La discución necesaria

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El diccionario de la Real Academia Española define discusión como: Dicho de dos o más personas para examinar atenta y particularmente una materia.  Examinar y tratar entre varias personas un asunto o un tema para solucionarlo o para explicarlo.

Etimológicamente hablando el prefijo “dis” en latín significa separación y la palabra discutir viene del latín “discutere”, y este es derivado de “quatere” que significa sacudir. Es decir discutir significa sacudir algo para separarlo, según parece eso es lo que hacían los antiguos romanos con las plantas para separar las raíces de la tierra y ver cuales eran solidas. (http://etimologias.dechile.net/).

Por otro lado la palabra dialogo según el DRAE es, la plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos. Esta palabra tiene su origen en el latín “dialogus”, que significa discurso racional o ciencia del discurso.

Por lo general tenemos la tendencia a creer que discutir involucra pelear o contender y que por consiguiente como en todo combate alguien habrá de resultar perdedor, no obstante si analizamos de forma objetiva la definición de discusión  (es decir, lo que es, en su significado más genuino) nos podemos sorprender al percatarnos que  esta no implica  la contienda como un elemento necesario para que se dé la misma y que de ninguna manera excluye al dialogo,  sino que se nutre de él como medio fundamental para desarrollarse.

        Discutir las diferentes opiniones es lo correcto, a lo largo de la historia vemos como muchos pensadores discutían con vehemencia, pero fraternalmente sus distintas opiniones en cuanto a un tema,  a fin de no cargar con la grave responsabilidad de predicar una idea que no era la correcta, aunque quien lo hiciese   creyera que lo era.

        Hoy en día muchos llegamos a creer que para ser buenas personas debemos evitar al máximo el discutir, cuando en realidad lo que no debemos es pelear, insultar u ofender.

Es sin duda la intensión con la que se aborde una discusión lo que determina de antemano si  esta es necesaria o no (si será realmente una discusión o una contienda).

La discusión es un medio útil para aumentar el conocimiento, una herramienta que nos lleva a ahondar profundamente en un tema siempre que acudamos a ella con la intensión y deseo honesto de aprender, despojándonos de deseos egoístas, tales, como ser quien tiene la razón, para poder alcanzar metas más puras como: “La Razón” y así poder llegar a la “Verdad”.

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