Ensayo el mito de la caverna y la expedición botánica

El despertar del hombre

El mito de la caverna escrito por Platón  y La ilustración de Kant,  son dos textos que fueron escritos con una diferencia de más de veinte siglos, el primero en el siglo IV antes de cristo, y el segundo en el siglo XVIII, a pesar de ello ambos parten de la misma idea base: el despertar del ser humano de su estado de ignorancia, pero mostrado con nombres y ejemplos distintos.

El primer lugar, el caso de Platón en su libro “la republica”, es la liberación del hombre de las cadenas que lo condenan a la sombra y su adaptación al nuevo mundo, donde las cadenas pueden representarnos límites impuestos por otras personas, pero que, a su vez, el hombre que se encuentra atado decide no romper las ataduras. Entonces na vez el hombre toma la decisión de acabar con sus ataduras a la oscuridad, se ve anonadado por la grandeza del mundo exterior, vista en el texto cuando el sujeto ve la luz por primera vez.  Esta grandeza al tiempo es una analogía que refiera al conocimiento y la verdad, porque en un principio van a haber dificultades para aceptar todo esto, pero luego con el paso del tiempo y con la voluntad de poder, el hombre será capaz de ver, analizar y aceptar aquello que ahora se le presenta.

En el caso de Kant, se usa una analogía de “pasar de la minoría a la mayoría de edad”¸  que bien puede interpretarse como un crecimiento a nivel personal, una decisión de dejar la ignorancia atrás, paso a paso. Para ese propósito, es necesario que el hombre se sirva de su propio conocimiento, para así evitar volver a ese estado ignorante del que salió. Una vez más, reivindico la voluntad de poder de la que habló alguna vez Nietzsche, la capacidad de ser pujantes, y me refiero a que si esta no se ve presente a la hora de hacer este cambio, se corre el grave riesgo que el proceso se de en inversa, cayendo así una vez más en el vacío de la oscuridad.

Como pudimos ver, ambos escritos están relacionados por una misma idea,  ya explicada anteriormente, este hilo conductor nos deja ver que este pensamiento estuvo presente es dos épocas distintas de la historia, con diferentes contextos, pero con un mismo fin: llevar al hombre a un sendero donde no se deje cegar vagamente por ideas erróneas, y que el mismo busque su camino a partir de lo que sabe, sirviéndose de su propia inteligencia. ¡Sapere aude! 

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