Experimento de Libet

EXPERIMENTO DE LIBET

Benjamín Libet fue un neurólogo estadounidense conocido por desarrollar un experimento en el que aparentemente se puede comprobar científicamente que el ser humano no es tan libre en sus decisiones como presume ser.

Su experimento consistió en seleccionar a algunas personas y pedirles que presionaran libremente cualquiera de los dos botones de colores distintos que se les había colocado en frente cada vez que escucharan el sonido o cuando se les indicara. Conjuntamente con esto, Libet les conectó a los participantes una máquina que detectaba las pulsaciones o estimulaciones neuronales que suelen aparecer cuando se realiza algún esfuerzo mental como, por ejemplo, decidir qué botón elegir. Por tanto, ha de esperarse que ante el experimento ya mencionado el individuo puesto a prueba primero piense qué botón desea seleccionar, luego tiene la voluntad de hacerlo y, por último, realiza la acción.

El descubrimiento de Libet consistió en que, según los resultados, se dio cuenta de que había un pequeño pero interesante margen de tiempo entre el momento de la razón consciente y la ejecución de la acción misma. La realización de la acción se ejercía aproximadamente unos 0,5 segundos antes de que la máquina registrara algún estímulo cerebral, lo que a manera más sencilla podemos decir que primero se realizaba la acción y después se decidía o se pensaba lo que se había hecho. El científico, con esto, demostraría que no había una toma de decisión meramente libre en los individuos de su experimento.

Ahora bien, ¿realmente demuestra realmente esto que no existe libertad en el ser humano? El mismo Libet expresaba que, a pesar de los resultados de su experimento, no es bueno afirmar la noluntad (no libertad) del hombre pues esto conllevaría consigo repercusiones poco convenientes para la vida social, es decir, tendríamos que aceptar que nadie es responsable de su voluntad y que, por tanto, tampoco se le podría pedir responsabilidad de sus acciones; por ejemplo, en el caso de un asesino o alguien que cometa algún perjuicio o delito.

Pese a esto, se podría decir que resulta inexacto pensar que con tan sencillo experimento se pueda demostrar que no existe libertad en el ser humano en momentos que tenga que tomar decisiones más importantes como, por ejemplo, saber qué profesión estudiar o con quién desearía comprometerse en el matrimonio. Por último, tampoco podemos explicar una realidad trascendente e inmaterial desde un experimento científico físico, son mundos distintos.

Por: Eimer Peralta Fernández

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