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Pasion Y Razon David Hume

joselabuba6 de Junio de 2013

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David Hume

Pasión y razón

Nació en 1711 en escocia donde vivió la mayor parte de su vida. El era de los espiritas. Filosofía empirista.

Nada nada es más corriente en la filosofía, e incluso en la vida cotidiana, que, al hablar del combate entre pasión y razón, se otorgue ventaja a esta ultima, afirmando que los hombres son virtuosos únicamente en cuanto se conforman a los citados de la razón. La eternidad, invariabilidad y origen divino de la primera han sido presentadas para hacerla mas ventajosa, mientras que se ha insistido fuertemente en la ceguera, inconstancia de la segunda.

Por tanto el razonamiento abstracto o demostrativo no influirá nunca en ninguna de nuestras acciones, sino solamente en cuanto guía de nuestros juicios corrientes a causas y efectos, lo que nos lleva a la segada operación del entendimiento.

Es obvio que cuando esperamos de algún objeto dolor o place sentimos una emoción consiguiente de aversión o inclinación, y somos llevados a evitar o aceptar aquello que nos proporciona dicho desagrado inclinación. De donde surge la aversión o inclinación hacia un objeto es de la perspectiva de dolor o placer. Y estas emociones se extienden a las causas y efectos de ese objeto, tal como son señaladas por la razón y la experiencia. Nunca nos concernirá en lo mas mínimo el saber te de tales causas y tales otros son efectos, si tanto las causas como los efectos nos fueran indiferentes.

Nada puede oponerse al impulso de una pasión, o retardarlo, sino un impulso contrario, y si este impulso contrario de la razón, esta facultad debería tener una influencia originaria de la voluntad, y ser capaz de causar o de evitar cualquier acto volitivo. Pero la razón no tiene influencia originaria alguna, como lo es que pueda oponerse a un principio que si posee esa eficacia, como los que pueda suspender la mente siquiera por un momento. Por, tanto es manifiesto que el principio opuesto a nuestra pasión no puede ser lo mismo que la razón, y que solo es denominado así en sentido impropio. No nos expresamos estrictamente de un modo filosófico cuando hablamos del combate de la pasión entre la razón,. La razón es, y solo debe ser, esclava de la pasiones, y no puede pretender otro oficio que el de servirlas y obedecerlas.

Una pasión es una existencia original o, si se quiere, una modificación de existencia, y no contiene ninguna calidad representativa que la haga copia de otra existencia o modificación.

En primer lugar cuando, una pasión, sea la esperanza o el medio, la tristeza o la alegría, la decepción o la confianza, esta basada en la suposición de la existencia de objetos que en realidad no existen. En segundo lugar, cuando al poner en acto alguna pasión elegimos medios insuficientes para el fin previsto, y nos engañamos nosotros mismos en nuestros juicio de causas y efectos. Si una pasión no esta fundada en falsos supuestos, ni elige medios insuficientes para cumplir su fin, el entendimiento no puede justificarla ni entenderla. En breve, una pasión deberá estar acompañada de algún falso juicio para ser irrazonable, si no de juicio. Las consecuencias de estas son evidentes. Dado que una pasión no puede ser nunca llamada irrazonable, excepto cuando esta basada en una suposición, o cuando elegí medios insuficientes, para el fin previsto, es imposible que la razón y la pasión pueda nunca oponerse entre si, ni disputarse al gobierno de la voluntad y las acciones. Yo puedo desear un fruto por creer que tiene buen sabor, pero en cuanto me doy cuenta del error cesa mi deseo.

La razón, por ejemplo, actúa sin producir una acción posible; y, con excepción de las sublimes disquisiciones de la filosofía o de las vanas sutilezas de las escuelas, apenas si no proporciona nuca placer o desagrado.

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