Etica Discursiva

La ética tiene como objetivo dar concepto y fundamentación a la moral y a la forma de actuar con respecto a esta.

La ética aplicada es la encargada de reflexionar sobre los principios y orientaciones morales en los distintos ámbitos de la vida social. Para que esto pueda llevarse a cabo existe una interdisciplinariedad que consiste en aplicar lo aprendido a los diferentes ámbitos de vida tanto social como profesional.

Cuando se habla de una ética cívica, se refiere a la convivencia entre distintas personas que tienen diferentes concepciones de su entorno. Este convivencia se basa en una ética de máximos y de mínimos; en la cual la ética de máximos es una ética consiliatoria, que da consejos desde la experiencia vivida o heredada de quienes merecen confianza; y la ética de los mínimos consiste en la exposición de conocimientos de una ética máxima, pero desde los que cada quien puede tener plena libertad para tomar decisiones morales compartidas en cuestiones de ética aplicada.

Para dar fundamentación a la moral cívica, es necesario hacer uso de 2 corrientes, el liberalismo político y la ética del discurso.

El liberalismo político se basa en el “equilibrio reflexivo”; es decir, buscar aquellos valores que comparten las personas, a pesar de tener diferentes concepciones de vida, y usarlas convicciones morales para la sociedad en conjunto.

Por su parte la ética discursiva emplea la “reflexión trascendental” como método para llegar a un consenso de normas morales que sean aprobadas por todos los miembros de la sociedad a través del diálogo; para lo cual se requiere que todos los miembros participen, puesto que todos serán afectados en mayor o menor medida por las normas establecidas.

Cuando hay mayor conocimiento en los diferentes ámbitos sociales se van descubriendo paulatinamente principios morales que permiten de algún modo facilitar la toma de decisiones en los diferentes ámbitos sociales, es por esto la importancia de una ética discursiva; la cual resulta el método más fácil para acceder a los diferentes tipos de racionalidad que emplea la sociedad para su desarrollo.

Para lograr una convivencia sana entre personas tan distintas, es necesaria una educación basada en valores como el respeto, la tolerancia y la igualdad; sin embargo hoy en día la situación de la educación en México vive una crisis; puesto que no solo no está enfocada a una formación humana integra, sino que ni siquiera está dando una educación técnica (enfocada a destrezas y habilidades) de calidad. Desafortunadamente al gobierno y a los altos cargos en materia de educación parece no importarles este hecho, puesto que para poder seguir manteniendo el control, requieren de gente ignorante; que no sepa ver más allá y por tanto se mantenga agachada y callada. Ignorancia es igual a esclavitud.

Para lograr pues una sociedad democrática, es necesario crear “ciudadanos modelo”. Personas con valores que sepan aportar sus ideas, y que de igual manera respeten las de los demás; que no se sientan superiores, sino que aprendan que el trabajo en equipo logra el bien común y no solo busquen el bien individual.

Para que hoy en día se pueda llevar a cabo todo lo descrito anteriormente se deben tener en cuenta 3 cosas:

1. Lo moral puede entenderse, como la formación del carácter individual, que lleva a los individuos a adoptar ante la vida un estado de ánimo determinado.

2. Tiene la moral una dimensión comunitaria indiscutible en la medida en que un individuo se socializa y aprende a vivir los valores en el ámbito de una comunidad plural.

3. Una educación basada no solo en la adquisición de conocimientos y destrezas, sino también en la formación humana de la persona; es decir, una educación basada en valores que permitan la sana convivencia en una sociedad tan diversificada y cosmopolita.

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