Los jóvenes, el bien y la verdad

Pamela Islas Tamayo                                                               2/10/2012

Introducción a los Estudios Universitarios

Los Jóvenes, El Bien Y La Verdad

“El esplendor de la verdad brilla en todas las obras del Creador y de modo particular en el hombre” nos dijo el papa Juan Pablo II en la encíclica “Veritatis Splendor” ya que la verdad la podemos encontrar en todas partes. Dios se encargo de iluminarnos a todos con inteligencia y libertad, para que nosotros buscáramos la verdad y el bien, aunque los hombres estemos tentados continuamente a apartar la mirada de Dios y esto limita nuestra capacidad para conocer la verdad y debilita nuestra voluntad, de tal forma que esto nos lleva al relativismo y al escepticismo. Pero como en el libro “Queridísimos Jóvenes”, Juan Pablo II menciona que "Los jóvenes buscan a Dios, buscan el sentido de la vida, buscan respuestas definitivas" lo que buscamos realmente es contestar a nuestra vocación, a ese llamado que Dios nos hace para comprendernos a fondo a nosotros mismos y así acercarnos a Cristo.

Analizando los dos textos de Juan Pablo II, nos percatamos de que los dos nos ayudan a orientar nuestra vida hacia la verdad y el bien y esto es Dios, por que “nadie es bueno sino solo Dios”, solo el puede responder la pregunta “¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?” La respuesta, la encontramos mas adelante en la encíclica, en resumen nos pide guardar los mandamientos y seguir nuestra ley natural;  la ley natural, no deja espacio de división entre libertad y naturaleza. Ya que éstas están armónicamente relacionadas entre sí, e íntima y mutuamente aliadas, esto nos ayuda a encontrar la relación entre la vida eterna y la obediencia a los mandamientos, que nos indican el camino de la verdad y la vida eterna, así como Jesús nos pide que lo sigamos e imitemos en el camino del amor, que de igual manera es el camino del bien.

        Mientras avanzamos en la lectura de ambos textos se empieza a hablar de la ley de Dios que algunas veces los hombres llegan a pensar que es una ley que elimina la libertad, pero es todo lo contrario, nos garantiza la libertad. Nuestra libertad esta inclinada a la verdad y el bien, y Juan Pablo II nos deja muy claro esto; cuando le habla a los jóvenes con tanto cariño, pero al mismo tiempo con tanta exigencia. Nos exige darnos cuenta del mundo en el que vivimos y de que tenemos la libertad para elegir el camino del bien o del mal. Nos da ejemplos de cómo hacer esto, como en “Veritatis Splendor”, nos da al final el ejemplo de María Santísima, que además de compartir nuestra condición humana, es un claro ejemplo de vida moral, porque con su vida nos invita y enseña a acoger la sabiduría, que es Jesucristo mismo que revela y cumple perfectamente la voluntad del Padre.

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