Objetos Melancólicos..

OBJETOS MELANCÓLICOS

La fotografía es el único arte que ha logrado cumplir con la usurpación surrealista de la sensibilidad moderna, mientras que las demás artes como la pintura y la poesía han quedado fuera de carrera.

La fotografía es el único arte surreal de origen. El surrealismo se encuentra en la médula misma de la fotografía, es por esto que una manipulación o dramatización surrealista de lo real es innecesaria en la fotografía, ya que es redundante. Cuanto menos retocada, menos artesanal y más ingenua, mayor autoridad parecía tener la fotografía.

Las primeras fotografías surreales son del decenio de 1850. Los fotógrafos salían a recorrer las calles de Londres, París y Nueva York y capturaban momentos de un tiempo perdido, costumbres ahora desaparecidas. Lo que vuelve surreal a una fotografía es el mensaje que nos da de un tiempo pasado.

El surrealismo opta por los desvalidos, se centra en las diferencias de clases sociales, el esplendor de los ricos y poderosos y la degradación de los pobres. Esta realidad es como una presa exótica para el cazador con cámara. Durante más de un siglo los fotógrafos se han centrado en los oprimidos, en la miseria social, con el fin de documentar una realidad oculta. En este aspecto encontramos los trabajos de Paul Martin en 1890 en las calles de Londres y a la orilla del mar, así como Arnold Genthe en el barrio chino de San Francisco. Lo que se buscaba era descubrir una verdad oculta, preservar un pasado en extinción.

Por otro lado, en 1897 Sir Benjamin Stone, fundó la Asociación Nacional de Registro Fotográfico con el objetivo de documentar ceremonias y festivales rurales tradicionales ingleses en vías de desaparición. Aquí resalta Giuseppe Primoli, a quien le interesaba tanto la vida de los aristócratas como la de los desfavorecidos.

 También encontramos a Jhon Thomson, quien, después de dedicarse a la vida callejera de los pobres, se volcó a la vida doméstica de los ricos, siendo el pionero de la moda de los retratos fotográficos en casa. La pobreza no es más surreal que la riqueza; lo surreal es la distancia que la fotografía impone y franquea: la distancia social y la distancia temporal. Las celebridades son tan interesantes como los desfavorecidos.

Encontramos también la fotografía como ciencia y un ejemplo de ello es el proyecto de August Sander en 1911. Sander consideraba que la cámara revelaba inevitablemente los rostros como máscaras sociales. Durante la Segunda Guerra Mundial, Sander se dedicó a fotografías paisajes. El muestrario de Sander incluye burócratas y labriegos, criados y damas de sociedad, obreros fabriles e industriales, soldados y gitanos, etc. Sander ajustaba el estilo al rango social de la persona fotografiada. Los ricos eran fotografiados en interiores sin complementos, mientras que los obreros eran fotografiados en un escenario que los ubica y habla por ellos.

Mientras que la fotografía europea se rigió por la noción de lo pintoresco, es decir se fotografiaban a los pobres, extranjero, lo deteriorado, los ricos y famosos, lo bello, etc; los estadounidenses preferían la fotografía partidista, es decir trataban de mostrar aquello que se debía afrontar para generar un cambio. Aquí encontramos a Lewis Hine, quien realizó fotografías sobre el Trabajo Infantil y se logró que los legisladores proscribieran la mano de obra infantil. También encontramos el proyecto de Stryker en la DSA sobre los peones rurales y granjeros que pretendía que los burócratas pudieran idear una forma de ayudarlos.

Resaltan otros fotógrafos tales como Clarence John Laughlin, que fotografiaba monumentos funerarios en los cementerios pantanosos de Louisiana. Un ejemplo del modo de presentar las fotografías con citas es Down Home de Bob Adelman, donde se muestra el retrato de un condado rural de Alabama, uno de los más pobres del país.

Con la creciente aceleración del cambio histórico, el pasado mismo se ha convertido en el tema más surreal, se ve una belleza nueva en lo que desaparece. “Renovar lo viejo – escribió Benjamín – ése es el deseo más profundo del coleccionista cuando se ve impulsado a adquirir cosas nuevas”. Pero el viejo mundo no puede renovarse mediante citas; éste es el aspecto amargo de la fotografía.

...