MITOS QUE NOS DIERON TRAUMAS
fcramirez75Ensayo1 de Abril de 2022
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ENSAYO 1
Mitos que nos dieron traumas
El libro que seleccione para realzar el ensayo, me llamó mucho la atención porque lo considero muy crítico pero con una visión generalizada delos mexicanos, aunque yo creo que hay mexicanos que se han sabido sobreponer a la opinión del autor, aunado al gusto por tener una opinión en muchos casos diferente de lo que dice la historia y la religión.
Me interesa la historia de México, conocer diferentes posturas, entender nuestro origen y la “verdad” sobre algunos sucesos, personajes y momentos que la han definido, aunque la historia no deja de estar llena de mitos y sucesos falsos, y creencias que nos han inculcado, para beneficio de algunos, ya sea de gobierno o de la iglesia.
El autor nos presenta un México en sus cinco visitas al psicólogo, un México que nació derrotado y está destinado al fracaso a la derrota, enfrentándolo a sí mismo para ver si la lógica o la razón logran imponerse a sus traumas.
El mexicano vive de su historia pero sin salir de ella, volteando hacia el pasado sin mirar al futuro, pero la historia y los mitos están al servicio de quienes dirigen las masas, ya que es más fácil de manejarlas e influir sobre ellas.
La historia de México y las creencias que nos han enseñado a lo largo de nuestra educación ha tenido gran influencia en nosotros, al enseñarnos de manera repetitiva y a modo la historia, con la justificación de que es importante conocerla ya fuera para no cometer los mismo errores o para tener cultura y saber el porqué de muchas cosas en la actualidad, pero no nos habla de un futuro como nación ni nos da opción para hacer una crítica de la historia, y por lo regular los maestros o formadores no responden las preguntas que en como estudiantes inquietos o curiosos nos surgen, todo es como es y no es cuestionable.
También es verdad que, dentro de los prejuicios nacionalistas, hay una doble moral con respecto a las poblaciones indígenas, en el mito son personajes dignos de admirarse y en la vida cotidiana, las relaciones de poder se manifiestan con mucha contundencia, con conductas racistas y discriminación hacia estos grupos. Renegamos de nuestro mestizaje, la nacionalidad mexicana como la conocemos tiene apenas unos cuantos años, a pesar de eso nos enorgullecemos siempre de tener mucha identidad nacional, pero no queremos ser indios ni tampoco mucho menos descendientes de españoles, porque las dos cosas nos ofenden, ¿entonces qué somos?, ¿o quiénes somos?
También aflora nuestra tradicional tendencia hacia los modelos de liderazgo autoritario, de reminiscencias indígenas, manifestados como la más efectiva forma de ejercer control social, lo cual hoy queda patente en el beneplácito de los segmentos populares respecto al ejercicio de gobierno unipersonal que tenemos. (Homs, 2020)
Otra parte importante de las conductas del mexicano, es que realmente creemos que todos los pobres son buenos, y los ricos son malos, pero nos pasamos la vida aspirando a tener dinero, una buena casa, un buen auto, una buena forma de vestir, preocupándonos mas por las moda que por la apariencia, y lograrlo no nos volvería mas malos, o de no tenerlo no nos haría más buenos.
La manera crítica y en ocasiones chusca de como ver la historia de México se vuelve muy atractiva, entre lo bueno y lo malo, la traición, lo que nos marca la historia como buenos o malos presidentes, el inicio de un partido que no permitió la democracia en setenta años y el cual fue resultado de una revolución que teóricamente se hizo por democracia.
Los traidores de hoy pueden ser los héroes del mañana, y viceversa; sobre todo si toman el poder; son las personas que en ese momento están en el poder los que se encargan de que lo sucedido durante su gobierno se relate como a él más le convenga o menos le desfavorezca. Nada somete más a un pueblo que la ignorancia, el hecho de que no conozca su historia, o peor aún, que no la cuestione y se quede con lo que al gobierno le conviene; a pocas cosas temen más los soberanos que a un pueblo pensante, ya que esto sería su perdición. (Zunzunegui, 2012)
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