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Metaètica

pabloboca17 de Octubre de 2012

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Metaética:

La metaética es la disciplina que estudia el significado de las palabras éticas, en otros términos es el estudio del lenguaje de la moral.

Un gran filósofo argentino, Eduardo Rabossi, señala: "Según este punto de vista, la ética es un estudio de segundo nivel. Su objeto de estudio (primer nivel) son las expresiones lingüísticas que emplean típicamente los agentes morales. El rótulo ‘metaética’ designó estas indagaciones y se opuso a otros dos rótulos, el de ‘ética descriptiva’ (el estudio empírico de los fenómenos morales) y el de ‘ética normativa’ (las opiniones morales de los agentes morales y de los filósofos de la moral que persiguen fines normativos".(1)

La metaética no se ocupa por tanto de lo que la gente debe hacer sino de lo que hace cuando habla de lo que se debe hacer; para ello examina a la ética normativa con el fin de clarificar su terminología. El moralista se distingue del filósofo moral en cuanto el primero prescribe qué es lo que debe hacerse, lo que es "bueno" o "malo", en tanto el segundo analiza el discurso del primero, la manera en la que utiliza los términos "bueno", "malo", "debido" y las características que definen el lenguaje moral como tal.

La distinción señalada se expresa a veces diciendo que al moralista le interesa la ética, mientras al filósofo moral en cuanto tal le interesa la metaética.

Las principales teorías metaéticas son el naturalismo ético, el no-naturalismo ético y el no-cognocitivismo ético, posiciones diferentes que intentan dar respuesta a interrogantes tales como: ¿Qué tipo de juicios son los juicios morales?, ¿Pueden ellos ser sustituidos sin cambiar su significado por enunciados fácticos?, ¿Apelan ellos a la razón o a la emoción?

I) El naturalismo ético

Naturalista ético es quien define las palabras o términos morales tales como "bueno", "recto", "debido", "prohibido", apelando a propiedades naturales como "lo que produce placer"" o "lo que satisface a Dios" o "lo agradable".

Un ejemplo de naturalismo ético nos lo proporciona J.S. Mill cuando en su famosa obra El Utilitarismo escribe:

"La única prueba posible de que un objeto es visible, es que la gente lo vea efecfivamente. La única prueba de que un sonido es audible, es que la gente lo oiga. Y lo mismo ocurre con los otros frentes de la experiencia. De la misma manera, supongo yo, la única evidencia que puede alegarse para mostrar que una cosa es deseable es que la gente la desee de hecho. Si el fin que la doctrina utilitarista se propone no fuese reconocido como un fin, teórica y prácticamente, nada podría convencer de ello a una persona. No puede darse ninguna razón de que la felicidad es deseable, a no ser que cada persona desee su propia felicidad en lo que ésta tenga de alcanzable según ella. Ahora bien, siendo esto un hecho, no sólo tenemos la prueba adecuada de que la felicidad es un bien, sino lo que es posible: que la felicidad de cada persona es un bien para esa persona, y que por tanto la felicidad es un bien para el conjunto de todas las personas. La felicidad ha demostrado su pretensión de ser uno de los fines de la conducta y, por consiguiente, uno de los criterios de la moral".(2)

Mill es considerado un naturalista ético porque: 1) daría por sentado que los juicios éticos son juicios genuinos, susceptibles de verificar su verdad o falsedad; 2) la verdad o falsedad se determinaría por medio de patrones empíricos; 3) los términos éticos pueden ser trocados, cambiados, por propiedades de objetos o estados de cosas (lo agradable, lo placentero).

El naturalismo presupone que el lenguaje moral ejemplifica un uso descriptivo o informativo del lenguaje, porque es posible redefinir los términos éticos en términos que designan propiedades que pueden ser objeto de la experiencia.

En el ejemplo de Mill, "bueno" equivaldría a: "lo que produce felicidad", "lo deseable".

Sin embargo, como acertadamente han señalado numerosos estudiosos como G. E. Moore, F.H. Bradley, Bertrand Russell y otros, decir que "bueno" significa "deseable" y que podemos descubrir lo deseable si encontramos lo que es realmente deseado, implica cometer una falacia.

Según Moore la falacia es obvia, porque "deseable" no significa susceptible de ser deseado, como sí "visible" significa "susceptible de ser visto". "Deseable" es lo que "merece (debe) ser deseado", así como "detestable" es lo que "merece (debe) ser aborrecido".

