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Los Miserables


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  714 Palabras (3 Páginas)  •  211 Visitas

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Los Miserables, novela de Víctor Hugo, escritor francés del siglo XIX, incluye de igual forma una épica del bien, donde se pone en relieve su poder propiciatorio de estados agradables, jubilosos, armónicos; pero se enfoca además su perfil reactivo, su aspecto contagioso, forjador de múltiples cadenas de variadas magnitudes, algunas inconmensurables. En Los Miserables el bien, o lo que impulsa a la gente a actuar con bondad, diferente al matiz de la película mencionada, se propaga no a partir de un pacto, sino del simple contacto; expuesto ostensiblemente ante Valjean desde la personalidad del monseñor Myriel, hombre apegado noblemente a su doctrina, activa en la conciencia de aquel un paulatino proceso de purificación que lo llevará en adelante a proyectar desinteresada bondad ante cualquier persona necesitada, llegando en varios casos al nivel de lo heroico. Se da sin embargo, en la conciencia, una lucha de contrarios; el odio-mal subyacente en Valjean, producto de sus pasadas experiencias, opone resistencia a la sustancia nueva que viene a compartir el mismo ámbito, no como sereno invitado; sino como guerrero desafiante dispuesto a eliminar obstáculos que impidan ser ocupante único del espacio. El bien reclama sumisión absoluta en función de las exigencias que impone la ética –de algún modo la conciencia- encarnada en la novela de Víctor Hugo, en uno de sus semblantes, por el implacable Javert, representante de la ley, quien enfermo de ortodoxia contribuye a desencadenar hechos funestos -muerte de Fantina entre otros ejemplos- de desproporcionada magnitud en relación a los pequeños delitos por los que Valjean es obligado a una fuga eterna: el robo de un pan y una moneda.

En Los Miserables, , no se asume la inclinación al mal –e incluso al bien- como fruto de la íntima naturaleza del ser; es su experiencia social la que lo moldea. Hay génesis de arcilla amorfa, a la que la vida y sus infinitos componentes, irá esculpiendo con principios hasta lograr una pieza capaz de discernir, o formarse un criterio acerca de las dos sendas contrapuestas que ofrece el devenir.

Desde esta óptica comprendemos que la realidad es una interminable sucesión de oportunidades que al precipitarse sobre nosotros imponen una disyuntiva bien demarcada frente a la cual hemos de tomar decisiones que definirán externa e internamente, no sólo nuestra condición humana, moral, ética de cara a los parámetros de justicia establecidos socialmente, sino además la calidad del estado mental. Por eso Jean Valjean preferirá entregarse a las autoridades antes de permitir que un inocente sea condenado por un delito que no cometió; y Javert, advertido de la complejidad que entrañan sus responsabilidades, sumergirá para siempre la vida en aguas de río.

La tradición cristiana compromete al bien con la idea de un camino para llegar a Dios; esto lo expresa de alguna manera San Pablo en Carta a los Filpenses (4: 8-9): “Por

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