La Iliada

No hay que perder de vista que la Ilíada es poesía épica, un género literario que fue el que forjó todos los demás. Lo característico de este género es el uso constante de las digresiones (explicaciones a veces marginales que escapan del hilo argumental principal), el tema pertenecía a la leyenda más que ser fruto de la invención del poeta.

Para leer la obra, es recomendable que conozcas el contexto en el que se produjo y recuerdes los episodios anteriores al momento en que se va a desarrollar la acción. La obra comienza, como suele ser habitual en la literatura griega, in medias res: el ejército griego está en el décimo año de asedio a Troya. Los príncipes griegos asedian la ciudad de Ilión (de ahí el nombre de la obra, una denominación alternativa de la ciudad de Troya) sin conseguir conquistarla. Menelao, el marido ofendido, ha reclamado la ayuda de su propio hermano Agamenón y de los demás griegos notables, entre los que sobresale Aquiles. Pero el tema principal de la obra no es la conquista de la ciudad, sino la disputa entre Aquiles y Agamenón y las consecuencias que trae para los griegos este hecho. Los antecedentes hay que remontarlos al episodio de la manzana que arrojó la diosa de la discordia en la boda de los padres del propio Aquiles, y que indispuso definitivamente a las diosas Hera y Atenea en contra de los troyanos, a los que favorece Afrodita como valedora de Helena y Paris.

En la poesía épica es típico el uso de las fórmulas (v. introducción supra), un procedimiento que consiste en repeticiones de epítetos de héroes y dioses, pero que llega incluso a reproducir íntegramente tiradas enteras de versos que introducen escenas típicas (el banquete, el sacrificio…). La razón de esta repetición es el hecho de que esta poesía era oral, y estas fórmulas constituían una especie de ‘depósito’ que ayudaba al poeta a recitar, pero que también contribuía a que el público se familiarizara con los personajes y las situaciones.

El código heroico

El código de conducta de los héroes homéricos es simple: conseguir honor para sí mismos o su familia. Y el modo de hacerlo es mediante la guerra: el honor es el reconocimiento de los iguales y la fama imperecedera que los acercará a la inmortalidad; el propio Aquiles eligió la muerte con honor, aun a sabiendas de que supondría su muerte. Este honor está determinado por su valor y su capacidad física y, en menor medida, por su estatus social. La moral subyacente a esto es bien simple: lo que los demás pensarán y dirán de uno mismo cuenta enormemente para el héroe (como sucede con la actitud de Héctor: cf. 6.441-3 y 11.408-410)

Este código de conducta nos puede parecer hoy ofensivo y brutal, pero es imprescindible para comprender la obra, cuál es la motivación que empuja a los personajes a la acción: matar o ser muertos por el enemigo; sobrevivir al enemigo supone conseguir

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