LOS VALORES.

LOS VALORES

Leticia Maya Villegas

INTRODUCCIÓN

¿ Se están perdiendo los valores?

INTRODUCCIÓN.

En la actualidad oímos que los valores están en crisis; que los jóvenes ya no respetan a sus mayores, a la bandera, a sus padres, que se avergüenzan de sus costumbres y tradiciones y que cada día que pasa, intentan copiar modelos extranjeros que muchas veces no van de acuerdo con nuestra idiosincrasia. Estamos viviendo una época que se ha caracterizado por una revolución total en todos los ámbitos en los que se desenvuelve el hombre: ciencia, tecnología, educación, hábitos alimenticios, moral, religión. La globalidad ya está aquí, en nuestras vidas, con todos sus defectos y sus virtudes. Nada hay que escape a este torbellino que nos ha envuelto y que nos obliga a vivir intensamente y no nos da tiempo para reflexionar si lo que estamos haciendo está bien o mal. Poco a poco, y de una manera inconsciente, nos hemos deshumanizando y vemos la violencia, la drogadicción, las relaciones extramaritales y la pornografía como algo natural que es propio del ser humano y de la época en que vivimos, lo vemos como un mal necesario ¿ Es de extrañar que nuestros jóvenes alumnos se conviertan en seres sin moral si a todas horas y a cada momento se encuentran rodeados de violencia y agresiones verbales y físicas por parte de las personas que las rodean? Los medios de difusión masiva han colaborado en gran medida en la pérdida de los valores pues, los programas televisivos, las películas y documentales que se exhiben en ellos en su mayoría incitan al libertinaje, al vicio, a las drogas. A la temprana exposición del alcohol que en nuestro país alcanza límites insospechados, tenemos el “honor” de ocupar uno de los tres lugares entre los países del mundo en número de alcohólicos. Hoy en día, los jóvenes ven este problema desde la óptica de que no es un problema, lo ven como si fuera algo natural y que es consecuencia de la época que les toco vivir sin tomar en cuenta que están destruyendo su vida poco a poco, además de impactar directamente en los demás miembros de su hogar en todas formas: moral, económico, cultural, socialmente. Vivimos en una cultura del alcohol en donde una fiesta sin alcohol no es fiesta. He visto a niños de ocho y diez años tomando en las fiestas y los adultos no hacen ni dicen nada al respecto.

Los programas de tipo cultural prácticamente no existen y, los pocos que hay, no son atractivos para los jóvenes. Lo grave del asunto es que vemos el problema y pensamos que no es grave, pensamos que la violencia no entrará en nuestros hogares sin darnos cuenta que ya está en ellos. Somos agresivos con nuestros hijos, con nuestra esposa, con nuestros vecinos, con nuestros compañeros de trabajo. La violencia intra familiar es más común y frecuente de lo que nos imaginamos. En estadísticas de los Estados Unidos de América encontramos que, de cada cien niños asesinados, el 15 % fueron muertos por sus propios padres o por familiares cercanos. Vivimos a la defensiva agredimos a la menor señal de provocación que percibimos o creemos percibir en los demás. Entre los mexicanos existe el dicho que dice: "De que lloren en mi casa a que lloren en la ajena; mejor que lloren en la ajena".

LA EMOCIÓN DEL IDEAL:

"Todos los que no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear con Dante, reír con Moliere, temblar con Shakespeare, crugir con Warner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el Partenón. Es de pocos, esa inquietud de perseguir ávidamente una quimera, venerando a filósofos, artistas y pensadores que fundieron en síntesis supremas sus visiones del ser y de la eternidad, volando más allá de lo real. Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: son idealistas". (El Hombre Mediocre. José Ingenieros, p. 1. Porrúa, Hnos. Méx. D. F. 1997).

Los ideales no han perdido su valor en tanto a concreciones y los casos de personas realmente perjudiciales para los seres humanos son excepciones que confirman la regla y la expresión Homo homini lupus (el hombre para el hombre es un lobo) no se puede aplicar totalmente para la humanidad. “ Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación intelectual. Sin ellos pueden tenerse fanatismos y supersticiones; ideales, jamás”. José Ingenieros Op. Cit. La gente educada es -por regla general- quien más practica los valores y, entre más nivel cultural adquiera- más practicará los valores.

¿ QUÉ SON LOS VALORES ?

Para comenzar diré que es la axiología la ciencia que estudia los valores y los cambios que han sufrido con el paso de los siglos.

Desde las épocas más remotas los hombres –sobre todo los filósofos- trataron de definir: ¿qué son los valores? Y los relacionaron principalmente con la belleza, el bien, la justicia, los ideales, la santidad y todo sentimiento positivo que eleva y diferencia al hombre de las especies animales.

En el mejor de los casos, todo apuntaba a discernir entre el bien y el mal; lo que era bueno, era un valor; lo que era malo, un antivalor. Aunque tiene algo de verdad, aún no habían definido cabalmente lo que es un valor. Los griegos antiguos se conformaron con contemplar un mundo físico hasta que se dieron cuenta que también existe un mundo ideal, un mundo de esencias. Tiempo después se agrega el mundo psíquico-espiritual en donde los filósofos intuyeron que existía un mundo interno lleno de emociones que no había sido explorado y, como dice Locke: "El espíritu se volcó primero hacia fuera y, una vez maduro, se replegó sobre sí mismo".

Para algunos filósofos los valores no son algo nuevo sino que han existido por siempre sólo que ahora se les contemplan desde una nueva perspectiva: las cosas, las esencias y los estados psicológicos.

Todo lo que nos agrada es un valor; no todo lo que nos agrada es un valor; algunas cosas que nos desagradan, son un valor. Este axioma es muy subjetivo pues no existe una escala de valores que defina con exactitud qué es un valor. Para Nicolai Hartmann los valores son ideas platónicas y de ahí de deriva el término platónico como sinónimo de "ideal" y designa a algo que es intangible, lo que no existe en la vida real sino exclusivamente en la mente de las personas.

El ideal es siempre un sueño inalcanzable.

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