Felicidad clandestina

Felicidad clandestina

Desde un punto de vista hermenéutico, ¿cuál es la intencionalidad de Clarice Lispector al escribir su cuento?

En esta historia vemos la realidad de dos chicas, una chica que ama leer, le da esperanza y por el contrario tenemos una chica que es malvada, que detesta a las niñas que se parecen a la primera chica, no lee y ama la venganza (o bueno es lo que se aparenta), la chica malvada es hija de un librero y le presta los libros que no le interesa a la chica que ama leer libros.

Al principio al comenzar la lectura de este libro me confundía en muchos casos, con el contexto que planteaba la escritora, ya que las palabras más lo que intentaba contar no lo entendía del todo en mi cabeza, hasta llegar al final.

Los diferentes momentos que vive esta chica en este corto tiempo nos demuestra el amor, la tranquilidad, la esperanza que muchas cosas pueden causarnos en nuestra vida, en este caso, un libro, asociándolo a vivir con alguien, a tener a un amante. Pero para poder llegar a esto tenemos que hablar que no fue fácil para esta niña conseguir el libro que tanto añoraba, la chica malvada le comenta a la chica que ama leer sobre este libro, ella con toda la esperanza del mundo va la casa de la chica malvada a por el libro, cada día, como lo dice la propia niña: “Y así seguimos. ¿Cuánto tiempo? Yo iba a su casa todos los días, sin faltar ni uno. A veces ella decía: Pues el libro estuvo conmigo ayer por la tarde, pero como tú no has venido hasta esta mañana se lo presté a otra niña. Y yo, que era propensa a las ojeras, sentía cómo las ojeras se ahondaban bajo mis ojos sorprendidos.”, el añoro de esta niña por este libro era impresionante, es como cuando el amor fluye por todos nosotros, era ciego, no se quiso dar cuenta de que estaban jugando con ella, estaban haciendo un “plan diabólico” con ella. Y el día más esperado por la niña llego, justamente cuando la niña esperanzada vuelve a la casa por el libro, esperando una respuesta parecida, se aparece la madre sigilosamente escuchando a las niñas y preguntándose quien era esta niña que venía tanto a su casa: “A la señora le resultaba cada vez más extraño el hecho de no entender. Hasta que, madre buena, entendió al fin. Se volvió hacia la hija y con enorme sorpresa exclamó: ¡Pero si ese libro no ha salido nunca de casa y tú ni siquiera querías leerlo!”, la señora luego de este incidente le obliga a la hija prestar el libro, diciendo: “Y tú te quedas con el libro todo el tiempo que quieras. ¿Entendido?”, el éxtasis, el amor, esperanza, ahora no se comparan con nada más, y por obvias razones la niña seguir repitiendo patrones de no tener el libro en su poder, de querer experimentar esa sensación que puede ser mejor que cualquier otra cosa, conseguir lo que uno quiere

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