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LOS 4 ACUERDOS


Enviado por   •  27 de Octubre de 2014  •  3.254 Palabras (14 Páginas)  •  175 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como «mujeres y hombres de conocimiento». Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero, de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Formaron una comunidad de maestros (naguales) y estudiantes en Teotihuacán, la ciudad de las pirámides en las afueras de Ciudad de México, conocida como el lugar en el que el “hombre se convierte en Dios”

La Sabiduría Tolteca afirma que lo que ves y escuchas ahora mismo no es más que un sueño. En este mismo momento estás soñando. Sueñas con el cerebro despierto. Soñar es la función principal de la mente, y la mente sueña veinticuatro horas al día. Sueña cuando el cerebro está despierto y también cuando está dormido.

Por lo tanto ente reporte se le presentara el libro de los cuatros acuerdo de la sabiduría tolteca, la cual relata la visión del mundo que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social.

Para lograr entenderse a sí mismo y entender a los demás, para lograr ser felices sin ninguna influencia externa, entender que todo lo que necesitamos para lograrlo está dentro de nosotros mismos. Se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos que son los siguientes:

Sé impecable con tus palabras, No te tomes nada personalmente, No hagas suposiciones, Haz siempre tu máximo esfuerzo.

Romper nuestros acuerdos basados en las creencias y los fundamentos que vamos adquiriendo a lo largo de nuestras vidas, es posible a base de recapitulación, no sólo de los efectos de nuestras emociones negativas igualmente las emociones positivas desbordadas deben ser eliminadas de nuestro sistema de creencias; dejar el ego y comenzar a ser cada vez más nosotros mismos.  

LA DOMESTICACIÓN Y EL SUEÑO DEL PLANETA

Durante toda nuestra vida lo que vemos y escuchamos no es más que un sueño. Los seres humanos soñamos las veinticuatro horas del día de diferentes formas. La principal función del cerebro es soñar. Soñamos cuando estamos dormidos y también cuando estamos despiertos, en este aspecto estamos un marco lineal con la realidad y tiende a cambiar constantemente.

Los seres humanos soñamos todo el tiempo. Antes de que naciéramos, aquellos que nos precedieron crearon un enorme sueño externo que llamaremos el sueño de la sociedad o el sueño del planeta. La suma de los sueños individuales de cada uno conforma el sueño de una familia, un barrio, un país, y todo el planeta. De esta manera el sueño del planeta está formado por todas las creencias, religiones, leyes, culturas, gobiernos, escuelas, celebraciones, ritos, etc., de todas las sociedades que pueblan el planeta.

Todos nosotros nacemos con la capacidad de aprender a soñar, y nuestros antecesores nos enseñan a soñar de la manera en que lo hace la sociedad. Aprendemos a través de nuestra atención, concentrándonos en aquellos que nos interesan percibir. De esta manera nuestros adultos captaron nuestra atención para transmitirnos todas las creencias, lo que es bueno y lo que no lo es, lo bello y lo feo, lo correcto y lo incorrecto; es decir todo un sueño externo a nosotros que capta nuestra atención y si estamos de acuerdo creemos en ese sueño.

La atención es la capacidad que tenemos para centrarnos en lo que queremos principalmente percibir. Las personas adultas que nos rodean captaron nuestra atención y por ella introdujeron información a nuestra mente a través de la repetición. De niño creemos todo lo que dicen los adultos ya que al no tener la fortaleza suficiente, estamos de acuerdo con todo lo que nos dicen, y de esta manera somos “domesticados”. La domesticación consiste en traspasar la información del sueño externo al sueño interno, lo cual crea todo nuestro sistema de creencias. De esta manera aprendemos a juzgar a otros y a nosotros mismos basándonos en ese sistema de creencias que nos indica como es todo, que es lo que está bien y lo que está mal y medimos la realidad en base a ese sistema de creencias.

El sueño externo que es el sueño de la sociedad capta nuestra atención y nos hace creer. Empezando principalmente por la lengua que hablamos. El lenguaje es el código que utilizamos los seres humanos para comprendernos y comunicarnos. Cada letra, cada palabra de cada lengua, es un acuerdo. Nosotros no escogimos nuestra lengua, ni nuestra religión ni nuestros valores ya estaban ahí antes que naciéramos. No tuvimos la oportunidad de que creer y que no creer, nunca escogimos ningunos de estos acuerdos, ni nuestro propio nombre elegimos, nuestros padres eligieron que nombre ponernos.

En el sueño externo captaron nuestra atención, pero si no estamos de acuerdo, no almacenaremos esa información en nuestra mente. Cuando estamos de acuerdo con algo y nos lo creemos, a eso le llamamos fe.

El sueño externo nos enseña cómo ser seres humanos. Tenemos todo un concepto de lo que es una mujer y de lo que es un hombre. Y también aprendemos a juzgar: Nos juzgamos a nosotros mismos, juzgamos a otras personas, juzgamos a todos al nuestro alrededor. Domestican a los niños de la misma manera en que domestican a un perro, un gato o cualquier otro animal. Cuando no acatábamos las reglas, nos castigaban; cuando las cumplíamos, nos premiaban. Nos castigaban y nos premiaban muchas veces al día. Que nos acostumbramos a ese acuerdo de ser castigado o premiado dependiendo de lo que fuera. Cuando recibíamos el premio nos sentíamos bien y nos fuimos a acostumbrando a ese acuerdo, por lo tanto tratábamos de portarnos bien para recibir ese premio y no ser castigados.

Empezamos a complacer a mamá, a papá y al profesor por el miedo de ser castigado y a no recibir el premio o la recompensa. Empezamos a fingir algo que no éramos por miedo hacer el rechazo. Si un adulto nos decía que algo estaba bien nos sentíamos bien y cuando nos decía que estaba mal nos sentíamos mal, con el tiempo empezamos a tener miedo a ser castigados si hacíamos algo mal. En este proceso de domesticación perdimos nuestras

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