Filosofía

Savater afirma que hay dos formas de acercarse a la Filosofía. En primer lugar, se encuentra la introducción de la disciplina a partir del estudio de la historia de esta abarcando a los principales autores y pensadores, sus obras y el desarrollo de la disciplina hasta el presente. En segundo lugar, está la formación elemental que se realiza mediante el conocimiento de otras disciplinas que la complementen (como en el caso del arte serían la música, el cine, etc.).

La Filosofía se diferencia con el caso del arte en que se puede comprender la historia de la pintura o la arquitectura sin practicarlas. Sin embargo, el caso de la Filosofía no es el mismo ya que no se puede entender esta disciplina sin la práctica de esta, es decir, sin hacerse preguntas ni pensar en posibles respuestas para estas. Otra diferencia que Savater plantea es que como el tema de la Filosofía es el arte de pensar, y el pensamiento racional es lo que tenemos los humanos en común, nadie puede declararse exento de la vocación filosófica.

Savater afirma esto porque la enseñanza de la Filosofía no se puede desarrollar o realizar sin una participación activa en esta ya que la Filosofía implica la tarea de filosofar y plantearse preguntas sin una respuesta totalmente acertada o abarcativa. Esto se debe a que la Filosofía sin el planteamiento de preguntas que lleven a debates, no se considera Filosofía. Por lo tanto, lo que plantea Savater, es algo importante en el desarrollo de la enseñanza filosófica.

Al conjunto de las preguntas filosóficas, o sea, a los interrogantes que no se resuelven con una simple contestación sino que remite a muchas otras cuestiones, Savater las caracteriza como “preguntas enormes, radicales, absolutas, como las porque plantean los niños antes de que los domestiquen en el colegio.”. Según él son preguntas imposibles, son las grandes preguntas de la vida y de la muerte, los interrogantes de la violencia y el amor

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