También es falaz identificar felicidad individual con felicidad general, pues ambos términos no son idénticos.

Para el naturalista ético es posible construir una ética normativa a posteriori de descubrir y probar, empleando un método específico, lo que es bueno como deseable.

Es común distinguir, dentro del área de las teorías naturalistas, entre las objetivistas y las subjetivistas. Las primeras apelan al supuesto juicio ético de un observador imparcial. Así, por ejemplo, decir "El aborto es malo" equivaldría a decir "Un observador imparcial desaprobaría el aborto porque es doloroso para el feto".

Los subjetivistas definen los términos morales en relación a deseos o intereses de una persona o grupo de personas. Así "No dañar al prójimo" es un juicio ético bueno, porque la mayoría de los habitantes del país aprueba que no hay que dañar a los semejantes Proposición verificable empíricamente por medio de encuestas, estadísticas, etc.

La principal crítica realizada al naturalismo proviene del no-naturalismo ético.

II) EI no-naturalismo ético

El no-naturalismo ético sostiene que es imposible reducir o traducir los términos éticos a términos que denoten propiedades naturales verificables empíricamente.

El naturalismo incurre en la falacia naturalista que consiste en identificar la idea de "bueno" "debido" y otras nociones éticas con "lo placentero", "lo útil", etc.

Una ley lógica férrea indica que de premisas del ser no se puede pasar a una conclusión del deber ser. Entre el ser y el deber ser hay un abismo lógico.

Por ello, los términos éticos pueden ser definidos sólo por medio de otros términos éticos.

El no-naturalismo ético es una corriente originada en Inglaterra en 1903 con la importante obra de G.E. Moore, Principia Ethica, que fue continuada por Prichard y W. D. Ross.

En Principia Ethica, Moore sostuvo las siguientes tesis:

a) Hay propiedades simples y propiedades compuestas. Estas últimas pueden ser analizadas en sus partes componentes y analizadas. Así sucede con la propiedad de la triangularidad de un objeto.

Las propiedades simples, en cambio, son indefinibles. Por ejemplo los colores, que son propiedades simples, son indefinibles ¿Cómo haríamos para definir qué es "rojo" o "amarillo"?

b) Las propiedades simples pueden ser naturales o no-naturales. "Rojo", "amarillo" son propiedades naturales. Propiedades no naturales son aquellas a las que se hace referencia por medio de términos éticos tales como "deber", "bueno" o "correcto".

c) Las proposiciones referentes al deber no son directamente aprehensibles, sino que están fundadas en circunstancias de hecho que suponen relaciones de tipo causal, y en proposiciones referentes a la bondad de algo. Así por ejemplo: "No mentir es bueno" implica una relación de implicación entre "bueno" y "no mentir".

Las proposiciones referentes a la bondad de algo, como "X es bueno" son proposiciones sintéticas y su verdad la captamos por medio de una "intuición", por una evidencia intelectual que ellas mismas proporcionan.

Para el no-naturalismo "bueno" denota una propiedad simple y única de la que tenemos una experiencia racional inmediata, directa, distinta de la que tenemos de las propiedades naturales.

La propiedad denotada por el término "bueno" es in totum diferente de la denotada por el termino "amarillo". Por eso es imposible definir mezclando, por así decirlo, categorías ontológicas diferentes en la definición.

Este postulado, llamado "postulado de distinción", establece la imposibilidad de definir los términos éticos por propiedades no éticas.

La indefinibilidad de "bueno" deviene además de su carácter de propiedad simple.

Leemos en el siguiente texto de G. E. Moore una aclaración de estas nociones:

"’Bueno’ es pues indefinible (..) o como dice Sidgwik, una noción inanalizable. (...) Mis objeciones contra el naturalismo son, pues, que no ofrece en primer lugar ninguna razón, más aún ninguna razón válida en favor de ningún principio ético, y en esto falta ya, al no satisfacer los requerimientos de la ética en cuanto estudio científico. Pero en segundo lugar, sostengo que aunque no dé razones en favor de ningún principio ético, es causa de que se acepten principios falsos, pues se induce a la razón a aceptar principios falsos, lo cual es contrario a cualquier propósito de la ética. Es fácil ver que si partimos de la definición de conducta correcta como conducta conducente a la felicidad general, entonces, sabiendo que la conducta correcta es de modo universal la conducta conducente a lo bueno, llegamos muy fácilmente a la conclusión de que lo bueno es la felicidad general.

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