Latour Y La Modernidad

Latour: Cultura y Ciencia en el mismo plano.

Por: Hugo Sarmiento.

Prefacio:

Pierre Anzart, en su escrito “¿Es ideológico todo conocimiento de lo social?”, describe dos etapas de cada autor teórico social. En una primera etapa el científico busca romper los paradigmas de su época y resquebrajar la ideología imperante del contexto sobre el cual teoriza. En la segunda etapa, quien en primera instancia rompió con lo establecido, busca generar un nuevo marco ideológico que genere nuevos paradigmas imperantes. Quien escribe comparte con Anzart la premisa de que: Será siempre más interesante examinar el primer momento, el momento de la ruptura, que el segundo momento. Es por ello que las líneas siguientes se corresponderán solo con el trabajo del científico francés Bruno Latour titulado “We have never been modern” de 1991.

Cuestionando la Modernidad:

Las premisas atrevidas, y los elogiados estudios de Latour, le han valido cantidad de premios internacionales y el reconocimiento por parte de la comunidad científica. Pero es su idea revolucionaria sobre la modernidad la que me resulta más atractiva e interesante.

En su escrito “We have never been modern” plantea la existencia de dos paradigmas: Uno monológico, que ve en la ciencia y en la cultura una masa homogénea incapaz de separarse ni desvincularse en ningún hecho social. Concibe al individuo y a la materia en el mismo plano. En contra parte existiría un segundo paradigma dualista que constantemente purifica a una sobre la otra. Eleva a la ciencia a un plano superlativo, más allá de la naturaleza o la cultura, lo cual establece una diferencia marcada entre ambos mundos: el mundo de los objetos y el mundo de los sujetos.

Latour piensa que el mundo “moderno” se ha concentrado en exaltar esta segunda postura, causando una proliferación de explicaciones y complejidades vacías que refuerzan la idea equivocada de que objeto y sujeto se separan en el mundo de la interacción. Los objetos y los sujetos, como producto del desarrollo de la ciencia y la tecnología, se transforman en “actantes” que significa la desaparición entre el mundo “objetivo” y el mundo “subjetivo”.

La “Sociedad de la Tecnología” no puede ser distinta a sus antecesoras. El hombre nunca ha dejado de producir, por lo tanto es necesario el deshacernos del enajenamiento del objeto y de la pureza de la ciencia por sobre todas las demás cosas. Latour señala que, de alguna manera, la historia del hombre es la historia de la tecnología. Cuando la segunda ha cambiado, los intereses del hombre siempre han cambiado también, lo que explica los cambios en las estructuras centrales de las dinámicas cotidianas. No existen sociedades al margen de sus productos, ni productos al margen de sus sociedades creadoras.

Es

...