Mitos que nos dieron trauma

Mitos que nos dieron trauma

Es un hecho que todas las naciones crean un constructo sobre sí mismas, es decir, una percepción de quienes son. Así también, es un hecho que la idea construida sobre nosotros como nación (en este caso de nuestro país, México) es una variable que afecte o determine su desarrollo. La obra de Juan Miguel Zunzunegui, es un análisis sobre el constructo que los mexicanos han cimentado sobre sí mismos y de México, así como la manera que ha impacto en el desarrollo la sociedad mexicana. En el caso de México, Zunzunegui expone el imaginario que se tiene sobre el origen de México, la actitud del mexicano y el pensamiento sobre el porqué de la situación actual. Para afirmar este supuesto Zunzunegui, a través de un razonamiento lógico, desmiente los “traumas” que tiene atormentados a los mexicanos y, de cierto modo, impiden su crecimiento.

El presente ensayo analizará las siguientes ideas que aparecen en la obra Zunzunegui:

• Las consecuencias de contar erróneamente la historia
• El apego a la religión
• La pobreza como una virtud
• Arraigo al pasado
• Miedo al cambio

Zunzunegui, demuestra que por mediante la historia, los mexicanos han construido una imagen de cómo es la naturaleza del mexicano. En el México del pasado, es decir, durante los años que ocurrieron los eventos que lo transformaron a la nación que es hoy, han aparecido diversos personajes que fueron traicionados o han traicionado. Tal es el ejemplo de Huerta, Madero, Carranza, Zapata, Calles y Obregón. Debido a ello, es que las personas tienen a adoptar conductas de desconfianza, ya que piensan que les ocurrirá lo mismo, ya que dan por sentado que si un “héroe de la nación” o “una persona tan importante” puede pasar por ello, un mexicano promedio debería entonces esperar lo peor. Es ahí donde podemos partir de encontrar el origen de la idea que no se puede confiar en nadie. Lo cual es fácil de comprobar puesto que la mayoría de los mexicanos no saben  trabajar en equipo, son desconfiados y no tiene una visión de superarse debido a que si lo hacen sienten que algo malo pasará.

Esto tiene sentido ya que como lo menciona Zunzunegui (2017) “[…] el hombre es finalmente un ser histórico, y la sociedad, conformada precisamente por un conjunto de seres históricos, se hace así de un inconsciente colectivo, una especie de espíritu popular que rige en gran medida los pensares y actuares”. Esto ha traído como consecuencia que los mexicanos se aíslen y no busque relacionarse con otras personas que les puedan apoyar. Incluso esto podría ser una razón por la cual la institución en la que más tienen confianza los mexicanos es la familia o la Iglesia.

Por otro lado, la forma errónea en que se ha contado la historia de México, derivó en un síndrome al que Zunzunegui (2017) llama el “síndrome Massiosare” que consiste en “[…] el miedo a todo: al otro mexicano, al triunfo, al dinero, a los grandes proyectos, a la verdadera independencia, al pensamiento libre, a asumir las elecciones de nuestras decisiones”.

Además en México, como bien se sabe, cuando el Estado acoge el principio de separación con la iglesia como un principio primario, interacciones que tienen estos actores se visualizan trastornadas al dar un medio giro que termina por transformar y definir sus relaciones. Sin embargo, a pesar de los años, la relación de los mexicanos y la iglesia aún sigue siendo muy fuerte al menos en la concepción individual y no tanto en la institucional. Esto no quiere decir que el profesar alguna religión sea algo que obstruya el desarrollo. Pero el apego a la religión, especialmente a la iglesia católica, se ha vuelto un escollo. Uno de los motivos por el cual se ha vuelto un obstáculo en el desarrollo individual y colectivo de los mexicanos, es la forma en que se ha recreado la necesidad de acatar los prejuicios que la misma institución (la Iglesia) ha generado. Consecuentemente se crea un estancamiento en el desarrollo del sujeto, puesto que este no realiza o intenta otras actividades que permitan su desarrollo a causa de los candados morales y éticos que imponen los dogmas eclesiásticos.

Un ejemplo de que aquellas ideas que nos impiden progresar, es la manera en que se ha tergiversado la concepción de pobreza como una virtud. No sólo se ha malinterpretado la pobreza como una virtud, sino también, en múltiples situaciones se puede dilucidar como una alabanza a la desgracia. Esto es fácil de vislumbrar ya que la pobreza en México se agrava a causa de la precariedad de los ingresos y la falta de garantías para el ejercicio de los derechos sociales básicos. Por otro lado, la normalización de la pobreza y la medicalización de ésta, ha contribuido a la tarea de intentar acabar con esta condición económica que afecta al país. Muestra de, es la típica frase “pobre pero honrado”, y que además, el mexicano tiende a generalizar que rico es sinónimo de robo. Empero, es necesario considerar que así como esta frase, existen más. De modo se sigue con un patrón de lo que exponga la mayoría y se detiene el

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