Escribe, ¿En qué consiste el ideal latino de la humanitas?

a) Escribe, ¿En qué consiste el ideal latino de la humanitas?

Era un ideal de vida y educación que se elaboraba a través de las generaciones y estaba enriquecido con varias corrientes de pensamiento.

El ideal de la humanitas era el de personas iniciadas en las artes liberales, que tenían realmente el conocimiento y gusto por las artes liberales, interesados por la cultura, con una mente abierta a todo el conocimiento y a las diversas ideas, que se interesaban en la literatura formándose en la producción literaria, poseedores de una alta sabiduría, pero también de una belleza de expresión, de un cultivo de la forma y la contemplación etc., siempre acompañados de autocontrol, templanza y solidez de la mente. Pero el ideal, también exigía que dichas personas rebasaran el cultivo de las letras y se exigieran una severa disciplina de las pasiones, una tolerancia de los trabajos, una profunda conquista del propio yo, es decir, el ideal de humanitas exigía una personalidad superior llena de afabilidad, benignidad, cordialidad, clemencia, compasión, amor, cortesía, y respeto propio hacia uno mismo y hacia los demás.

El ideal era el de un ser humano cuya personalidad mostrase una curiosidad por todo lo que le rodea, siempre interesado en todo el saber y la educación que lo enriquezca en cultura. El ideal era el de una persona capaz de unir la vida intelectual y la moral, amador de la justicia y la piedad tanto para sus parientes como para la patria, cordial y que siempre pensara en el prójimo.

¿Cómo caracteriza Cicerón al orador?

Se caracteriza por su elocuencia, de acuerdo a Cicerón, es «el que es capaz de decir las cosas sencillas con sencillez, las cosas elevadas con fuerza, y las cosas intermedias con tono medio». Para lo cual el orador ideal debe dominar tres estilos sencillo, moderado y sublime.

Cicerón considera que el producto final de todo el proceso educativo lo constituye el orador, cuya cualidad distintiva radicaba en su alta erudición paralela al sentido ético de Cicerón, llamado humanitas. Lo consideraba así, porque la mayoría de las cuestiones de carácter público en el estado se resolvían oralmente en la medida de lo posible evitando escribir, y era aquí donde la capacidad del orador para formular ideas claras y convincentes le reportaba una clara ventaja.

Para desarrollar estas cualidades Cicerón opina que en la enseñanza elemental los niños solo deben aprender las técnicas fundamentales. Que lo importante para ser orador está en la educación superior en la cual, para tener experiencia, competencia y pericia al hablar, se debían ejercitar las técnicas de dicción, de expresión y de emisión de la voz. Según Cicerón algo que también caracterizaba al orador era su sólida formación en la oratoria forense, deliberativa, panegírica, en la historia, filosofía, literatura y también leyes, es decir debía ser un buen humanista. Cicerón también los caracterizaba como personas con buena memoria, imaginación, sensibilidad e iniciativa que se ajustaban a lo más conveniente en todo momento, circunstancia y personas.

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