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Las letanis de un melancolico en psilocina


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2018  •  Ensayos  •  3.268 Palabras (14 Páginas)  •  156 Visitas

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09/2017

Las letanías de un melancólico en psilocina

Conceptos clave

La Vivencia
El Yo
El Habitante
Registros
Conocimiento
Plenitud
Reconocimiento
La Angustia
El Silencio
La Palabra
Obsesión
Melancolía
La Trinidad
El Flujo
Ciclo
Amor Libre
Amor Angustiante
Mismo

Apaga el boiler

todo comenzó después de un trip con nauseas algo fuertes y persistentes, durando hasta 2 horas y media esta vivencia, desde el trip fue evidente lo que era la angustia para mí, así que una vez con las náuseas mayormente superadas, me decidí a fumar y bañarme, no había suficiente agua caliente, para lo cual me deje acertadamente una nota "apaga el boiler" a consciencia de que probablemente lo olvidaría. No solo me ayudo a recordarlo, sino a recordarme y vivirme a mí mismo como nunca antes.

es imposible terminar de colocar en palabras "la vivencia", la pretensión deja un estado latente de angustia por percibir con tanta claridad lo que sucede dentro de la vivencia, de saber pues con plenitud y claridad lo que soy yo, pero tener la imposibilidad de poder expresarlo, al menos no en la claridad que las palabras puedan brindar, las palabras vienen a ser solo uno de los tantos registros que el yo, el que habita el cuerpo viene a dejar en su vivencia, aunque en particular con las palabras parece haber una fuerte necesidad por estas, pues son los únicos registros que dejamos en nuestro paso que nos es posible puntualizar de tal forma que se vuelve más claro vernos a nosotros mismos en el reflejo dentro de estas, me puedo declarar bien un amante de estas, quizá sea por la necesidad que puedo llegar a tener tan fuerte de querer verme a mí mismo, y es que aunque yo pueda saber quién soy yo desde La vivencia, y lo pueda tener en plena claridad, yo no soy capaz de verme a mí mismo, es decir, el yo no se puede ver desde el yo mismo, y esta expresión, como lo son todas las palabras viene a ser solo un intento de expresar esta situación desde la vivencia misma, desde el habitante mismo tratando de verse a sí mismo, desde el yo intentando ver al yo, se cae en la sencilla respuesta ultima de que es imposible, aunque yo pueda saber quién soy yo, yo no me puedo ver a mi mismo por mí mismo. La única forma que tengo entonces de poder verme es a través de voltear a ver los registros que voy dejando, es decir, el paso que dejo en mi paso.

Cualquier ser vivo se encuentra experimentando la vivencia, por su propia cualidad de ser vivo, y en su vivencia va dejando a su paso, un paso mismo, es en este dónde podemos encontrarnos, y hay una fascinación literalmente indescriptible en la virtud de poder vernos a nosotros mismos, de yo poder verme a mí mismo en el reflejo de estos registros. Es una fascinación tal que a veces me puedo perder entre las palabras mismas, en mis mayores adentros, tomando pues así una forma de "Melancolía", pues al navegar entre mis registros no hago otra cosa que navegar en mi pasado, es posible que entre más se adentre uno en el uso de las palabras y el lenguaje mismo, nos podamos perder entre estos, dejando de lado lo que se encuentra en la vivencia misma, pues las palabras no son propias de la vivencia, sino solo un registro del paso que tenemos en nuestras vivencias y sirven por tanto para intentar moldear lo que sucede dentro de la vivencia misma, aunque el navegar e incluso perderse entre las palabras mismas, pueda ser también parte de la vivencia.

Ahí es donde encuentro ahora el flujo, puedo reconocer con claridad ese amor mío de verme a mí mismo en ese reflejo, casi como una condición narcisista, parece que es inevitable que haya algo de narciso en el gusto de la melancolía misma, entendida la melancolía como navegar entre las palabras mismas, esto es una persona introspectiva, pensante, que decide canalizar la experiencia de su vivencia entre las palabras, un amor hacia uno mismo que toma forma obsesiva hasta el punto de desprendernos de la experiencia propia, esa que se habita en la vivencia misma desde el cuerpo, una persona así por lo tanto necesita de hablar constantemente, que aunque en la apariencia pueda demostrar silencio, en sus adentros hay un flujo constante de palabras, sin embargo hasta este punto solo hay adentro y a fuera, eso se determina dada la obsesión por estarse reconociendo con las palabras, viéndose a si mismo por medio de estas, que toman forma del pensamiento mismo, necesito entonces callarme, es importante el silencio, porque el silencio corta la obsesión.

...

el silencio otorga el conocimiento que se vive desde dentro de la experiencia misma
las palabras otorgan el reconocimiento del conocimiento que se vivió dentro de la experiencia misma
la experiencia misma puede ser angustiante pues, aunque se tiene pleno conocimiento de lo que sucede
no existe un claro reconocimiento de lo sucedido mientras sucede

la angustia proviene de una necesidad de reconocerse a sí mismo
el silencio es capaz de calmar la angustia, solo así es posible escuchar
es necesario cortar el flujo consciente de las palabras
las palabras envisten todo lo que conocemos
una palabra que no ha abarcado algo, nos es entonces imposible reconocer ese algo
pues no sabemos dónde colocar nuestra atención para poder así entonces vernos en ese reflejo
aunque desde la vivencia misma podamos tener conocimiento de ese algo
cuando hablo de nosotros, hablo de mí, el habitante, y del otro del cual dejo un registro
con la palabra en sí misma, desde el instante en que la escribo, la convierto en el pasado
de ese modo el pasado y el presente coexisten en todo momento
ahí es donde se encuentra el flujo

el problema de la obsesión es que hace que olvide el momento presente
y ese amor que puedo tener al encontrarme a mí mismo reflejado en mi paso
termina por ciclarse y viciarse, de forma repetitiva, obsesiva

el silencio corta la obsesión
el silencio permite escuchar y por lo tanto reconocer
es necesario también hablar, sino no hay nada que escuchar
sino, no es posible reconocer lo conocido
el problema es ciclarse en un estado u otro
no se mucho de los problemas del silencio
pues he habitado de forma cíclica y obsesiva
los problemas de la palabra

no estoy seguro de querer conocer los problemas del silencio
porque ahora veo que no es cuestión de callar o hablar
el problema no es si habito el cuerpo o la mente

la verdadera cuestión es que soy las dos cosas al mismo tiempo
y eso solo es posible de vivenciarlo, si yo el habitante
me permito fluir entre una y otra

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Los registros que se dejan en el paso, es decir, el pasado mismo, es el que nos ayuda a elaborar y construir
las situaciones futuras, de ese modo es que los tres tiempos convergen en un mismo momento, por eso es que
"apaga el boiler" es capaz de fundir el pasado, presente y futuro en un único momento

...

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