Idealismo

Idealismo

El idealismo fundamenta la realidad en el espíritu o la conciencia. Sostiene que la interpretación de la realidad no puede hacerse al margen de todo el conocimiento o de la representación que el sujeto haga de esta realidad. Se caracteriza por dar primacía al espíritu ante el problema filosófico de saber o conocer qué son las cosas.

Si bien se califica al idealismo como una corriente opositora al Realismo de Platón, no puede negarse que esta corriente filosófica se origina a partir de la profundización y refinamiento del pensamiento de Platón, que postuló que la realidad inteligible para el hombre surge a partir de las ideas y a partir de ellas, el hombre le asigna entidad a las cosas.

En conceptos generales, el idealismo rescata la existencia de una realidad supraespacial, supratemporal, suprasensible e incorpórea, poniendo énfasis en dos hechos: existe algo que trasciende la realidad congnoscible del Yo y por otro lado, la conciencia es determinante al momento de entender las cosas, más aún que la realidad objetiva de lo que se conoce porque en el conocimiento del hombre influyen factores propios e innatos que le llevan a interpretar esa realidad de modos diversos.

El idealismo a lo largo de la historia puede considerarse bajo dos visiones principales:

El idealismo objetivo, que hace énfasis en una vision teísta del idealismo. Esta corriente considera el fundamento de lo real como espiritu. En este grupo se incluyen las filosofías orientales, Platón, Neoplatonismo, Misticismo, la filosofía de la Edad Media, San Agustín con su interpretación del platonismo, Santo Tomás de Aquino con su interpretación del aristotelismo. El idealismo objetivo se enfoca más en la interpretación de la realidad como un principio general trascendente y objetivo que no depende del individuo ni de su interpretación, sino de una realidad objetiva, tangible y real.

El idealismo subjetivo, que hace énfasis en la visión individualista de la interpretación de la realidad y que (de acuerdo a la corriente), abre las puertas a la existencia de realidades que no son objetivas, sino que pueden ser interpretadas de diversas formas a partir de factores intrínsecos del ser humano o de sus propias limitaciones.

El Idealismo Subjetivo a partir de la Edad Moderna se dividió en diversas corrientes:

Idealismo gnoseológico: sostiene que el acto de conocer algo no es simplemente ni una apropiación ni una reproducción mimética de lo conocido, sino que el hombre conoce a través de un proceso que le otorga no sólo conocimiento, sino también un sentido a los objetos conocidos.

Idealismo cartesiano: postula que el conocimiento implica buscar una primera verdad de aquello que se estudia y por

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