Heidegger

Lo que intentara este ensayo es exponer algunas líneas similares, en dos escritos de Heidegger: Ser y tiempo y Carta sobre el Humanismo. Ambos escritos, indispensables para entender al filósofo, nos permiten ver por un lado a la Filosofía transformada en Metafísica, además de situarnos en una época que ha aprendido a despreciar el “arte de pensar”.

Como una forma de introducirnos y de explicar algunas ideas de Heidegger pertenecientes a “Tiempo y Ser”, es necesario señalar, que a la hora de publicar Ser y tiempo (1943) no se dio a la imprenta la tercera sección de la primera parte, que algunos señalan representa un segundo Heidegger, uno que manifiesta el asunto que va a tratar, además de qué es lo que no persigue aquí, qué perspectiva debe abandonar.

Heidegger piensa desde la metafísica del sujeto hacia la recuperación de una filosofía del ser. Ser como aquello desde lo cual reciben su determinación los entes y los entes como todo aquello que se nos presenta de alguna forma. El asunto de esta perdida filosofía, de aquella filosofía que debe dejar de validarse ante la ciencia, es tema recurrente en su Carta sobre el Humanismo.

Heidegger encuentra que se ha producido en la Historia de la Filosofía un “olvido del ser”, un abandono del asunto ontológico y que se invirtió radicalmente para dar paso a una historia de la metafísica del sujeto. Esta inversión la observa ya con toda claridad a partir de Descartes, pasando por Kant, hasta llegar a Hegel. En síntesis, entendemos este proceso mediante la siguiente observación: la modernidad se caracteriza por subordinar cualquier estudio verdaderamente ontológico a una teoría del conocimiento que condiciona la realidad, el objeto, el ente y al ser. (Tiempo y Ser, Heidegger)

Por mi parte, no queda más remedio que comentar los textos señalando, pretendiendo despejar y entender al autor, además de por qué escribe.

Es útil mencionar, que la “filosofía” se encuentra en la permanente necesidad de justificar su existencia frente a las “ciencias” que, ha dominado en la historia de la filosofía durante siglos.

Ya sabemos que la filosofía pasa a ser Metafísica. Ésta piensa el ente en su totalidad con respecto al Ser, a la comunidad del ente en el Ser. “Lo distintivo del pensar metafísico (que busca el fundamento del ente) es que, partiendo de lo presente, lo representa en su presencialidad y lo muestra, desde su fundamento, como fundado”. (Carta sobre el Humanismo, Heidegger)

Para que aprendamos a experimentar puramente la citada esencia del pensar, lo que equivale a llevarla a cabo, nos tenemos que liberar de la interpretación técnica del pensar.

¿Es necesario que la Filosofía se eleve al rango de ciencia? ¿Para lograrlo debiese desligarse de la esencia del pensar? ¿Perderá prestigio si no es una ciencia? ¿Habrá llegado el final de la Filosofía?

La Filosofa finaliza en la época actual y ha encontrado su lugar en la cientificidad de la humanidad que opera en sociedad. Nos referimos a un final que se muestra como en un mundo científico-técnico. El pensar pierde su dinamismo, el rigor del pensar no consiste sólo en la exactitud técnica, consiste en que el decir permanece puro en el elemento de la verdad del ser y deja que reine lo simple de sus múltiples dimensiones.

El pensar se termina cuando sale fuera de su elemento y ese elemento es aquello desde donde el pensar es capaz de ser un pensar. “El elemento es lo que permite y capacita de verdad: la capacidad”.

Seguimos sosteniendo que el pensar es al mismo tiempo pensar del ser y siempre en la medida en que está a la escucha del ser, es decir, es aquello que es según su procedencia esencial.

Ahora, desde esa esencialidad, el pensar debe apoderarse de una «cosa» y al mismo tiempo amarla, quererla, regalar su esencia. Cuando mencionamos este aprecio, determina

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