Libertad social, un absurdo lógico

1. LIBERTAD SOCIAL, UN ABSURDO LÓGICO.

2. ¿Qué lleva al ser humano a plantearse ideas sobre la existencia de la libertad en este mismo?

3.1. El ser humano, como ser pensante y racional, dispone de su conciencia y criterio para plantearse ideas y preguntarse acerca de las que están a su alrededor, las cuales serán o no aceptadas por este ser dependiendo de su modo de pensar o las creencias y filosofía que este practique.

La conciencia del hombre lleva a este a reflexionar sobre lo que hace, si está bien o mal, y esta guía al hombre en sus actos, definiendo su ética como persona, pero esta conciencia puede llegar a afligir al ser humano si este basa su manera de pensar en lo moral, a pesar de no ser eso lo que desea, tal dualismo lleva al hombre a realizarse el siguiente interrogante: ¿Hago realmente lo que quiero? Y del cual consiguientemente se deriva: ¿Soy libre?

3.2. ¿Es necesaria tal libertad?

Cuando se trata de lo contingente, la razón puede tomar direcciones contrarias, ahora bien, las acciones particulares son contingentes, y, por tanto, el juicio de la razón sobre ellas puede seguir direcciones diversas, no estando determinado en una sola dirección. Luego, es necesario que el hombre posea libre albedrío, por lo mismo que es raciona y decide lo que este cree, es lo mejor para el mismo. Teniendo en cuenta de que es un ser libre pero que no carece que normas, estas sin embargo le dan la libertad de que otro ser no atente contra la suya, la sociedad demarca limites, los cuales son necesarios para que una sociedad no se derrumbe y sobre los cuales se construye esta misma, las normal morales están fundamentadas en cuanto a la naturaleza del hombre y promueven lo benigno para que ningún hombre pase por encima de otro, y así obtener que la sociedad viva tranquila.

3.3. Deliberación racional y sumisión social.

pComo respuesta particular de cada hombre a tal dualismo, entre el “actúo a siguiendo estrictos normas que demarcan lo comúnmente bueno por temor a no encajar en la sociedad” y el “si actúo acorde las normas dejando de lado lo que realmente quiero, me estoy privando a mí mismo de mi libertad”, ante el cual el hombre tiende comúnmente por considerar a la primera de las posiciones justificándola en ella misma.

Por tal caso, el hombre se priva de su libertad, haciéndose creer al mismo que hacerlo es necesario, y al mismo tiempo se auto engaña al creer que no es necesario ser libre.

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