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Metaetica Especial


Enviado por   •  14 de Enero de 2013  •  1.561 Palabras (7 Páginas)  •  437 Visitas

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METAÉTICA: PRINCIPALES POSICIONES

(Extraído de Nicolás Zavadivker, “Subjetivismo axiológico y emotivismo en la tradición del empirismo analítico”, tesis doctoral en Filosofía, UNT, 2009)

La metaética es una disciplina filosófica cuyo centro de interés es el análisis del lenguaje moral. El Principia Ethica de G. E. Moore, de 1903, es considerado su carta de nacimiento, aunque en él que ni siquiera se menciona la palabra ‘metaética’ (deudora de la posterior distinción de Russell entre lenguaje y metalenguaje). Pero sí se otorga particular importancia en esa obra al análisis de los predicados ‘bueno’ y ‘malo’ como propiedades definitorias de los juicios éticos.

Nótese que la acción humana, por un lado, y la metafísica, por el otro, dejan de ocupar el centro de atención en la filosofía moral analítica, reemplazadas por el lenguaje moral. La metaética como tal no intenta responder, como lo hizo la tradición filosófica, interrogantes tales como “¿qué es ‘lo bueno’?”, sino problemas más modestos como “¿qué hace una persona cuando habla acerca de lo ‘bueno’?”, o bien ¿qué características son propias del lenguaje moral? Se trata, en suma, de un discurso elucidatorio que se ocupa a su vez de otro discurso, el moral. Uno de los logros de las corrientes analíticas consistió en replantear el problema en torno a la objetividad de la ética en el terreno del lenguaje, dando lugar a fructíferas discusiones filosóficas.

Desde el Principia Ethica y su intento por definir la palabra ‘bueno’, la metaética ha crecido notoriamente en su alcance. Actualmente incluye no sólo asuntos relativos al significado y uso de los términos y las proposiciones morales, y más en general a todo desbrozamiento conceptual ligado a tales temáticas, sino también cuestiones vinculadas a la posible lógica de los enunciados morales. Y quizás su función más importante sea de carácter epistemológico: establecer el modo en que podrían fundamentarse, si esto es posible, los juicios normativos o de valor. Es decir que, aunque en la metaética prima una pretensión de neutralidad normativa y valorativa de sus análisis, su hacer está estrechamente relacionado con la cuestión de la validez de las proposiciones morales. En ese sentido, la metaética puede examinar la validez de al menos parte de los argumentos utilizados por las diferentes propuestas ético-normativas, que intentan a su vez fundamentar la aceptación de los principios éticos que proponen como válidos.

Desde una perspectiva metaética, las principales posiciones en torno a estos asuntos son las siguientes: por un lado se encuentran quienes consideran que existen verdades morales y que éstas pueden conocerse; y por otro quienes sostienen que no es posible tal conocimiento. Los primeros de ellos son llamados cognitivistas (o descriptivistas); y los segundos no cognitivistas (o no descriptivistas), en tanto descreen que exista un genuino conocimiento moral.

Dentro del cognitivismo se reconocen usualmente posiciones naturalistas y transnaturalistas. Las posiciones naturalistas, vinculadas al intento por fundamentar la ética en el orden de la naturaleza (sea la naturaleza humana o la naturaleza de las cosas), sostienen que los términos morales (bueno, justo, deber, etc.) pueden ser reducidos sin pérdida de significado a términos no morales. Los juicios de valor, en ese sentido, no son de índole diferente a los enunciados que describen alguna propiedad natural. Un ejemplo clásico de esta postura está dado por el utilitarismo, que en su dimensión metaética sostiene que decir que una acción es buena es decir -aproximadamente- que sus consecuencias proporcionarán la mayor felicidad a la mayor cantidad de gente.

Las posiciones transnaturalistas, en cambio, definen los conceptos morales en términos metafísicos o teológicos. Así, por ejemplo, pertenece a esta categoría la teoría de inspiración religiosa que considera que todo valor y mandato objetivo emana de la mera voluntad de Dios, por lo que los pronunciamientos divinos constituyen el fundamento veritativo de los juicios de valor. “Bueno” significaría algo así como “ordenado por Dios”.

Un tercer tipo de posición cognitivista está dado por el intuicionismo, defensor de la imposibilidad de definir los términos morales. Este se caracteriza por interpretar las palabras morales como descripciones de cualidades morales irreductibles a cualquier realidad empírica o transempírica. Esta postura suele venir acompañada de la creencia en un reino autónomo de valores, al que no se puede acceder por las vía ordinarias de conocimiento; de allí que postulasen la existencia de una intuición moral (o de alguna otra facultad) que permita captar lo valioso o lo que debe hacerse. Quienes más explícitamente sustentaron esta concepción en la filosofía contemporánea fueron los británicos Moore, Ross y Prichard; pero también los alemanes Scheler y Hartmann fueron, desde posiciones más cercanas a la fenomenología, intuicionistas.

Quisiéramos sugerir la posible existencia de un nuevo tipo de propuesta metaética cognitivista, que no suele ser tenida en cuenta en

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