La Caida

La caída

La caída de la vida puede ser prolongada, puedes sentir que no tiene fin, o puedes sentir que no dura nada, pero, ¿Por qué preocuparnos tanto por la caída? Simplemente porque no disfrutar de la caída, todos nos encontramos en ella ¿no es así?

El sentimiento de melancolía ahogado en unos cuantos vasos de wiski no amortigua el amargo sabor a muerte que ronda por la vida, la muerte va en los brazos de la vida y la vida va por encima de la muerte y es una lucha por ver quien predomina sin saber que realmente son exactamente iguales y no hay ninguna diferencia entre ellos, es el simple y complejo ciclo de la vida, naces vives y mueres, desde el punto de partida te sueltan a un vacío sin fin, al que sigues cayendo y cayendo por meses por días por años pero realmente nuca logras llegar al final porque siempre estás pensando en ese impacto final que terminaría con tu vida, pero, ¿ y si en realidad nuestra misión es de encontrar la forma de subir, de detener la caída, en vez de seguir cayendo, esperando ese impacto que nunca llega en vez de buscar nuestra protección y que podamos acurrucarnos junto al calor de la vida.

Pero, sin embargo, esa no es la vida de un ser humano normal, llena de lujos, de preocupaciones, de vacíos de afecto que quieren ser llenados con cosas materiales, con cosas que no nos pertenecen, con personas que no nos hacen ningún bien y nos aferramos a ellas y no permitimos que nuestro mundo se desarrolle en paz, ¿Por qué no hemos de vivir en paz?¿por qué no dejar en libertad a las personas? Podríamos llenar un mar con solo preguntas, pero hay veces en que no existen preguntas, existen solo respuestas, respuestas que no contestan a un cómo o a un porque, simplemente aparecen, se apoderan de nosotros y se vuelven todo, para nosotros.

Dejar vivir y vivir, aplaudirle a la vida por los retos y los momentos de tensión que nos manda, las constantes pruebas son el fruto del castigo de uno mismo, lo que bien hemos aprendido jamás lo ponemos en práctica, aprendemos de nuestros errores, pero no para evitarlos, si no para esta vez hacerlos mejor, ¿por qué hemos de aferrarnos a materia putrefacta andante?, ¿Por qué no salir adelante?, ¿acaso debemos de preocuparnos toda la vida?, oyendo quejas, recriminaciones, falsos perdones y verdaderos golpes al corazón, no es esta vida lo suficientemente mala como para no gozarla, como para en vez de elevarnos, buscamos la caída.

J. Alberto Vallejo

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