Platon.
inxocableInforme9 de Marzo de 2012
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He elegido el desenlace de este cuento porque es uno de los que el efecto de la
sorpresa final más me gusta. Puesto de relieve con el relato en su conjunto, podemos
además extraer una lección, una reflexión que debemos proseguir. Las cualidades
literarias del texto son igualmente interesantes.
Situémonos en la escena en la que la Sra. Loisel va a pasear por los Campos
Elíseos. Allí, ve a la Sra. Forestier. Los adjetivos calificativos empleados para
describirla - "joven", "bella" y "seductora", reforzados por el adverbio "siempre",
constituyen una antítesis frente a la descripción de la Sra. Loisel (en el texto que
precede al desenlace) que, en el transcurso de diez años de su vida de trabajos, es
descrita como "vieja", "despeinada", "fuerte, y dura, y tosca". En efecto, tras haber
perdido el collar de diamantes de su amiga, ella y su marido habían decidido sustituir
secretamente la joya. Para ello tuvieron que trabajar para proceder al reembolso de esa
deuda, pues habían pedido préstamos. La pareja había conocido, durante los diez últimos años, la horrible vida de los necesitados. Finalmente, Mathilde había cambiado
de tal modo, que incluso ni su amiga la reconocía cuando ella intentó hablarle. Así le
dice: "¡Pero... señora!... No sé... Debe usted equivocarse." y un poco más adelante:
"¡Oh!... mi pobre Mathilde, ¡cómo has cambiado!..."
Mathilde decide revelar todo a su amiga en relación con el collar de diamantes
que la Sra. Forestier le había prestado. "Sí, he pasado días muy duros,! dice, "desde que
no te he vuelto a ver; y cuantas miserias... ¡y todo por tu causa!..." Intriga a la Sra.
Forestier, no es explícita, no dice todo, lo que se traduce por puntos suspensivos. La
Sra. Forestier interroga a la Sra. Loisel, y ésta última le explica la historia. Mathilde
confía a su amiga que había perdido su collar y que lo había sustituido por otro que ella
y su marido se habían dedicado a pagar durante diez años. Finalmente, añade:
"Comprende lo duro que ha sido para nosotros, que nada teníamos..." "Nada" es un
término muy fuerte aquí, y es seguido de puntos suspensivos. De hecho, se trata de una
oposición, de una antítesis entre la indigencia de los Loisel y la riqueza de la Sra.
Forestier.
La Sra. Forestier, profundamente sorprendida, quiere asegurarse de haberlo
comprendido bien y pregunta a Mathilde que confirme lo que ha oído. Luego, "con una
alegría orgullosa e ingenua", como se dice en el cuento, Mathilde sonríe al hecho de
que su amiga no se haya dado cuenta de que los dos collares de diamantes hubiesen
sido tan parecidos.
Pero he aquí el resurgimiento final: el collar que le había prestado la Sra.
Forestier era falso, y valía como mucho 500 francos. Diez años de inútil miseria para
rembolsar 36000 francos que le había costado el otro.
De las ganas de aparentar de la Sra. Loisel ha nacido su desgracia. De su orgullo
ha derivado lo absurdo. Si hubiese sido sincera desde el principio confesando la pérdida
del collar a su amiga, habría evitado toda esta triste comedia que finaliza mediante una
trágica ironía. Una simple joya general la catástrofe de dos existencias, una joya que
finalmente no valía gran cosa. Pero el ansia de aparentar y de la admiración, que halaga
el amor propio, que aumenta la autoestima, ha dirigido su vida como dirige la de
muchas personas todavía hoy en día. Es una llamada a la reflexión, una
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