la eutanasia ha

sido tema de la bioética, esencialmente, al menos desde una perspectiva

ética y filosófica, el tópico tiene sus raíces en la antigüedad.

Ya Hipócrates, entre los siglos V y IV a.n.e., la trataba en el hasta hoy

vigente “Juramento Hipocrático” para los profesionales de la salud, en cuyo

contenido consta: “No administraré a nadie un fármaco mortal, aunque me lo

pida, ni tomaré la iniciativa de una sugerencia de este tipo consagrando para

la ética médica y la deontología el principio de beneficencia con su par

equivalente de no maleficencia”, pilares de una medicina paternalista, donde

el hombre aboga por la vida como valor absoluto, al margen de otras

consideraciones de orden ético o filosófico.

Cicerón, en igual posición, dijo: “tú, oh Publio y todas las personas

rectas, debéis conservar vuestra vida y no debéis alejaros de ella sin el

mandato de aquél que os la dio…”, habla sin embargo de una muerte digna,

honesta y gloriosa.”

A pesar de lo dicho, no tienen la misma posición otros pensadores,

Platón, por ejemplo, escribió en “La República”: “…establecerás en el Estado

una disciplina y una jurisprudencia que se limite a cuidar de los ciudadanos

sanos de cuerpo y de alma; se dejará morir a quienes no sean sanos de

cuerpo

Nietzsche, habla de la posibilidad de concluir con una vida que sólo nos

causa sufrimientos y elogia la muerte libre que viene a él porque él quiere.

Sartre, en su misma línea, bajo la influencia de la súper categoría

libertad, dentro de su filosofía, y de la aceptación de la responsabilidad

personal, valores principales de la vida, en su opinión, dio por bueno y loable

el suicidio, en tanto constituye, a su modo de ver, el máximo acto de libertad

de un ser humano: la disposición sobre su propia vida.

La palabra muerte proviene del latín “mor”, “mortis”, y significa “cesación

completa y definitoria de la vida. Es el punto a partir del cual se hacen

irreversibles los procesos degenerativos de un organismo.

La muerte es quizás, el evento más serio al que se enfrenta el ser

humano, lo que permite atreverse a asegurar que se debe a que su posible

rival, el nacimiento, no es un proceso consciente ni adviene con

conocimientos previos. No ocurre de esa forma con el fallecimiento.

Sin embargo, “cuanto nace, es digno de perecer”, y para ello los seres

humanos se preparan inconscientemente durante toda la vida; así se espera

el fallecimiento de los familiares más cercanos y más viejos, porque aún

cuando no existe una norma, lo natural es que sean los más longevos los

primeros en fenecer. A pesar de estas reflexiones, se rechaza y con ello se

reafirma la condición de mortales, como aseguraba From, psicoanalista

culturista, en la teoría de la Dicotomía Existencial.

Tales aportes permiten

...

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