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Mariano Corbi


Enviado por   •  31 de Mayo de 2013  •  11.197 Palabras (45 Páginas)  •  338 Visitas

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MARIANO CORBI

Profesor de ESADE, Barcelona

PROYECTAR LA SOCIEDAD RECONVERTIR LA RELIGIÓN

Los nuevos ciudadanos

BARCELONA

EDITORIAL HERDER

1992

D. La educación en las sociedades de innovación

1. Nuevo sentido de la educación

En la primera revolución industrial, el sistema educativo evolucionó a fin de llegar a producir trabajadores aptos para una economía basada en la fábrica.

La antigua fábrica requería hombres pacientes, dóciles, capaces de so¬portar el aburrimiento y capaces de adaptarse al ritmo de las máquinas en horarios regulares y en un sistema de vida regular.

Eso es lo que la educación tendía a producir.

En la segunda revolución industrial, en la escuela del futuro, en cam¬bio, el objetivo será aprender a crear y, por tanto, aprender a pensar y, sobre todo, aprender a aprender.

Aprender a aprender es el aprendizaje de la libertad, la flexibilidad, la movilidad, el discernimiento, la ductilidad, la pluralidad.

Los ordenadores, los satélites, la TV por cable interactiva, los vídeos, etc., permitirán que en las escuelas de las comunidades rurales más peque¬ñas y en los guetos más pobres se pueda disfrutar de los mismos cursos, de los mismos prestigiosos profesores, de las mismas recónditas asignaturas que en las escuelas de las élites.

Esta posibilidad podrá potenciar, de una forma seria y fundamentada, la diversidad de los grupos humanos y, sobre todo, dificultará que los gru¬pos, por falta de información y por ignorancia, se vuelvan cerrados sobre sí mismos y sectarios.

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Aprender en una sociedad que vive de la creación de conocimientos es el trabajo básico y fundamental de cada individuo, de cada grupo y de la vid.id completa.

La finalidad del aprendizaje no es tanto crear especialistas en esto o en o sino generar un «hombre conocimiento». Este será un hombre completo, no un hombre razón, porque el individuo debe aprender a co¬bo todos sus niveles, con todo su ser. Todo él ser del hombre es cognoscitivo y todos los aspectos cognoscitivos del ser del hombre son importantes para conseguir un «hombre conocimiento completo» y una colectividad humana que sea equilibrada y completa.

Los individuos de la nueva sociedad deben ser conscientes de que ten¬ue adquirir con su estudio un tipo de saber que les dé la posibilidad de investigar y crear valores para sí y para su colectividad; deben ser conscientes que han de adquirir con su estudio algo que es sutil: el discernimiento axiológico.

Sólo si conseguimos que la colectividad humana, en cada uno de los niveles, adquiera un cierto nivel de discernimiento axiológico será posible conducir los desarrollos científicos y técnicos para bien de todo lo que existe en el planeta.

El discernimiento es el único criterio certero posible para escoger lo para los individuos y la especie humana, para la vida en el planeta la Tierra misma, desde el seno de estructuras culturales, sociales, laborales, científicas y axiológicas en continua transformación donde, por no se pueden presentar cuadros absolutos de referencia.

Precisamos imprescindiblemente del discernimiento porque no disponemos de puntos de referencia absolutos, predefinidos e inmutables en el seno del conjunto complejo y siempre móvil de la totalidad de los sistemas Vs en continuo cambio por la innovación.

No debemos olvidar que así como las sociedades anteriores se caracterizaban por vivir de hacer siempre lo mismo, el nuevo tipo de sociedad naciente se caracteriza por vivir de cambiar, de no hacer siempre lo mismo, carácter de la nueva sociedad radica la imposibilidad de tener pun-referencia absolutos y la importancia colectiva de la adquisición de acidad de discernimiento.

Hemos formulado en estas líneas lo que tendrían que ser los postulados lógicos sobre el aprendizaje en una sociedad que vive de crear conocimientos.

Es evidente que no intentamos describir lo que ocurrirá necesariamente. Si hemos de pensar lo que probablemente ocurrirá, tendríamos que decir otras cosas que serían la prolongación de lo que ya está ocurriendo: acaparamiento de la educación por las élites, porque sólo ellas son creativas; dominación de unos pueblos sobre otros como resultado de los diversos niveles de saber y, por tanto, de aprendizaje.

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Es más, ni siquiera las élites se preocupan de hacer surgir «hombres co¬nocimiento completos», porque lo que les ocupa es producir «hombres es¬pecialistas».

Lo mismo cabe decir del interés por la educación del «discernimiento». Se educa el sentido de la productividad, de la eficacia, del provecho, pero no el discernimiento capaz de guiar sutilmente el conjunto de nuestras construcciones. Para nuestras sociedades, sólo la utilidad, a veces excesiva¬mente inmediata, es el guía de las construcciones. Nadie parece buscar otro guía.

2. Aprender a aprender o el aprendizaje de innovación

El informe del Club de Roma sobre la enseñanza distingue tres tipos de aprendizajes: el aprendizaje de mantenimiento, el aprendizaje por shock y el aprendizaje innovador.

El aprendizaje de mantenimiento es la adquisición de criterios, méto¬dos y reglas fijas para hacer frente a situaciones conocidas y recurrentes. Es un aprendizaje concebido para preservar un sistema vigente o un modo de vida establecido. Es el aprendizaje correspondiente a situaciones que pre¬tenden ser estables porque mantienen inalteradas las hipótesis, los proyec¬tos y los modos de vida.

Ese es el aprendizaje central para sociedades estáticas; no lo es, por el contrario, para las sociedades que deben vivir del cambio, porque es total¬mente insuficiente para sociedades que tengan que generar innovación continua en los conocimientos, en las tecnologías, en las organizaciones y en las motivaciones.

Incluso en las sociedades que pretenden ser estáticas, se producen transformaciones que, si las sociedades quieren perdurar, tienen que asi¬milar.

El impacto innovador de los acontecimientos que se van produciendo en toda sociedad, incluso

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